Esto, cuando se reportan entre 30-60 mil a 150-300 mil abortos ilegales al año. En Chile, los sectores conservadores representados básicamente en los partidos de extrema derecha y de derecha, en la Iglesia Católica y otros estamentos religiosos, y grupos ultraconservadores de estratos socioeconómicos altos, quieren tener a Chile en el grupo de países que, como Nicaragua, Honduras, Irak o Filipina, niegan el derecho a las mujeres a optar por un aborto. Evelyn Matthei, candidata presidencial de la derecha, declaró que esta demanda “es pura ideología” y aseveró que “el aborto no tiene nada que ver con los derechos de las mujeres”. En cambio, el oficialismo se abre a la posibilidad de garantizar este derecho en una nueva legislación. La ministra del MinMujeryEG, Antonia Orellana, expresó: “Abramos el debate, porque este es un tema que ha estado establecido como tabú. Esto ocurre (los abortos), y ocurre masivamente” y llamó a no “seguir mirando para otro lado”. En 75 países se permite a la mujer abortar en las primeras semanas de gestación.
“El Siglo”. Santiago. 26/5/2025. Chile inició el camino hacia la ampliación de derechos de las mujeres y ubicarse en un estándar internacional, con lo que será la discusión y aprobación del aborto legal en el Congreso, a iniciativa del Gobierno de Gabriel Boric. La ministra de la Mujer y Equidad de Género (MinMujeryEG), Antonia Orellana anunció la semana pasada que el proyecto será ratificado esta semana ante el Congreso.
En el país existe una legislación respecto a la interrupción del embarazo por tres causales -violación, peligro de vida de las madres e inviabilidad del feto- y con esto se avanzaría en un cuadro legal que amplía derechos de las mujeres, como ocurre en decenas de países.
La ministra Orellana recalcó que el proyecto incluirá plazos definidos para la interrupción del embarazo, descartando interpretaciones extremas sobre su alcance.
Dijo que el aborto es una realidad en Chile, que no se puede seguir ignorando porque se incentiva una práctica ilegal que daña sobre todo a mujeres de sectores pobres. Se sabe que mujeres de nivel socioeconómico alto pagan en clínicas o lugares donde se les garantiza una atención adecuada, o viajan a otros países donde es legal abortar.
Esta iniciativa fue anunciada por el Presidente Boric en su última Cuenta Pública, en junio pasado. Además, transcurrió ya un año de tramitación del reglamento que mejora la ley de aborto en tres causales. La ministra Orellana indicó que “nos parece que tras un año ha sido un plazo razonable de poder esperar que se tome razón (por Contraloría General)”.
De hecho, en estos meses organizaciones de mujeres, colectivos feministas, académicas y legisladores estuvieron insistiendo en que el proyecto de aborto se enviara al Congreso para su discusión y que se iniciara un diálogo respecto a la iniciativa, por lo demás, planteada hace décadas por esos y otros estamentos de la sociedad civil.
La ministra de MinMujeryEG, declaró que “queríamos dar esta noticia a propósito de la legítima inquietud que existe entre las distintas organizaciones y parlamentarias, pero también ratificando que en este camino estamos avanzando juntas”. Planteó que “nos gustaría que no hubiera transcurrido tanto tiempo, yo soy la primera interesada. Pero hemos acordado una ruta ante los obstáculos que se han visto, hemos definido seguir en un nuevo paso a esa ruta y lo vamos a seguir haciendo”.
A mitad de semana se conocería los contenidos de la iniciativa para iniciar el diálogo y la discusión en el Legislativo. La ministra Orellana insistió en que “la propuesta que vamos a entregarle al Congreso ( ) tiene plazos. No hay ningún país que haya legalizado esto sin un plazo. Esto no es hasta los nueve meses, donde efectivamente queda mucho más claro el conflicto entre la vida de la mujer y la vida del niño o niña, que a esa altura ya lo es”.
La titular del MinMujeryEG sostuvo: “Abramos el debate, porque este es un tema que ha estado establecido como tabú. Esto ocurre (los abortos), y ocurre masivamente. Seguir mirando para otro lado, porque alguien está contento porque hay prohibición total, mientras, por el lado, las niñas, las jóvenes, las mujeres de escasos recursos tienen que recurrir a narcotraficantes, no me parece que sea un debate a la altura de lo que se merece nuestro país”.
Datos importantes
Las cifras de entidades de salud, académicas y legislativas, hablan de entre 30 mil y 60 mil, hasta 150 mil o 300 mil abortos clandestinos al año.
La mayoría se efectúan en condiciones precarias, con las debidas medidas sanitarias, causan muertes o lesiones graves. Hay ciertas redes ilegales dedicadas a la práctica del aborto clandestino que buscan ganancia financiera esencialmente.
Frente a la demanda de terminar con la interrupción ilegal del embarazo y garantizar condiciones de salud a las mujeres, en 75 países se permite a la mujer abortar en las primeras semanas de gestación. En decenas de naciones está establecido como un derecho del sector femenino de la población.
Hay una veintena de países donde el aborto está autorizado en ciertas causales. En 24 naciones, el aborto está prohibido bajo cualquier circunstancia, incluso cuando la vida de la mujer está en riesgo, entre ellos Irak, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Haití, Mauritania, Senegal, el Congo, Laos y Filipina.
Los conservadores se oponen tajantemente
En Chile, los sectores conservadores representados básicamente en los partidos de extrema derecha y de derecha, en la Iglesia Católica y otros estamentos religiosos, y grupos ultraconservadores de estratos socioeconómico alto, quieren tener a Chile en el grupo de países que, como Nicaragua, Honduras, Irak o Filipina, niegan el derecho a las mujeres a optar por un aborto.
Tal como ocurre con cualquier reivindicación de derechos sociales y particularmente femeninos, esos sectores plantean que “no es una prioridad para chilenas y chilenos”, “hay temas más importantes”, “es un tema ideológico y no derechos de la mujer” y ahora, en el contexto de la contingencia, sostienen que comenzar a debatir la materia en el Congreso, “es una cortina de humo para tapar problemas del Gobierno”, dándolo un tono de politiquería a esta demanda social y legislativa.
Evelyn Matthei, candidata presidencial de la derecha, declaró que esta demanda de las mujeres “es pura ideología” y que “no tiene nada que ver con lo que las mujeres necesitan”. En sintonía con el planteamiento de los candidatos de extrema derecha, aseveró que “el aborto no tiene nada que ver con los derechos de las mujeres”.
En un tono agresivo y desmedido, el aspirante presidencial ultraderechista, Johannes Kaiser, expresó que ya sabemos que el Presidente (Gabriel Boric) no está muy interesado en salvar la vida de los chilenos” y dijo que todo esto se trata de “una estrategia para distraer de los escándalos y no le vamos a comprar esto”.
La diputada de Renovación Nacional (RN), Camila Flores, se preguntó, “¿a quiénes les interesa un proyecto de aborto legal sin causa alguna?”. También fue a la carga indicando que la iniciativa obedece a otras cosas y no garantizar derechos de las mujeres. “Era evidente que el Gobierno iba a tratar de desviar la atención presentado un proyecto que nada contribuye a las urgencias que tienen los chilenos”.
Frente a esas declaraciones, Jeannette Jara, candidata presidencial del Partido Comunista y de Acción Humanista, indicó que “la derecha, en todo lo que significa avanzar en derechos y autonomía para las mujeres, siempre va a encontrar excusas para oponerse”.
Desde el Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile, recordó su postura de lamentar “profundamente estas iniciativas, que atentan contra el valor sagrado e inviolable de la vida humana”. En un comunicado se insistió “en que la vida humana, desde su concepción hasta la muerte natural, posee una dignidad que debe ser siempre protegida y promovida”.
Como sea, en las próximas semanas se abrirá el debate respecto a una legislación del aborto legal, iniciativa que tiene el apoyo de legisladoras y legisladores del Partido Comunista, Frente Amplio, de gran parte del conglomerado Socialismo Democrático, de Acción Humanista, independientes, y se espera que algunos segmentos de la derecha tradicional hagan indicaciones para respaldar la idea.