Propuestas de Matthei, Kast y Kaiser sobre seguridad están “mandando a la carnicería a la ciudadanía”

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Plantean uso de armas en manos de la población para repeler delincuentes, volver a la pena de muerte y avivar “políticas de shock”. Hay rechazos extendidos, incluido desde la Iglesia. La vocera de Gobierno, Aisén Etcheverry, expresó: “Paremos con las improvisaciones y tengamos una discusión seria en una materia que es de relevancia para los chilenos y las chilenas”. El director de Amnistía Internacional Chile, Rodrigo Bustos, afirmó que “resulta repudiable que las y los posibles candidatos estén instrumentalizando situaciones tan delicadas para obtener réditos en sus campañasChile no necesita más populismo ni que se atente contra los acuerdos mínimos de respeto a la dignidad humana”.

“El Siglo”. Santiago. 14/3/2025. Las candidaturas de la derecha y la extrema derecha están planteando duras y extremas medias no para prevenir la delincuencia, sino para aumentar la posibilidad de enfrentamientos armados y endurecer los castigos cuando ya están cometidos los delitos.

Evelyn Matthei, de Chile Vamos, José Antonio Kast, del Partido Republicano, y Johannes Kaiser, del Partido Nacional Libertario, plantearon en estos días volver a la pena de muerte, permitir a civiles tener armas como autodefensa ante los delincuentes, construir cárceles de alta seguridad en el desierto, dotar de armas y más atribuciones a guardias municipales y privados, y sacar más policías a las calles.

A parte de que todo esto aparece como consigna de campaña, se toma también como “una forma fácil, demagógica” de criticar al Gobierno ante episodios criminales. Por lo demás, prácticamente no hay propuestas desde la oposición para prevenir la delincuencia e ir a las causas que originan la expansión del crimen organizado y el narcotráfico.

Además, las medidas que se levantan, provocan peleas en el mundo de la derecha y la ultraderecha. Por ejemplo, cuando Matthei planteó volver a conversar sobre reinstalar la pena de muerte en Chile, Kast puso en redes sociales que “la pena de muerte es la salida más fácil para los asesinos y para los que se ponen nerviosos con las encuestas. Nosotros proponemos encerrarlos y aislarlos de por vida, en las condiciones más duras posibles”.

La pena de muerte y autorizar el uso de armamento por parte de la población, entre otras proposiciones de la oposición, tiene que ver con lo que en ámbitos conservadores del país se define como avivar e implementar “políticas de shock” para enfrentar a la delincuencia en todas sus modalidades. A lo que se suma, nuevamente, la idea de la oposición de bajar más la edad de responsabilidad penal, para incluir a adolescentes en el estándar de penas duras.

Frente a esta situación, la vocera de Gobierno, Aisén Etcheverry, expresó: “Paremos con las improvisaciones y tengamos una discusión seria en una materia que es de relevancia para los chilenos y las chilenas”.

Específicamente sobre la postura de Matthei de reinstalar la pena de muerte, la vocera indicó que la candidata de la derecha “aparece promoviendo la pena de muerte, una discusión que se cerró hace ya muchos años, donde el propio expresidente (Sebastián) Piñera, que es representante fundamental de su sector, estuvo en contra y trabajó por que ésta se aboliera”.

La diputada Ximena Ossandón, jefa de bancada de Renovación Nacional, precisó que “cualquier debate debe tener a la vista que Chile por tratados internacionales no puede reponer la pena de muerte ni aplicarla, con excepción de los casos en estado de guerra” y en una línea más cercana a los candidatos de la extrema derecha declaró que “pusimos en nuestras prioridades una iniciativa que buscaba el presidio perpetuo efectivo con la posibilidad de cualquier permiso recién a los 50 años de cumplimiento”.

El diputado del Partido Comunista, Boris Barrera, anunció que presentará una reforma constitucional para “eliminar la posibilidad de restablecimiento de la pena de muerte” en Chile y manifestó que “ante la seria de amenaza (con el tipo de propuestas de la derecha y la ultraderecha) de retroceder en acuerdos civilizatorios, a los cuales la sociedad chilena ha llegado después de décadas, frente a los anuncios populistas de toda la derecha tratando de ganar electores, mandando casi a la carnicería a la ciudadanía, incentivando el uso de armas de fuego…es importante salir al paso para no retroceder en debates que ya se dieron”.

Lorena Fries, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara Baja señaló que “la pena de muerte no es una solución. Eso a pesar de los dichos de la candidata Matthei. No es una solución porque primero causa sufrimiento al entorno que la vive. Segundo, no disuade el delito,  que exista una pena de muerte no hace que bajen los homicidios y eso está demostrado. Tercero, los sistemas de justicia fallan, han fallado aquí, no van a fallar respecto de algo tan relevante como es la vida. Cuarto, una vez que se aplica la pena de muerte, si hay un error, no hay cómo volver atrás. Y por último, que me parece también importante, una vez que se usa un método tan violento, tan cruel como es la pena de muerte, se elevan los niveles de violencia de toda la sociedad”.

Pero los cuestionamientos y oposición a lo planteado por Evelyn Matthei llegan a otros ámbitos. El Cardenal, Fernando Chomali, Arzobispo de Santiago, indicó que “la Iglesia se suma a la tendencia mundial de abolir la pena de muerte”.

Opinó que “con la pena de muerte se agrega a un acto de violencia, otro acto de violencia que, además de cruel, resulta inútil”. Añadió que esa sanción “genera más violencia porque la institucionaliza y no es una fuerza disuasiva”.

Entrevistado en Radio Universidad de Chile, el director ejecutivo de Amnistía Internacional Chile, Rodrigo Bustos, afirmó que “la pena de muerte es el máximo exponente de crueldad, inhumanidad y degradación”.

Expresó que más allá de ese tema en particular, “resulta repudiable que las y los posibles candidatos estén instrumentalizando situaciones tan delicadas para obtener réditos en sus campañas. Chile no necesita más populismo ni que se atente contra los acuerdos mínimos de respeto a la dignidad humana”.