Vitales victorias en regiones Metropolitana, Valparaíso y La Araucanía al tener 10 de 16 gobernadores. Era normal que la oposición subiera si sólo contaba con un gobernador, pero no logró los objetivos trazados. De cara a las presidenciales y legislativas se abre para el oficialismo y la oposición un camino desafiante.
Gonzalo Magueda. Periodista. «El Siglo». Santiago. 25/11/2024. El dato es inobjetable. Las fuerzas transformadoras y democráticas ganaron 10 gobernadores y la derecha 6.
Candidaturas ubicadas en el ámbito democrático y transformador triunfaron en la Metropolitana, Valparaíso y La Araucanía, consideradas electoral y políticamente muy gravitantes. Ahí, por cierto, fueron derrotados importantes representantes de la derecha y la ultraderecha.
Hubo derrotas sentidas para el oficialismo, como en Coquimbo y Biobío, al tiempo que la oposición estuvo lejos de sus objetivos.
Si la derecha y la extrema derecha instalaron la mala tesis de que esta segunda vuelta de elección de gobernadores era un plebiscito en relación al Gobierno, tendrán que aceptar que el plebiscito lo ganó el Gobierno y lo perdió la oposición.
Los partidos de derecha tenían sólo un gobernador, por lo tanto, era normal que subieran y no es para tanto regocijo. Contrario a lo que esperaban, los ultraderechistas salieron con número cero.
En el oficialismo se sabía que era imposible mantener 15 de 16 gobernadores. Quedar con 10 es un buen logro.
Este cuadro es negativo para las pretensiones y proyecciones presidenciales y legislativas de la oposición y, por el contrario, abre alentadoras perspectivas para el oficialismo.
Esta segunda vuelta de gobernadores mostró que no hay en el país electoralmente carrera corrida y que, para las principales fuerzas políticas, oficialistas y de oposición, hay abierto un camino desafiante que obliga a un esmero en la captación de la confianza ciudadana.
Particularmente para los sectores transformadores y democráticos queda claro que hay algo más que sondeos e instalaciones comunicacionales y políticas que pintan un cuadro gris, pero en ello es imprescindible salir al paso a casos que golpean al oficialismo, avanzar en respuestas a demandas sociales, lograr concreción de reformas, reforzar la unidad del sector y salir de dinámicas tóxicas.