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Parece una osadía que estas compañías reclamen contra el Estado de Chile, que desde hace cuatro décadas las ha beneficiado con gigantescos ingresos derivados de la compra forzosa de todas las rentas vitalicias y seguros de invalidez y sobrevivencia contratadas por el sistema AFP. Dichas compras forzosas han absorbido la mitad de la recaudación de cotizaciones obligatorias desde 1981 hasta julio de 2024. Por si eso fuera poco, recientemente el fisco las ha beneficiado con significativos subsidios directos al pago de sus pensiones, y el proyecto de reforma del actual gobierno pretende extender su monopolio a la totalidad de las nuevas pensiones.

Manuel Riesco. Vicepresidente CENDA. Santiago. 9/2024. La compañía de seguros estadounidense Ohio National ha demandado a Chile, exigiendo una indemnización por supuestos perjuicios derivados de la orden del Parlamento de adelantar un 10 por ciento de las pensiones que adeuda, a quienes lo soliciten. A pesar que reconocen implícitamente que no hay en ello daño patrimonial alguno, exigen 284.646 UF que equivalen a $10.775 millones al valor actual de la UF, unos US$11 millones, los que denominan “costo de oportunidad”.

Parece una osadía que estas compañías reclamen contra el Estado de Chile, que desde hace cuatro décadas las ha beneficiado con gigantescos ingresos derivados de la compra forzosa de todas las rentas vitalicias y seguros de invalidez y sobrevivencia contratadas por el sistema AFP. Dichas compras forzosas han absorbido la mitad de la recaudación de cotizaciones obligatorias desde 1981 hasta julio de 2024. Por si eso fuera poco, recientemente el fisco las ha beneficiado con significativos subsidios directos al pago de sus pensiones, y el proyecto de reforma del actual gobierno pretende extender su monopolio a la totalidad de las nuevas pensiones.

Ohio justifica principalmente su demanda por haber tenido que desembolsar 670.826 UF para cumplir con los “retiros 10%” de rentas vitalicias adeudadas, ordenados por el Parlamento. Según ellos, el adelanto de esta suma les habría generado un perjuicio de 204.964 UF en sus inversiones, monto que describen como un “costo de oportunidad”. Ello significa reconocer que en condiciones normales esperaba ganancias equivalentes a un tercio de las “primas únicas” adelantadas al contado por los contratantes de rentas vitalicias. También menciona Ohio en su querella la pérdida derivada de la imposibilidad de recuperar los saldos remanentes de “primas únicas” en casos donde los pensionados fallezcan antes de haber restituido completamente los fondos adelantados.

No menciona Ohio en su querella, reconociendo así implícitamente, que sus balances no reflejan pérdida patrimonial alguna derivada del adelanto de pensiones adeudadas ordenada por el Parlamento. En efecto, junto con rebajar de sus activos el adelanto referido, rebajó una cantidad igual de las “reservas técnicas” anotadas en sus pasivos. Estas corresponden a la rebaja en el monto de las respectivas pensiones adeudadas, el que se redujo en un porcentaje similar al valor adelantado.

Como se sabe, al comprar forzosamente este peculiar “producto financiero” al momento de jubilar, sus contratantes deben traspasar al contado, como “prima única”, la propiedad de su fondo AFP completo a la compañía de seguros, la que se compromete a devolverla en cuotas mensuales iguales hasta su fallecimiento.

La compra forzosa de este raro seguro de vida fue considerado un abuso nada menos que por un gobierno conservador en el Reino Unido, que la prohibió hace una década. Consideró correctamente que no se puede obligar a la ciudadanía a comprar un producto de un proveedor privado. Autorizó en cambio a los ahorrantes forzosos de lo que allá es una parte menor de sus contribuciones previsionales, sistema también impuesto allí con anterioridad, a disponer libremente de la totalidad del fondo acumulado al momento del retiro. Ordenó asimismo a las compañías de seguros devolver la totalidad de las “primas únicas” adeudadas a quienes habían contratado forzosamente rentas vitalicias con anterioridad.

En Chile, en cambio, quienes se jubilan por AFP no tienen la alternativa de disponer de su fondo ahorrado, supuestamente de su propiedad. Están forzados a dejarlo en manos de las AFP y recibirlo en cuotas mensuales de monto incierto en la modalidad de “retiro programado”, o a comprar una renta vitalicia que al menos les asegura montos mensuales conocidos.

Desde que se publican los registros por compañía en diciembre del año 2003 y hasta julio de 2024, Ohio se ha embolsado “primas únicas” de rentas vitalicias, es decir el fondo completo de quienes las contratan, por 21,3 millones de UF, equivalentes a 807 mil millones de pesos, unos 836 millones de dólares, cifra ochenta veces superior a la indemnización demandada.

Aún así, Ohio ocupa un lugar modesto, en facturación es la número 13 entre 32 compañías de seguros relacionadas con el negocio AFP. Las “primas únicas” que ha cobrado Ohio representan apenas el 1,7 por ciento del total embolsado por estas compañías por este concepto, las que sumaron 49.261 millones de dólares en ese período.

A ello hay que sumar las “primas únicas” embolsadas por el conjunto de las compañías de seguros en el período 1981-2003, las que sumaron 53.784 millones de dólares de hoy.

Lo anterior acumula un total de 103.045 millones de dólares en “primas únicas” embolsados por el conjunto de las compañías de seguros desde 1981 hasta julio de 2024.

A las “primas únicas” cobradas en este período hay que sumar 28.059 millones de dólares en primas de invalidez y sobrevivencia, pagadas al conjunto de compañías de seguros relacionadas con este negocio, y 4.106 millones de dólares en subsidios aportados por el Estado al pago de rentas vitalicias.

Por todos estos conceptos, el sistema AFP y el fisco han traspasado al conjunto de las compañías de seguros un total de 135.210 millones de dólares en primas únicas brutas, comisiones y subsidios, desde 1981 hasta julio de 2024. Esta cifra equivale a cerca de la mitad (47%) del total de cotizaciones obligatorias recaudadas por el sistema AFP, las que suman 288 mil millones de dólares a lo largo de cuatro décadas.

Este enorme flujo de dinero, proviene principalmente de cotizaciones obligatorias de millones de personas del pueblo trabajador, salarios que son traspasados a las compañías de seguros que conforman el corazón del sistema AFP. Este flujo de dinero les ha permitido financiar todas las pensiones vitalicias y cubiertas por el seguro pagadas en este período, las que sumaron 74.755 millones de dólares de hoy, y les ha sobrado la mitad.

La mitad de estos inmensos flujos de dinero ha ido a parar a sólo cuatro compañías de seguros, pertenecientes a cuatro reconocidos grupos económicos chilenos, que se han hecho multimillonarios en dólares gracias a los mismos. Ellos son los principales beneficiarios del ahorro forzoso AFP.