Varios grupos políticos de derecha y ultraderecha están activos, realizan manifestaciones en espacios públicos del país, reuniones de coordinación e incluso se aprestan a respaldar electoralmente a Republicanos y Chile Vamos en las municipales de octubre. En las últimas semanas realizaron protestas en calles de varias ciudades, lo que incluyó quejas de chilenas y chilenos por alteraciones e incivilidades. El activismo incluye intervenir en política interna, como tachar de “un peligro” e “inaceptable” la candidatura de Alejandro Navarro como Gobernador del Biobío. Para muchos sigue resonando el grito de derechistas venezolanos “Comunistas, maricones, los mataron por huevones”, lanzados en calles chilenas y no parece claro el límite de las actividades políticas de extranjeros en el país.
“El Siglo”. Santiago. 8/2024. “Comunistas, maricones, los mataron por huevones”, es una consigna gritada por venezolanas y venezolanos de derecha que participan constantemente en manifestaciones en calles de Chile, al tiempo que condenan a “la dictadura de Maduro”, se aprestan a apoyar política y electoralmente a candidaturas del Partido Republicano y Chile Vamos en las municipales, y entregan opiniones de política interna.
En territorio chileno están operando varios grupos venezolanos opuestos al proceso bolivariano en su país, entre ellos, Plataforma Unitaria en Chile, Solidaridad Activa, Partido Primero Justicia, Comando con Venezuela, Gran Alianza Electoral Nacional, Partido Voluntad Popular y Unión Democrática por Venezuela, entre otros. Dirigentes y miembros de esas organizaciones se reúnen regularmente en distintos puntos del país, establecen lazos con partidos de la oposición chilena, son consultados por medios de prensa afines y mantienen comunicación con las organizaciones de la derecha y la extrema derecha en Venezuela.
Además, en varias regiones tienen activismo permanente grupos migrantes de venezolanos que realizan acciones en torno de sus intereses, en contra del Gobierno de Venezuela y serían parte de respaldos electorales a candidatas y candidatos de derecha y ultraderecha en las elecciones municipales de octubre próximo. Todas estas representaciones suelen efectuar reuniones de coordinación política y planificación de acciones públicas.
Protestas e incivilidades en espacios públicos del territorio nacional
En el marco de las elecciones presidenciales del 28 de julio pasado, esos grupos antichavistas y otros segmentos de venezolanos, se organizaron y activaron en Chile para expresar su rechazo al resultado electoral, repudiar a Maduro, respaldar al candidato de la extrema derecha, Edmundo González, y ocupar espacios públicos del país para protestar.
Se produjeron manifestaciones de venezolanas y venezolanas anti bolivarianos en varias ciudades, lo que incluyó alteraciones del tránsito y en vías públicas, desórdenes y cierres parciales de estaciones del Metro, altercados con vecinas y vecinos que se quejaron de incivilidades, cortes de avenidas y calles, e intervención de Carabineros.
Las organizaciones opositoras venezolanas se movilizaron en torno de la embajada de Venezuela en la comuna de Providencia y efectuaron manifestaciones en el Parque Almagro de Santiago, Plaza Sucre en Viña del Mar, calles céntricas de Talca y en la Plaza de los Tribunales en Concepción. Quedó establecido el grado de coordinación en Chile.
Atacar a candidatos del oficialismo y apoyar candidaturas de la oposición
En medio de todo aquello, hubo personeros de la derecha y extrema derecha de Venezuela radicados y activos en Chile, que intervinieron en política interna atacando al candidato oficialista a Gobernador de la Región del Biobío, Alejandro Navarro.
Mary Montesinos, descrita en nota del diario El Mercurio como “representante de la comunidad venezolana”, dijo de Navarro que “este tipo de personas son un peligro al asumir un poder tan grande como una gobernación regional y administrando arcas regionales”. Guarequena Gutiérrez, quien llegó a Chile como “embajadora” del anti bolivariano Juan Guaidó, indicó a El Mercurio, refiriéndose a Alejandro Navarro, que “produce mucha preocupación” que él pueda ocupar un cargo público y que “es alarmante pensar que se puedan replicar en cualquier región de Chile las políticas ( ) que se han aplicado en Venezuela”. En tanto, el venezolano Marcos Garzón, cuestionó: “Llevar a un abanderado que ha estado apoyando a Maduro en la persecución de la población es algo inaceptable y contradice la línea actual del Presidente Boric…”.
Con las manifestaciones en territorio chileno, ataques contra dirigentes del oficialismo como Navarro, expresiones despectivas hacia los comunistas chilenos, apoyos políticos a la derecha y la extrema derecha chilena, se instala como objetivo traer a Chile la confrontación interna venezolana y lo que algunos parlamentarios han cuestionado como la “venezualización” de la política interna, en lo cual estarían influyendo los grupos antichavistas que operan en el país.
En este marco, hay versiones de que personeras o personeros venezolanos podrían asumir roles de jefaturas de campaña o en equipos de campañas de candidatos de Republicanos o Chile Vamos en las elecciones municipales y tener activismo proselitista más protagónico, en el camino del anticomunista de origen cubano, Mijail Bonito, que se barajó como candidato a diputado por Evópoli y que terminó trabajando en el Gobierno de Sebastián Piñera. Analistas electorales, comentaristas y medios de prensa hacen ver que venezolanas y venezolanos opositores al proceso bolivariano serían un reforzamiento electoral de la oposición chilena en las elecciones municipales de octubre próximo.
Entre protestas copando espacios públicos, criticando candidaturas de un sector político chileno y estableciendo apoyos a la oposición local, no parece claro el límite de activismo político de extranjeros en el país.
Como sea, ese activismo político venezolano en territorio chileno se suma a otros fenómenos, como la presencia delictiva venezolana a través de bandas del crimen organizado, las operaciones criminales del Tren de Aragua (de origen venezolano), la migración ilegal venezolana que se detecta en varias ciudades del país, sobre todo en el norte, la gran cantidad de personas de ese país que están con orden de expulsión y un número indeterminado que permanece ilegal o irregular en Chile.