La antropóloga Francisca Fernández, indicó que “la vida cada vez está más cara, más precarizada y esas son violencias estructurales que van gatillando más violencia y criminalidad” y acentuó que “la intensificación de la precariedad estructural genera rabia, malestar, desencanto y respuestas violentas”. Hablando de factores que inciden en el escenario delictivo, la académica de la Universidad Academia Humanismo Cristiano apuntó a “malas políticas, malas gestiones, corrupción, una mirada criminalizada que refuerza el cercamiento del espacio público en vez de reforzar el cuidado colectivo y generar estrategias comunitarias de cuidado de los espacios públicos, el conocerse entre vecinas y vecinos, entonces las causas de esta situación son obviamente sociales”. Sobre medidas como construir una cárcel de máxima seguridad, sostuvo que “lo único que hace es situar la problemática no en su dimensión estructural, sino en soluciones inmediatistas que no tiene ningún efecto a mediano y largo plazo” y enfatizó que “lo fundamental son respuestas sociales colectivas y no esta lógica de incautación de armas o el aumento de la policía”.
Hugo Guzmán. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 7/2024. ¿Dónde estaría el origen de lo que estamos viviendo en delincuencia? ¿En la pobreza, la mala o falta de educación, los migrantes, malas políticas de seguridad pública?
Una cosa importante es que el origen del relato sobre la violencia, la criminalidad y la seguridad que estamos viviendo, está en directa relación con la precarización de la vida. Creo que es importante señalar que estamos ante un debate estructural que está en directa relación a la intensificación de las políticas neoliberales. La vida cada vez está más cara, más precarizada y esas son violencias estructurales que van gatillando más violencia y criminalidad. Por otra parte, el modo de operar que han tenido los distintos gobiernos de turno para pensar la seguridad es en términos de criminalización, de aumento de la segregación, reforzando estereotipos y no pensando en la seguridad más bien en clave de cuidados colectivos, de cómo enfrentar desde lo comunitario situaciones complejas. La intensificación de la precariedad estructural finalmente genera rabia, malestar, desencanto y también respuestas violentas. Por otro lado, me parece muy grave la criminalización que se hace de la migración, como si fuera un componente del aumento de la violencia, de la criminalidad y de la inseguridad. Hoy lo que vemos es el aumento de trata de personas, sicariato y redes internacionales de mafia donde hay distintas nacionalidades y muchas veces esas nacionalidades son comandadas por chilenos y chilenas. Me parece muy complejo asociar directamente el aumento en la migración a este fenómeno de delincuencia, siendo que históricamente la migración ha sido una dinámica humana y que corresponde a un derecho humano. Como factor actual de inseguridad, eso lo ha reforzado más bien los estereotipos de los medios de comunicación, que criminalizan la pobreza y hoy criminalizan la migración.
¿Las causas de lo que ocurre son fundamentalmente sociales o técnicas, o ambas? Porque se habla de aumentar incautación de armas y de policías, pero poco de respuestas sociales.
Las causas fundamentalmente son sociales, pero también técnicas. Malas políticas, malas gestiones, corrupción, una mirada criminalizada que refuerza el cercamiento y la privatización del espacio público en vez de reforzar el cuidado colectivo y generar estrategias comunitarias de cuidado de los espacios públicos, el conocerse entre vecinas y vecinos, entonces las causas de esta situación son obviamente temas sociales. Insisto, una crisis económica estructural, un malestar de esta precarización muy acompañada con la intensificación de las políticas neoliberales pospandemia y, por otro lado, obviamente dinámicas internacionales de las que Chile no escapa, de redes de corrupción, de narcotráfico, de trata de personas. También una mirada que fomenta la lógica militar y policial y no así las respuestas colectivas como yo señalaba de que como comunidad, como vecindad, vayamos construyendo nuestra forma de ocupar el espacio de cuidarnos. También consolidar políticas públicas reales y efectivas para la necesidad de las personas. Eso me parece muy importante y ahí vemos que lo fundamental son respuestas sociales colectivas y no así esta lógica de incautación de armas o el aumento de la policía que lo único que va haciendo es incrementar el miedo, a la vez que incrementan la inseguridad y, en directa relación, también incrementan la violencia. Entonces, insisto mucho en las dimensiones estructurales.
En los fenómenos delictivos ¿hay factores culturales?
Bueno, sí, tiene que ver con la subjetividad neoliberal, con esta subjetividad de la competencia, del exitismo, la lógica de acumulación, obviamente la propiedad privada, son valores culturales de las sociedades modernas. Están, de cierta forma, reproduciéndose, arraigándose en las personas y eso va calando cada vez más cuando vemos personas cada vez más individualistas, más vinculadas con la mercantilización de todo, ver el éxito vinculado con la adquisición de bienes materiales y no así con, por ejemplo, un ideario de bienestar común o de defensa a los comunes. Entonces obviamente que veo que los fenómenos delictivos tienen que ver con un tipo de valores societales que están muy arraigados con la lógica de la propiedad privada, del exitismo, de la competencia.
¿Qué le parecen medidas como construir una cárcel de máxima seguridad para jefes narcos o del crimen organizado?
Respecto al proyecto del Ejecutivo de crear más cárceles especializadas me parece muy complejo porque justamente esta lógica de cárcel especializada con crímenes de alta connotación es de lo que acabo de hablar. Lo único que hace es situar la problemática no en su dimensión estructural, sino en soluciones inmediatistas que no tiene ningún efecto a mediano y largo plazo. Más cárceles está en directa relación a más aumento de la criminalización. Si pensamos que Chile es uno de los países que más aplica prisión preventiva en América Latina, vemos que el encarcelamiento no está en directa relación con la mejora de las situaciones o de la reinserción de las y los condenados. Me parece muy complejo que las cárceles especializadas sea una de las medidas consideradas, finalmente lo que estamos haciendo, de cierta forma, es reforzando la lógica del gueto, la lógica de la segregación y la lógica del no abordaje de los temas estructurales que tiene que ver, insisto, con la precariedad, con la pobreza, con la falta de oportunidades, y una subjetividad neoliberal que se va perpetuando y que finalmente genera esta lógica individualista que recae en violencia entre colectividades. Acá lo urgente, más que nunca, es cómo reforzamos los idearios de comunidad, de colectividad, de proyecto conjunto desde un foco de solidaridad y reciprocidad. Ahí está el gran desafío.