La muerte del abogado que descubrió los archivos del Plan Cóndor

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Martín Almada falleció este fin de semana en Paraguay, lo que causó consternación en países de América Latina. Este jurista encontró los “Archivos del Terror” que evidenciaron las operaciones represivas de las dictaduras del Cono Sur, que dejaron una estela de muertos y detenidos desaparecidos. Gracias los documentos hallados por Aldama, se pudo saber que el Plan Cóndor significó el asesinato de 50 mil personas, la desaparición de 30 mil y el arresto y tortura de 400 mil opositores a las dictaduras.  “Nos deja una agenda de trabajo inmensa a favor de la lucha a favor de los derechos humanos” dijo su viuda, María Stella Cáceres.

Asunción. 1/4/2024. Consternación causó en países de América Latina la información del fallecimiento del jurista paraguayo, Martín Almada (87 años), quien descubrió loa “Archivos del Terror” que permitieron conocer la implementación del siniestro Plan Cóndor, creado y desarrollado por las dictaduras de Paraguay, Argentina, Chile, Brasil y Uruguay y que dejó una estela de muertos y detenidos desaparecidos.

El mismo Almada fue víctima de la represión. Detenido, torturado, y exiliado, nunca abandonó la labor por conocer la verdad de las operaciones dictatoriales y dio, en Paraguay, con los archivos que fueron la evidencia del macabro plan de militares del Cono Sur.

En su país natal se efectuaron las ceremonias por su fallecimiento del abogado, activista de derechos humanos y escritor, fallecido este fin de semana y cuya lucha, aseguran sus seres queridos, se mantiene “vigente” e “intacta”. Hubo emotivas palabras de sus seres queridos y Almada fue recordado como un hombre que libró numerosas batallas por los derechos humanos y, en particular, por preservar la memoria sobre lo ocurrido.

“Martín simplemente trascendió a otro plano, pero sus sueños, sus objetivos, siguen vigentes”, dijo a la agencia de noticias EFE, María Stella Cáceres, viuda de Almada. Cáceres dirige el Museo de Las Memorias: Dictadura y Derechos Humanos, impulsado por la Fundación Celestina Pérez de Almada, creada en honor a la primera esposa de este luchador social. Celestina Pérez falleció el 5 de diciembre de 1974, víctima de un infarto, después de ser detenida, torturada y obligada a mirar cómo su compañera era torturado. Martín “nos deja una agenda de trabajo inmensa a favor de la lucha a favor de los derechos humanos” agregó Cáceres, para quien “la lucha continúa en todos los espacios” por un camino que “no tiene fin”.

Su biógrafo y escritor, Pablo Daniel Magee, indicó que la obra de Almada es estudiada en Italia, Francia, España, Alemania, Colombia, Portugal, Argentina y Chile, entre otros países. “Martín Almada desapareció físicamente, pero su lucha sigue intacta y la resolución con la cual vamos a llevar adelante la causa de los derechos humanos es más firme que nunca”, sentenció.

Martín Almada fue detenido el 26 de noviembre de 1974 por la Policía Técnica (el principal equipo represivo de la dictadura de Alfredo Stroessner). Salió de la cárcel en 1977, y vivió el exilio en Panamá y Francia, donde trabajó para la Unesco. Volvió a Paraguay en 1989.

El jurista, por su labor, fue Premio Nobel Alternativo el 2002.

Desde la Corporación Parque por  la Paz Villa Grimaldi se lamentó la muerte del jurista y se recordó que “en diciembre de 1992 Almada, secundado por parlamentarios y fiscales, allanó una comisaría en la ciudad paraguaya de Lambaré, fronteriza con Argentina, descubriendo toneladas de documentos correspondientes a los archivos del Plan Cóndor: una coordinación secreta entre los aparatos represivos  de las dictaduras suramericanas para intercambiar información y prisioneros políticos, ideada por Henry Kissinger y el dictador argentino Jorge Rafael Videla”.

Sobre el fallecimiento de este luchador social, el Presidente de Paraguay, Santiago Peña, publicó en su cuenta en X: “Eterna gratitud para Martín Almada, maestro y luchador por la libertad. Su protagonismo en el descubrimiento del archivo del terror ha sido preponderante para la democracia”.

Descubriendo los “Archivos del Terror”

Un Hábeas Data presentado por Almada, el primero desde la Constitución paraguaya de 1992, permitió descubrir, el 22 de diciembre de ese año, unas tres toneladas de documentos en una instalación policial ubicada en la localidad de Lambaré (vecina a Asunción) tras un allanamiento ordenado por el juez José Agustín Fernández.

El archivo, declarado por la Unesco Patrimonio Documental Mundial, incluye documentos sobre la represión policial en el país y que probaron la existencia del Plan Cóndor, que involucró a las dictaduras de suramérica entre 1970 y 1980.

En los archivos hallados por Almada estaban todas las comunicaciones escritas entre autoridades policiales, militares y delatores civiles de Paraguay, Argentina, Brasil, Chile y Uruguay, informes de seguimiento y búsqueda de opositores a las dictaduras, controles de ciudadanos y de organismos de derechos humanos, datos sobre detenidos torturados, ejecutados y hechos desaparecer. También los documentos revelaron el intercambio de prisioneros entre los militares y las policías, la mayoría de los cuales se convirtieron en detenidos desaparecidos. Todo eso incluyó intercambio de documentos de identidad y pasaportes falsos entre los agentes represivos de Paraguay, Argentina, Brasil, Chile y Uruguay.

En el diario Página12 de Argentina, se recordó que en una entrevista en 2014, Martín Aldama dijo que “yo quería saber cómo murió mi esposa, a mí me dijeron que se había suicidado, cosa que sabía que no podía ser cierta. Y después quería saber por qué en el operativo contra mi persona había implicados militares argentinos, brasileños, bolivianos, todos operando en Asunción. Como fruto de eso hallamos en Lambaré toneladas de documentos sobre la represión en mi país a anarquistas, comunistas, socialistas y subversivos, o sea, yo y otros. A mí me calificaron como peligroso intelectual, porque en la Universidad de La Plata había escrito Paraguay, educación y dependencia”.

Almada indicó también que “tenemos el Archivo del Terror, donde están los papeles de Cóndor, y el Museo de las Memorias, en plural. Nosotros mostramos a los jóvenes la historia de los reprimidos y también de los represores. Vi la Costanera de Buenos Aires, con los nombres de las víctimas, pero no están los nombres de los victimarios”.

Desde la Corporación Villa Grimaldi se señaló que “el descubrimiento y procesamiento de la información de los archivos de Cóndor, constituye un hecho histórico, de enorme importancia para conocer la verdad, hacer justicia y reparar a las víctimas de esta conspiración.  Gracias a este archivo se han logrado pruebas en múltiples juicios a represores en distintos países de la región, incluyendo al ex dictador Augusto Pinochet. En 2016, con motivo de la conmemoración del Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada, el jurista envió a Villa Grimaldi un saludo donde hace hincapié en el caso de Jorge Fuentes Alarcón, ‘el trosko’ Fuentes, alto dirigente del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) detenido en Paraguay y entregado posteriormente a la Dirección de Inteligencia  Nacional (DINA) quienes lo trasladan a Villa Grimaldi, lugar de donde desaparece luego de meses de maltratos y humillaciones”.

En el mensaje que en esa ocasión envío a Chile Martín Aldama, manifestó que “es claro que las FF.AA. del Cono Sur de América Latina fueron los instrumentos más certeros usados por el imperio de turno para detener el avance social y económico, destruyeron el sindicalismo, el sistema educativo y disolvieron las organizaciones populares. El destacado intelectual Jorge Fuentes Alarcón fue víctima del sistema represivo de Chile, Argentina y Paraguay. Recuerdo que fui objeto de un juicio extrajudicial en manos de militares del Cono Sur (Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay) en diciembre de 1974. También fueron objeto del mismo procedimiento tanto el abogado argentino Amílcar Latino Santucho y el sociólogo chileno Jorge Fuentes Alarcón  en mayo de 1975. Hoy llegamos a la conclusión que no fueron los rebeldes como Santucho y Fuentes Alarcón los que crearon problemas a América Latina, son los problemas del mundo los que crearon los auténticos rebeldes”.

En una entrevista que dio al periódico La Jornada de México, Almada señaló que “en el momento en que vi aquella montaña de papeles que yo había imaginado en mis sueños de justicia, no pude contenerme y lloré de emoción, un asustado policía nos llevó hacia otra habitación donde había algunos archivos de las operaciones infames de la famosa Policía Técnica y luego pudimos desenterrar, a unos 60 metros de este local de Lambaré, una bolsa de documentos personales de paraguayos y argentinos; identificaciones de personas desaparecidas que estaban ocultas bajo la tierra en bolsas de plástico para protegerlas de la humedad”.

El terrible Plan Cóndor

El Plan Cóndor y Operación Cóndor, fue organizado e implementado por los altos mandos de las Fuerzas Armadas de Paraguay, Argentina, Brasil, Chile y Uruguay y patrocinado por el Gobierno de Estados Unidos, que puso a disposición de los represores suramericanos a agentes de la CIA (Central de Inteligencia Americana) y funcionarios del Departamento de Estado.

Jugaron un papel militares y funcionarios de Perú, Colombia y Ecuador y grupos terroristas de origen cubano que operaban desde Miami, Estados Unidos.

El objetivo central era encontrar, arrestar, torturas, ejecutar y desaparecer a militantes de organizaciones antidictatoriales, a opositores a los regímenes militares y desarticular coordinaciones entre sectores democráticos y de izquierda del Cono Sur.

Gracias los documentos hallados por Martín Aldama, se pudo saber que el Plan Cóndor significó el asesinato de 50 mil personas, la desaparición de 30 mil y el arresto y tortura de 400 mil opositores a las dictaduras.

En la coordinación e intercambios entre militares y policías de Paraguay, Argentina, Brasil, Chile y Uruguay, se incluyó instruir en métodos de arresto, tortura y desaparición de personas, traspaso de documentación falsa para los agentes represores, instalación de casas de tortura y detención, operaciones ilegales en esos países, intercambio de prisioneros, traspaso de informes de actividades de las organizaciones antidictatoriales y entrega de información a organismos de Estados Unidos.

El Plan Cóndor fue diseñado dentro de la doctrina de Seguridad Nacional ideada e implementada en América Latina por Estados Unidos y sus aliados de las dictaduras militares.