El escándalo de presuntos sobornos y cohechos de grandes empresarios hacia ciertos funcionarios de Impuestos Internos y de la Comisión para el Mercado Financiero desplazó el interés ciudadano por el proceso plebiscitario, superando al caso Convenios y a la ofensiva contra el Presidente Boric, su intimidad y su Gobierno.
José Luis Córdova. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 24/11/2023. Apagados los fuegos fatuos de la Teletón y de los Juegos Panamericanos, la televisión chilena volvió a la rutina diaria con acento en los temas de seguridad, delincuencia, la intimidad del Presidente Boric, muy poco de los Juegos Parapanamericanos y otros temas menores.
El primer capítulo de la franja televisiva electoral de la opción “En Contra” revisa los temas más cuestionables del texto constitucional propuesto por el Consejo de mayoría Republicana, mientras la mención “A Favor” insistió en atacar al Gobierno e imponer debates ajenos a una Carta Magna con temáticas oportunistas y populistas.
Si es cierto que la franja podría inclinar la aguja entre los indiferentes, los no votantes y los nulos o blancos, en la televisión tenemos una vitrina abierta para la propaganda descarada de las AFP, de las Isapres y clínicas privadas, así como de “opinólogos”, periodistas y lectores de noticias devenidos en Catones. Tanto así que el autodenominado “Sepu”, el profesional Rodrigo Sepúlveda invitó a los televidentes de Mega “a dormir la siesta” porque venía la franja electoral. Actitudes como estas debilitan nuestra feble democracia y son caldo de cultivo para retrocesos civilizatorios como los que proponen los republicanos para nuestro país.
Mónica Rincón, Matías del Río, Iván Valenzuela, Constanza Santa María y Monserrat Álvarez se van sumando al coro de los que afirman que quienes voten “En Contra”, estarían defendiendo o avalando la Constitución del 80 de Jaime Guzmán. La verdad es que la avalancha de acusaciones de este tipo desoye la posibilidad de futuros acuerdos para reiniciar en el futuro un nuevo proceso constitucional.
El escándalo de presuntos sobornos y cohechos de grandes empresarios hacia ciertos funcionarios de Impuestos Internos y de la Comisión para el Mercado Financiero desplazó el interés ciudadano por el proceso plebiscitario, superando al caso Convenios y a la ofensiva contra el Presidente Boric, su intimidad y su Gobierno.
A estas alturas, surge el temor de que el debate judicial se traslade a tratar de desestimar la prueba -es decir- la legitimidad del audio acusatorio grabado subrepticiamente por uno de los participantes en la reunión conspirativa que encabezaba el abogado Luis Hermosilla. Asimismo, se reitera la línea de defensa de los inculpados a partir del “secreto profesional”, aunque destacados juristas aluden a límites de este derecho, sobre todo en caso de delitos y flagrancia.
Pareciera ser que, para la televisión, la filtración se convertirá en la trama definitiva, omitiendo la conducta delictiva de fondo que revela la grabación de las conversaciones entre los procesados ante la justicia.
Los analistas “políticos” -convertidos en “estrellas” televisivas- Marco Moreno, Mauricio Morales, Cristián Valdivieso, Kenneth Bunker, hasta Pepe Auth y Libardo Buitrago compiten con expersoneros del Gobierno de Piñera como Karla Rubilar, Mario Desbordes, Jaime Bellolio y Jaime Mañalich en interpretar el texto republicano en matinales y espacios de “debate” político.
Los “portonazos”, “motochorros”, las encerronas y los “turbazos” han dado paso a los secuestros, extorsiones y otros productos de “exportación”, atribuidos sobre todo a migrantes, aunque los delincuentes criollos han dado visibles muestras de ser estudiosos aprendices de nuevas prácticas en nuestra hampa local.
Las pautas editoriales de la televisión fomentan el temor ante la violencia delictual, la incertidumbre económica en los hogares, exigiendo Estado de Excepción en todo el territorio nacional y amenazando con acusaciones constitucionales contra los ministros del Interior y Vivienda con el chantaje de expulsar antes de fin de mes a 12 mil migrantes irregulares.
Hay que recordar que durante todo el Gobierno de Piñera se expulsó apenas a un millar de extranjeros sentenciados por la justicia. Pero ningún delincuente de cuello y corbata pasó siquiera hasta ahora por la cárcel y en realidad son estrellas de las redes sociales y de la televisión.