La ONU estableció factores del fracaso del sistema financiero internacional. Tres mil 300 millones de personas afectadas por el esquema de endeudamiento. El débito público se elevó a 92 billones de dólares, 5 veces más que en 2000, sobre todo por gobiernos que tuvieron que endeudarse para encarar la pandemia del Covid-19. El sector monopólico financiero privado hegemoniza el sistema financiero mundial, con grandes ganancias.
Agencias. Nueva York. 13/7/2023. El secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, denunció la constatación del fracaso en cuanto al funcionamiento del sistema financiero internacional que, entre otras cosas, permite que 3 mil 300 millones de personas vivan en países donde los gobiernos gastan más en pagar los intereses de sus deudas externas que en planes de educación o salud.
Es decir, hay decenas de naciones que destinan más recursos para saldar pagos con entidades financieras monopólicas, internacionales y hegemónicas, que usar recursos en atención en salud y educación para su ciudadanos.
De acuerdo con el informe de la ONU “Un mundo de deudas”, el pasivo público mundial alcanzó la cifra récord de 92 billones de dólares en 2022.
Esta alza se debió fundamentalmente a deudas que tuvieron que adquirir países en vía de desarrollo o pobres, por los efectos de la pandemia del Cobid-19. O se endeudaban o dejaban desprotegida a la población. De acuerdo a la ONU, los países en desarrollo son los que más están sufriendo la carga de deuda financiera en el mundo y son los que menos tienen para pagar. Eso, recordando la falta de ayuda de potencias mundiales a países subdesarrollados en medio de la pandemia del Covid-19, dejándolos incluso sin vacunas.
“La mitad de nuestro mundo se hunde hacia un desastre del desarrollo, alimentado por la aplastante crisis de la deuda”, cuestionó Antonio Guterres.
Las deudas insostenibles están concentradas en países pobres y no están consideradas como un riesgo sistémico.
Los países en desarrollo acumulan casi 30% de la deuda pública mundial, de la que 70 por ciento corresponde a China, India y Brasil. Cincuenta y nueve países en desarrollo se enfrentan a un nivel de deuda con relación al producto interno bruto (PIB) superior a 60 por ciento, y que aumenta más rápido porque los intereses que pagan son cada vez más altos.
Además, la arquitectura financiera internacional hace que el acceso de los países en desarrollo a la financiación sea inadecuado y caro, señaló el informe de la ONU.
En 2010, los acreedores privados representaban 47% de la deuda externa de los países en desarrollo, pero en 2021 ese porcentaje se elevó a 62 por ciento.
En África, la participación de los acreedores creció de 30% en 2010 a 44 por ciento en 2021, mientras América Latina tiene la mayor proporción de acreedores privados en posesión de deuda pública externa de todas las regiones, con 74%.
Del total, 52 países -cerca de 40% del mundo en desarrollo- tienen importantes problemas de deuda, recordó Guterres, quien ha reclamado sin éxito una reforma de las instituciones financieras internacionales. Es un resultado de la desigualdad intrínseca de un sistema financiero obsoleto, que refleja las dinámicas coloniales de la época en que se creó, se indicó.
En el marco del informe de la ONU se recordó que el sector monopólico financiero privado hegemoniza el sistema financiero mundial, con grandes ganancias, y mucha veces en manos de grupos o familias financieras de países desarrollados.