Así lo indicó el dirigente del PC, Marcos Barraza, quien recordó, por lo demás, que “el día del golpe estaba programado el anuncio de un plebiscito que era la voluntad democrática del Presidente”. En el marco de los 50 años de la asonada golpista, el exministro y exconvencional expresó que “para los comunistas, el Gobierno de la Unidad Popular es un gobierno inconcluso, derrotado por la fase de la vía de las armas a través del golpe civil-militar, pero legitimado en las urnas y legitimado socialmente”.
“Radio Nuevo Mundo”. Santiago. 20/6/2023. “La Unidad Popular es la experiencia en materia de transformaciones en el país más importante que ha existido en Chile” afirmó el integrante de la Comisión Política del Partido Comunista (PC) y Marcos Barraza, en declaraciones a Radio Nuevo Mundo.
El también ex ministro de Estado y exconvencional constituyente, abordó el tema del período del Gobierno del Presidente Salvador Allende y la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado. Estos son párrafos destacados de sus declaraciones:
“La Unidad Popular es el punto alto de décadas de luchas sociales, es un acumulado histórico, ahí están expresadas las voces de los invisibles, de las invisibles, de aquellos que históricamente han sido postergados por las élites. Me refiero a los trabajadores, a las trabajadoras, a las pobladoras, a los pobladores, a las estudiantes, a los estudiantes, me refiero a un pueblo que es diverso, que tiene una fisonomía distinta en cada región, pero que tiene un común denominador de tener una calidad de vida y derechos compartidos a nivel nacional, y la Unidad Popular expresa aquello”.
“Y la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado no se agota en la propia conmemoración, es un hito, sin dudas, pero lo que está en disputa es básicamente la lectura histórica y las proyecciones. Para los comunistas, el Gobierno de la Unidad Popular es un gobierno inconcluso, derrotado por la fase de la vía de las armas a través del golpe civil militar, pero legitimado en las urnas y legitimado socialmente”.
“El programa del Presidente Allende es un programa visionario que puso al centro la dignidad de las personas, la soberanía económica para el pueblo de Chile; que a su vez estableció soberanía política para el pueblo de Chile y lo que vemos hoy día es una derecha que ha adoptado una ofensiva radicalmente negacionista que lo que busca es justificar el golpe de Estado, que lo que busca es empatar al Presidente Allende con el dictador Augusto Pinochet. Hemos escuchado, hemos visto personeros de la UDI que han señalado que Allende es equivalente a Pinochet, y eso es un empate falso, una aberración histórica”.
“Lo que se busca es reescribir la historia, porque si hubo un Gobierno violador de los derechos humanos, si hubo un gobierno civil-militar que cometió crímenes de lesa humanidad e implementó un sistema económico a sangre y fuego, que impuso el sistema de las AFP y de las Isapres, ese fue el de la dictadura. Y eso no tiene ninguna equivalencia de ninguna manera con el Gobierno democrático y popular del Presidente Allende, que es un Gobierno legitimado electoral y socialmente”.
“Nosotros no estamos de acuerdo con el negacionismo, lo rechazamos, pero tampoco con el empate neutral. El Gobierno del Presidente Allende es un Gobierno de dignidad y de transformaciones y es muy importante decirlo, porque no puede haber ninguna duda de que los grandes pesares que ha tenido Chile son la continuación de las políticas de la dictadura”.
“El Presidente Allende siempre se legitimó sobre la base de la voluntad popular, es más, el día del golpe estaba programado el anuncio de un plebiscito que era la voluntad democrática del Presidente. Entonces, estamos hablando de un reconocimiento histórico del cual el Partido Comunista es protagonista; para nosotros es clave reivindicar la figura del Presidente Allende y es clave reivindicar la figura de la Unidad Popular, porque cuando reivindicamos la figura de Salvador Allende y cuando reivindicamos el Gobierno Popular, reivindicamos a la democracia y la profundización de la democracia”.
“Fue un Gobierno asediado por poderes fácticos, por poderes económicos, por una derecha política de extrema derecha, por el Gobierno de Estados Unidos, hay que decirlo, o sea, enfrentó poderes económicos internacionales a propósito de la nacionalización del cobre. En definitiva, fue un Gobierno que dada su vocación y voluntad de transformación, de cambio y de justicia social, tuvo que hacer frente a las peores conductas antidemocráticas de los grupos económicos de la extrema derecha y los capitales transnacionales, y esto es importante decirlo porque no hay nada que justifique el derrocamiento del Gobierno del Presidente Allende, y eso es especialmente importante en momentos en que se busca imponer un negocianismo que es obsceno. Hace algunos días, en una entrevista, la presidenta del Consejo Constitucional, que es del Partido Republicano, se negó, sistemáticamente, a condenar las violaciones a los derechos humanos en la dictadura. Eso no tiene explicación, no tiene justificación”.
“Una conducta civilizatoria a tono con el reconocimiento de los derechos humanos como un valor fundamental de la sociedad, implica a todo evento, reconocer que lo que se vivió durante la dictadura de Pinochet fue un Gobierno genocida y no reconocerlo es mentirle a la historia; mentirle a las nuevas generaciones”.
“Hay una disputa de ideas intensa, y el deber de los y las comunistas es hacer claridad a las nuevas generaciones respecto a que el proyecto de la Unidad Popular se edificó sobre la base de la justicia social, de la igualdad de derechos y la voluntad mayoritaria del pueblo de Chile de manera democrática, no fue sobre otras premisas, y eso es especialmente importante cuando discutimos sobre la lo que fue la Unidad Popular y lo que se debiese ser la democracia. La Unidad Popular debiese ser la democracia”.