Así lo expresó el senador Daniel Núñez, experto en el tema, quien también planteó que “para eso debe enviar un proyecto de ley al Congreso”. En contrapunto advirtió que “existe el peligro de que el litio sea privatizado y desnacionalizado”.
Hugo Guzmán. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 20/372023. En estos meses Chile vive momentos definitorios sobre la explotación y uso de uno de sus minerales estratégicos: el litio. El país, con un rol decisivo del Gobierno, puede dejar ese recurso natural en manos de trasnacionales y grandes consorcios financieros privados, o ponerlo en manos del sector público para beneficio nacional, como ocurre en la mayoría de naciones que tienen reservas de litio. Y la incertidumbre se instaló con fuerza, después de señales desde el oficialismo de que se podría beneficiar finalmente a los privados.
El senador Daniel Núñez lleva años preocupado del tema, levanta alertas y plantea opciones precisas para que se garantice que el mineral blanco quede en manos del Estado chileno y no de consorcios extranjeros y grupos monopólicos locales.
¿Por qué tus críticas al subsecretario de Minería, Willy Kracht?
Las declaraciones del subsecretario Kracht a El Mercurio fueron muy desafortunadas. Él instala la idea que el Gobierno puede entregar la extracción del litio a privados en salares donde hoy día no hay explotación. La gravedad de esas declaraciones es que se retrocede en lo definido en el programa del Presidente Gabriel Boric, y al igual como sucedió con (Sebastián) Piñera, se comienza a hablar de que grupos económicos locales y trasnacionales se apropien del litio.
La entrega del litio a privados va en línea con el planteamiento que instaló Eduardo Bitran en el segundo Gobierno de Michelle Bachelet cuando se renegocian los contratos de Corfo con Abermarle y SQM. Si bien es cierto que la presión ciudadana obligó a que en dicha renegociación los nuevos contratos establecieran pagos diferenciados -a mayor precio del litio mayor pago de regalía a Corfo-, ellos siguen en la orientación de privilegiar a privados en desmedro de la acción directa del Estado. Bajo esta lógica, en el caso del cobre no debería existir Codelco, pues basta cobrar un “buen royalty” a las mineras privadas y queda resuelta la apropiación de la renta minera por el Estado, craso error.
¿Ves un peligro que las trasnacionales, grandes empresas extranjeras, finalmente se apropien de la explotación y uso del litio?
Sí, efectivamente existe el peligro de que el litio sea privatizado y desnacionalizado. La derrota del Apruebo el 4 de septiembre ha generado una ofensiva del gran capital y la ultraderecha que apunta a bloquear o desnaturalizar las reformas emblemáticas del Gobierno. Ya lograron el rechazo de la reforma tributaria en la Cámara de Diputadas y Diputados, ahora buscan desnaturalizar la reforma previsional y, seguro, se la jugarán por bloquear la creación de la Empresa Nacional del Litio. La estrategia del capital es obvia; si no se puede crear la Empresa Nacional del Litio, entonces para aprovechar el “boom” hay que abrirle la puerta a privados.
Lo que debemos entender es que en la actividad minera los grupos económicos nacionales y las trasnacionales se comportan de manera “rentista”, es decir, buscan la mayor ganancia al menor tiempo posible, extrayendo a destajo y contaminando. Entonces, la creación de una empresa estatal que explote el litio es la única manera de desarrollar otro tipo de minería, donde se incorpore valor agregado, y se apueste por la integrarnos a la cadena de valor de las industrias asociadas al uso del litio.
¿Cómo ves la perspectiva de una Empresa Nacional del Litio, la participación de privados y, específicamente, qué ocurrirá con SQM?
El Gobierno debe jugarse con todo por la creación de la Empresa Nacional del Litio. Y para eso debe enviar un proyecto de ley al Congreso. Ahora, como sabemos que la aprobación de esta iniciativa legal será una dura batalla que tomará su tiempo, y hay necesidad de avanzar de inmediato, el Gobierno tiene la opción de tomar el control de los salares en este instante, a través de una filial de una empresa del Estado con giro minero, ya sea Codelco o Enami. Esta filial debe ser 100% estatal y perfectamente pueden crearse subfiliales por cada salar donde entre en operación, donde además podrán participar en forma minoritaria socios privados.
Respecto al salar de Atacama, hoy día tenemos dos empresas privadas operando allí, en pertenencias mineras que son propiedad de Corfo: Abermarle y SQM. El Gobierno debe ser firme y resistir la brutal presión que ejercerá esta minera y también su sofisticado “lobby” corruptor de Julio Ponce Lerau. Aprovechando que el contrato de arrendamiento con SQM termina el 2030, se propone que Corfo, ahora ya, le arriende esa área del salar a una filial de Codelco o Enami por un período de tiempo que perfectamente puede llegar hasta el 2043. Además, Corfo también deberá entregar a la esta filial una cuota de litio que haga atractivo el negocio de explotación y le permita al Estado buscar un socio privado, en condiciones ventajosas.
¿Cómo recibiste la noticia de que el Congreso mexicano nacionalizó el litio? ¿Es viable algo así en el Congreso chileno?
La nacionalización del litio que impulsó el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador sin duda es una noticia espectacular, que marca un rumbo a seguir para otros países de América Latina. También pone de manifiesto que México tiene conciencia que un mineral estratégico como el litio debe ser utilizado en beneficio del país y no puede entregarse a la voracidad del capital. En México se dieron cuenta que la única forma de asegurar una explotación del litio guiada por el interés nacional, donde se apueste por su aporte al desarrollo industrial, es a través de su nacionalización, por tanto, que el Estado sea el único habilitado para explotar este mineral.
Ahora, el caso de Chile es diferente, porque en nuestro país existe una situación muy especial. Es decir, el litio, a diferencia de otros minerales como el cobre o el hierro, no puede ser entregado en concesión, por tanto,en Chile no encontramos yacimientos privados de litio como sí existen grandes yacimientos de cobre privados como la Escondida, Collahuasi o Pelambres. Si un privado quiere extraer litio debe pedir un Contrato Especial de Operación al Ministerio de Minería, que no tiene ninguna obligación de entregarlo, y también debe solicitar una cuota de producción a la Comisión Chilena de Energía Nuclear. Por lo tanto, los privados enfrentan limitaciones importantes para explotar en litio. Entonces, el problema para nosotros no es tanto su “nacionalización”, nuestro problema es la necesidad que tiene Chile de que el Estado a través de una empresa de su propiedad, ponga este recurso en beneficio del país y el desarrollo industrial.