Fue un prisionero político admirable. Tras su estadía en Isla Dawson fue enviado a Ritoque, y luego expulsado del país. Durante el exilio, cumplió importantes tareas en la solidaridad internacional y regresó a Chile para colaborar con los primeros gobiernos democráticos que sucedieron a la dictadura militar. Ingresó al Partido Socialista y ejerció algunas funciones diplomáticas.
Miguel Lawner (*). Santiago. 16/02/2023. Acaba de fallecer hoy día Aníbal Palma, de profesión abogado, más conocido como el pibe Palma, porque asumió altas responsabilidades políticas siendo muy joven.
Militaba en el Partido Radical cuando apoyó en 1970 la candidatura de Salvador Allende a la presidencia de la República, quién lo distinguió con altas responsabilidades de Gobierno, particularmente como Ministro de Educación.
Ejercía esa función cuando construimos el edificio destinado a alojar la Tercera Conferencia Mundial de la UNCTAD (United Nation’s Trade and Commerce Conference). Una vez concluía dicha Conferencia, hicimos entrega del edificio a su Ministerio, que lo destinó a servir como Centro Cultural Metropolitano Gabriela Mistral, funcionando como tal hasta el golpe militar en septiembre de 1973.
Fue detenido inmediatamente después de dicho golpe y confinado a la Isla Dawson junto a un grupo de altos funcionarios de Gobierno. Aníbal demostró allí alta entereza para resistir los tratamientos de castigo y el régimen de trabajos forzados al cual estábamos expuestos.
Recuerdo un episodio inolvidable. Estábamos formados frente a nuestra barraca, cuando al teniente Weidenlaufer, uno de nuestros peores guardias, le pareció que el pibe Palma se estaba riendo y consultó en voz alta: Prisionero Palma, ¿se está riendo?
¡Sí, mi teniente!, contestó el Pibe con voz firme.
Ah…te’stay riendo. No?….vamos a ver si continuas con ganas de reírte.
Weidenlaufer le ordenó retirarse de la fila y acompañarlo. Los vimos caminar fuera del campo y aproximarse a la ladera cercana a nosotros que flanqueaba el Campo.
Vamos a subir corriendo esta ladera a ver si continuas con ganas de reírte, le escuchamos decir a Weidenlaufer y enseguida, ambos emprendieron dicha acción. Llegando a la cumbre, el teniente ordenó descender siempre corriendo, lo cual era una acción casi suicida. Llegaron al plan con evidentes signos de fatiga.
¿Aun te quedan ganas de reírte? gritó jadeante Weidenlaufer.
Sí, mi teniente! contestó rotundo el Pibe.
P’arriba de nuevo gritó iracundo el teniente.
Vimos a ambos escalar la ladera y descender con evidentes signos de fatiga. Al llegar, el teniente volvió a insistir con voz apenas audible: ¿Todavía te quedan ganas de reírte?
El Pibe no se amilanó y respondió con firmeza: ¡Sí, mi teniente!
Weidenlaufer con una voz apenas audible le ordenó: regresa de inmediato a la barraca, conche’tu madre!!!!
Todos nosotros, que habíamos observado de lejos y algo angustiados la inverosímil escena, rompimos en un aplauso cerrado. Fue una pequeña victoria frente a los castigos insensatos a los que estábamos expuestos con esta guardia a cargo de nuestra custodia.
Tras este episodio, El Pibe permaneció en cama durante dos días, incapaz de levantarse, ya que las piernas se le doblaban a la menor tentativa de permanecer en pie.
Aníbal Palma fue, como todos nosotros, un prisionero político admirable. Tras su estadía en Isla Dawson fue enviado a Ritoque, y luego expulsado del país. Durante el exilio, cumplió importantes tareas en la solidaridad internacional y regresó a Chile para colaborar con los primeros gobiernos democráticos que sucedieron a la dictadura militar. Ingresó al Partido Socialista y ejerció algunas funciones diplomáticas.
Ha fallecido un compañero ejemplar, que colaboró con eficiencia y pasión a las tareas que le encomendó nuestro compañero Presidente Salvador Allende.
Expresamos nuestras sentidas condolencias a sus familiares.
Hasta siempre querido Aníbal.
(*)Miguel Lawner, arquitecto chileno, Premio Nacional de Arquitectura 2019, director ejecutivo de la Corporación de Mejoramiento Urbano (CORMU) durante el Gobierno de Salvador Allende.