El mandatario condenó la represión en Perú y volvió a criticar al Gobierno de Nicaragua, al tiempo que condeno el bloqueo económico de Estados Unidos a Cuba y Venezuela. Saludó el diálogo políticos en ese último país. Cuestionó los sucesos en Brasil y expresó “nuestro más categórico rechazo a cualquier intento por desconocer la legitimidad de los procesos eleccionarios y de los Gobiernos democráticamente electos de la región”. Sostuvo que “quienes asistimos a esta cumbre tenemos la responsabilidad de superar el creciente descrédito de la democracia y la devaluación de sus instituciones, y hacerlo atendiendo a las demandas más sentidas por las personas”. El jefe del Ejecutivo planteó la necesidad de reforzar políticas y medidas en relación al medioambiente, la seguridad alimentaria, el crimen organizado y la migración.
Equipo “El Siglo”. Buenos Aires. 26/01/2023. El siguiente es el texto íntegro del discurso del Presidente de Chile, Gabriel Boric, en la VII Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), realizada en Buenos Aires, Argentina.
“Estimadas y estimados Presidentes y representantes de los países miembros de la CELAC:
En primer lugar, quisiera agradecerle a usted, Presidente Fernández, por el fecundo trabajo que ha realizado Argentina en el ejercicio de la Presidencia Pro Tempore de la CELAC. Ha sido un año en el cual, tal como daba cuenta el Canciller Cafiero, hemos podido comprobar que, gracias al liderazgo argentino, la vigencia de la CELAC como el único foro de la región que congrega a 33 países Latinoamericanos y del Caribe, sirve, es útil, nos ayuda como región. Y, por cierto, nos complace muchísimo estar aquí nuevamente, en la hermosísima ciudad de Buenos Aires, y agradecer la tradicional hospitalidad argentina, además, tal como hizo el Presidente Lula, de felicitar una vez más a su selección por el tremendo triunfo en el Mundial de Qatar. Todavía estamos varios cantando, muchachos, a lo largo del continente. Esa felicidad cruzó cordilleras, desiertos y selvas extendiéndose a lo largo de Latinoamérica, y también del Caribe, para darnos a todos una tremenda alegría. Así que, gracias, muchachos en nombre de toda América Latina.
Es motivo de esperanza, sin duda, reunirnos hoy día en esta Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños porque nuestra región tiene muchísimo que decirle al mundo, y para fortalecer nuestra posición en el mundo es fundamental que seamos capaces de coordinarnos y colaborar más y mejor.
Quisiera, tal como han hecho mis colegas anteriormente, dar la bienvenida a Brasil, quien en la persona del Presidente Lula da Silva se reintegra después de largos años. Los extrañamos y estoy seguro que con su liderazgo la CELAC entrará en una etapa de mayor consolidación y profundizará su presencia internacional.
Además, me sumo a las voces de quienes han condenado los sucesos acaecidos el 8 de enero en Brasilia. Vaya nuestro más categórico rechazo a cualquier intento por desconocer la legitimidad de los procesos eleccionarios y de los Gobiernos democráticamente electos de la región. Y hago un llamado para que, desde la CELAC y otros foros multilaterales como la OEA, activemos con toda decisión los mecanismos que prevén y respaldan la vigencia plena e irrestricta de los derechos humanos y del Estado de Derecho, demostrando un firme compromiso con la preservación de los valores democráticos.
Y es que sucesos como los que presenciamos en Brasil, nos alertan que la democracia hay que cuidarla y cultivarla. Hay quienes nos dicen que el valor de la democracia podría ser juzgado de acuerdo a las circunstancias y de paso, de tanto en tanto, relativizan la vigencia de los derechos humanos y los valores que ellos representan.
Y esta actitud desgraciadamente la hemos visto a lo largo de todo el espectro político. No, señores, la democracia se debe respetar especialmente cuando gana en elecciones libres aquel con quien no estoy de acuerdo. Y los derechos humanos son avances civilizatorios que deben ser respetados independiente del signo del signo político de quien gobierna. Y su vulneración debe ser condenada sin importar si quien los vulnera es de mi color político o de otro.
Permítanme decirles que la entrega de respuestas enérgicas y efectivas para los viejos y nuevos problemas que afectan a nuestros países, como la violencia, la delincuencia o la migración irregular, deben cumplir con el estándar democrático porque fuera de la democracia no hay libertad ni dignidad posible.
Y lo sabemos bien en Chile, en donde hace casi 50 años, este año se conmemoran 50 años del quiebre de nuestra democracia, la dictadura nos enseñó de forma brutal, a sangre y fuego, los efectos de relativizar la democracia y los derechos humanos. Nunca, bajo ninguna circunstancia, en ningún contexto.
Y como hasta el día de hoy agradecemos profundamente la solidarizar internacional que apoyó y acogió a los demócratas y al pueblo de nuestra patria durante nuestra larga noche de 17 años, de esa solidaridad aprendimos que no podemos callar cuando en nuestra patria grande hay pueblos que sufren.
Por eso, he enfatizado tanto en la Cumbre de las Américas como en la visita que tuve la oportunidad de hacer a México, visitando al compañero López Obrador, el deber que le asiste a Nicaragua de avanzar hacia la libertad de los presos políticos (opositores que aún se encuentren detenidos en condiciones indignas). Porque sólo con la libertad y la dignidad se fortalece la democracia y el bienestar de nuestros pueblos.
Por eso también no podemos ser indiferentes cuando hoy día en nuestra hermana República del Perú, con el Gobierno bajo el mando de Dina Boluarte, personas que salen a marchar, a reclamar lo que consideran justo, terminan baleadas por quien debiera defenderlas. Más de 50 personas han perdido la vida y eso nos debiera escandalizar.
Es inaceptable también que las universidades de América revivan las tristes escenas de los tiempos de las dictaduras del Cono Sur, como sucedió recientemente con el violento ingreso de la policía a la Universidad Mayor de San Marcos. Frente a estos atropellos, reitero la voluntad de Chile a contribuir en todos los espacios multilaterales para acompañar un diálogo inclusivo, capaz de construir gobernabilidad democrática y asegurar el respeto a los derechos humanos.
Hoy, con la misma claridad con que siempre hemos respaldado los procesos constitucionales en nuestra región, hacemos notar la imperiosa necesidad de un cambio de rumbo en el Perú, porque el saldo que ha dejado el camino de la represión y la violencia es inaceptable para quienes defendemos, y no me cabe ninguna duda que acá en CELAC esa voluntad es abrumadoramente mayoritaria, la democracia y los derechos humanos.
Quiero insistir con esto porque es quizás de los más grandes desafíos y la democracia no la podemos hoy día dar por sentada, está en riesgo en todo nuestro continente y en todo el mundo. Y, por lo tanto, profundizar la democracia es un ejercicio permanente que demanda a quienes somos líderes políticos a amplificar nuestra capacidad de escuchar al pueblo. Escuchar sus necesidades y urgencias, sus anhelos y sus esperanzas, y luego actuar en consecuencia.
Quienes asistimos a esta cumbre tenemos la responsabilidad de superar el creciente descrédito de la democracia y la devaluación de sus instituciones, y hacerlo atendiendo a las demandas más sentidas por las personas: poder acceder a una mejor salud y educación, tener una vida segura y libre de violencia, garantizar en particular el fin de la violencia hacia las mujeres y los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, la libertad de las diversidades sexuales, garantizar pensiones dignas para la vejez, la dignidad y el derecho de existir y de tener su propia cosmovisión de los pueblos indígenas, revertir la pobreza y la desigualdad extrema, para que nadie quede por fuera de la democracia.
En Chile, y debo hacerme cargo de esto también, después de que el pueblo mayoritariamente rechazara el proyecto de nueva Constitución que le ofreciera la Asamblea Constituyente, hoy día estamos en un nuevo Proceso Constituyente y espero que esta vez tengamos éxito y que junto al pueblo nos demos una nueva Carta Magna, un nuevo Pacto Social que nos permita avanzar, encontrarnos y superar las profundas desigualdades que han aquejado a nuestra patria.
Sabemos que los valores de libertad y respeto por los derechos humanos y el principio de celebrar elecciones periódicas y genuinas mediante el sufragio universal son elementos esenciales de la democracia. Y en este sentido, reitero, tal como lo han hecho otros, que necesitamos ver a Venezuela de regreso en los foros multilaterales, manifestamos nuestro apoyo a una tradición pacífica, democrática y decidida por el pueblo de Venezuela, a la crisis política y humanitaria que golpea al país, y expresamos nuestra voluntad para colaborar en el diálogo entre los distintos sectores políticos del país, para encontrar una salida que permita la realización de elecciones libres, justas y transparentes, con supervisión internacional, el año 2024.
Y es que, sin desconocer sus debilidades y limitaciones, veo en el multilateralismo, y en espacios como este, una herramienta para el resguardo de la democracia y los derechos humanos ante el avance de liderazgos populistas y autoritarios, tanto en nuestra región como en el resto del mundo, a los que ya han hecho referencia colegas acá.
Por esto digo que nuestra política exterior es de una profunda vocación multilateralista, una política exterior que privilegia la coordinación y cooperación internacional para enfrentar los desafíos globales actuales y futuros.
Lo dijimos como país en la Cumbre de las Américas y lo reiteramos en esta Cumbre de la CELAC: la política de la exclusión no ofrece resultados auténticos ni durables. Así lo demuestra la historia de nuestra América Latina y el Caribe con el ignominioso bloqueo de Estados Unidos a Cuba y más recientemente a Venezuela. Al final, los que pagan son siempre los más pobres. La exclusión y el aislamiento no son una solución a los problemas que aquejan a nuestros pueblos.
Precisamente esta Cumbre de la CELAC es una ocasión idónea para abordar problemas comunes que nos aquejan a los países de la región. Y uno de los grandes desafíos que tenemos hoy, me imagino que varios de ustedes lo están viviendo en diferentes dimensiones, es la crisis migratoria. Y no podemos responder a ella de manera individual, tenemos que abordarla en conjunto, regionalmente.
En el caso sudamericano, la migración irregular se ha transformado en un problema muy sentido en nuestro país Chile y sé que también en otros de la región. Solucionar este problema no puede hacerse aisladamente, y allí radica la importancia de que países como Venezuela vuelvan a estar en los espacios multilaterales, tienen que ser parte de la solución. La migración como fenómeno colectivo no puede seguir siendo desordenada y dejada a la suerte de cada familia, que desesperadas cruzan fronteras buscando un mejor destino.
Necesitamos y los convoco, líderes de Estado, a establecer responsabilidades compartidas como región frente a los flujos migratorios. Porque les digo con responsabilidad, que nuestro país y me imagino que hay otros en situaciones parecidas, no puede seguir recibiendo olas migratorias sin control porque tal como sucede hoy, generan desequilibrios en los lugares donde los migrantes llegan en masa y, a la vez, no somos capaces de dar un trato digno a quienes migran porque nuestros servicios no tienen capacidad de recibir y acoger a tanta gente en tan poco tiempo. Necesitamos responsabilidades compartidas.
Para contribuir a este objetivo, les quiero proponer reactivar, durante el primer trimestre de este año, las reuniones sobre Migraciones de la CELAC que han estado paralizadas varios años y, en ese marco, renovar los objetivos establecidos en la agenda de trabajo de la Comunidad.
En otro orden, trataré de ser más breve, necesitamos establecer políticas conjuntas para combatir el crimen organizado que trasciende las fronteras nacionales. La seguridad y el orden público no son un tema de Derechas, las Izquierdas no tenemos por qué ser identificadas con desorden. Desde el progresismo debemos abrazar también esta sentida demanda de nuestros pueblos porque es una condición habilitante para avanzar en cualquier tipo de desarrollo.
Los convoco, colegas, a que coordinemos a nuestras instituciones, a nuestras policías, a nuestros Gobiernos para enfrentar en conjunto el crimen organizado, de quienes no conocen fronteras y están al margen de la ley.
En materia ambiental, mis colegas anteriormente ya se han referido, suscribo plenamente lo que ha señalado el Presidente Lula. Saludo que vuelva a estar Brasil, creyendo en la ciencia en esta mesa y no me cabe ninguna duda que solo conjuntamente vamos a poder abordar los desafíos de la crisis climática.
Tenemos diferencias en nuestros países, sin embargo, son mucho más las cosas que nos unen. Pienso que nos une el deseo de una justicia ambiental y climática que debe permitir que nuestros países se desarrollen en armonía con la naturaleza y a través de una transición justa asegure que los beneficios, que la riqueza que generen nuestros pueblos se distribuyan también equitativamente entre nuestros pueblos.
Además, debo decir que una región en donde se han hecho frecuentes los asesinatos de defensores y defensoras del medio ambiente, tenemos que avanzar en la implementación del Acuerdo de Escazú. Invito a aquellos países que aún no lo ratifican a que lo hagan. Hay ahí un espacio, un marco concreto para poder trabajar en estos temas ambientales que son urgentes.
Sabemos que nos une el avanzar hacia un desarrollo más equitativo y por ello es tan importante el trabajo que se ha iniciado en el marco de la CELAC para aunar esfuerzos y sinergia en la Agenda de Adaptación y Financiamiento para la Acción Climática. Es una instancia crucial para pensar en común y fortalecer nuestros lazos y acciones garantizando la protección del medio ambiente y de nuestras comunidades locales.
En Chile nos hemos comprometido a ser carbono-neutrales de aquí al 2050, esperemos que lleguemos antes y estamos avanzando en cambiar nuestra matriz energética, dejando de lado los hidrocarburos. Necesitamos que todos avancemos en esta dirección y exigirles en conjunto a los países que más contaminan que son los países más desarrollados, que se comprometan más porque son también nuestros países los que más van a sufrir. Lo ha dicho la Primera Ministra de Barbados Mia Amor con mucha fuerza durante tanto tiempo. Se requiere también reparación de daños.
Por último, no puedo referirme en profundidad a un desafío importantísimo de nuestra región como es la seguridad alimentaria, pero sí quiero ofrecer a la Presidencia Pro Témpore de la CELAC 2023, nuestro país como sede de una reunión sectorial de Ministros de Agricultura de la CELAC, durante el primer semestre de este año, para tener como principal objetivo RELANZAR el Plan para la Seguridad Alimentaria, Nutricional y Erradicación del Hambre 2025 de la CELAC, más conocido como Plan SAN-CELAC. Para estos efectos, nos hemos coordinado ya con el Secretario Regional de la FAO, quien nos respaldaría con éxito si es que ustedes, países hermanos, lo tienen a bien.
Estimadas y estimados Presidentes, Primeros Ministros, Mandatarias y Representantes:
Estar reunidos hoy día es una muestra de voluntad para profundizar nuestra cooperación. Espero que este encuentro impulse el fortalecimiento de esta plataforma regional reforzada en torno a una agenda concreta palpable para la ciudadanía y que permita a partir de dicha agenda, fortalecer aún más los lazos entre nuestros países hermanos.
Chile se siente un país profundamente latinoamericano y desde acá queremos hacer alianzas para hablarle al mundo. Tenemos una historia común que nos une, agradezco al Canciller Cafiero por esta historia de relación latinoamericana que nos hiciera entrega el día de ayer y nos urge seguir colaborando más en el presente. Nuestro futuro depende de nuestra capacidad de cooperar para enfrentarlos. Compartamos juntos la esperanza de un mañana mejor para nuestros pueblos.
Muchas gracias”.