La lista de los grupos de extrema derecha que en Buenos Aires planifican agresiones contra delegaciones asistente a la cumbre, lo que llevó al Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, a suspender el viaje. En tanto, jefes de Estado y delegaciones de 33 naciones latinoamericanas y caribeñas validan la “unidad en la diversidad” y reforzarán acuerdos y voluntades para la cooperación en la región.
“El Siglo”. “Telesur”. “El Popular”.”Prensa Latina”. Santiago. Buenos Aires. Montevideo. Caracas. 23/01/2023. “Avanzar hacia la unidad en la diversidad” es una premia desde su creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos (CELAC), que se reúne por séptima vez en Buenos Aires, Argentina, desde este martes.
Reunidos durante el pasado mes de noviembre, los representantes de Relaciones Exteriores reafirmaron a la CELAC como “el único mecanismo de diálogo y concertación” para los países que la integran y recordaron, que “América Latina y el Caribe es una zona de paz, proclamada formalmente en la II Cumbre, una zona libre de armas nucleares, que propugna la solución pacífica de las controversias en la región y en el mundo”. En esta instancia que junta a 33 países latinoamericanos y caribeños, no participan ni Estados Unidos ni Canadá.
Durante su encuentro, los cancilleres, “reiteraron la vigencia de un sistema basado en las relaciones de amistad y cooperación entre sí y con otras regiones y países sobre bases recíprocas a fin de desterrar para siempre el uso y la amenaza del uso de la fuerza”.
Como siempre, temas que tienen que ver con el desarrollo, los derechos sociales de los pueblos, la cooperación y la solidaridad entre las naciones, el medioambiente y los recursos naturales, las finanzas regionales y la defensa de la democracia, estarán presentes en este reunión.
En relación a encuentros anteriores, que tuvieron el paréntesis provocado por la pandemia del Covid-19, se tiene en esta cumbre de la Celac la participación nueva de los gobiernos de Gustavo Petro en Colombia, Gabriel Boric en Chile, Xiomara Castro en Honduras, y la vuelta al mecanismo de Brasil, con presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
La reunión se materializa en medio de tensiones políticas, como la asonada ultraderechista en Brasil, la inestabilidad con fuerte componente represivo en Perú, actividades desestabilizadoras contra gobiernos progresistas y de izquierda, repunte de la extrema derecha e inclusive los intentos de organizaciones de derecha y ultraderecha para golpear a la Celac.
Como sea, esta instancia que reúne a 33 naciones, persiste en la intención de profundizar la integración política, económica, social y cultural de Latinoamérica y el Caribe.
Eso incluye rechazar todo tipo de medidas unilaterales y de atentado al derechos internacional en la zona, bloqueos económicos y comerciales, promoción de intervenciones y despliegues militares de potencias y países, y atentados contra gobiernos democráticos.
El golpeteo
La derecha y la ultraderecha se dispusieron a golpetear la cumbre de la Celac, colocando en el blanco mediático y de agresiones a las representaciones de Venezuela, Nicaragua y Cuba y sobre todo diseñando un plan de agresión hacia Nicolás Maduro, Presidente de Venezuela.
En eso participaron grupos extremistas de Argentina que planearon acciones en torno de las sedes donde estuviera Maduro y manifestaciones en calles de Buenos Aires. Medios afines a esos grupos, como Clarín de Argentina y El Mercurio de Chile, junto a otros, y voceros de la derecha y la extrema derecha, comenzaron a levantar versiones de tensiones y divisiones entre los mandatarios y delegaciones asistentes, a partir de diferencias con las representaciones de Venezuela y Nicaragua. Incluso se especuló que el Presidente de Chile, Gabriel Boric, volvería a hacer críticas a esos gobiernos, generando un flanco en la Celac, lo cual no está confirmado para nada.
En esos planes, que contemplan incluso no dar cobertura a la Celac, se incluye también cuestionamientos a los gobiernos de Bolivia y México, por sus posturas políticas transformadores y antineoliberales. Algunos analistas y medios indican que embajadas de Estados Unidos en la región y funcionarios del Departamento de Estado están detrás de varias de las acciones políticas, diplomáticas y comunicacionales.
El Presidente anfitrión, Alberto Fernández, expresó que “hay un cierto sector de la derecha latinoamericana que piensa que la violencia es un modo adecuado para combatir la democracia, amenazar a la sociedad. Expresó. Debemos estar alertas, sin permitir que eso ocurra en ningún lugar”.
En este marco, el ultraderechista Foro Argentino por la Democracia en la Región (Faro) presentó una denuncia por la invitación a la Celac a los presidentes de Cuba, Miguel Díaz-Canel y Nicaragua, Daniel Ortega. También la organización de derecha Juntos por el Cambio llamó a rechazar la presencia de los mandatarios de Cuba, Venezuela, Nicaragua y México, a lo que se plegó el Bloque de Diputados Nacionales de la Unión Cívica Radical. En tanto, el grupo de extrema derecha Propuesta Republicana, ligado al ex presidente Mauricio Macri, exigió la detención de Nicolás Maduro en suelo argentino.
Se han situado como organizadores de agresiones, planes mediáticos, manifestaciones e incluso operaciones judiciales, a organizaciones ultraderechistas y anticomunistas como el Directorio Democrático Cubano, la Fundación Nacional Cubano Americana, el Centro para la Apertura y Desarrollo de América Latina, y personeros en Argentina de las fundaciones ATLAS, FUPAD, RELIAL, CATO Institute, Friedrich Neuman y Konrad Adenauer.
Algunos de los planes detectados y denunciados tienen que ver con establecer una fuerte campaña en medios y redes sociales contra las delegaciones de Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia y México, utilizando medios regionales y también nacionales, utilizar fondos de agencias federales de Estados Unidos, y fondos destinados a proyectos sociales de la OEA (Organización de Estados Americanos) para financiar el traslado a Buenos Aires de elementos de la ultraderecha latinoamericana, intentar dejar en suelo argentino el avión comercial que traslada al Presidente de Cuba, movilizar en Buenos Aires a cubanos a anticomunistas junto a grupos de derecha y extrema derecha, generar disturbios frente a las embajadas de países asistentes y en puntos de encuentro de la cumbre, y respaldar a gobiernos de derecha como los de Uruguay, Ecuador y Paraguay.
Hay un alerta en Buenos Aires hasta donde puedan llegar estos grupos y en cuanto a tensionar y generar una situación polémica en torno de la cumbre de la Celac.
En ese marco, el Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, decidió no asistir al encuentro, para proteger el desarrollo de la reunión.
En un comunicado del Gobierno venezolano se denunció “un plan elaborado por la derecha neofascista para llevar a cabo una serie de agresiones contra la delegación de Venezuela encabezada por el presidente Nicolás Maduro”.
De acuerdo con el comunicado, “el propósito es montar un ‘show’ deplorable, a fin de perturbar los efectos positivos de tan importante cita regional, y así contribuir a la campaña de descrédito -ya fracasada- que se ha emprendido contra nuestro país desde el imperio norteamericano”.
Ante esto, el Gobierno venezolano informó que el ministros de Relaciones Exteriores, Yván Gil, representará al país suramericano en la cumbre. El texto refiere que el canciller tiene las instrucciones de llevar “la voz del pueblo de Venezuela ante la máxima instancia de la Celac, así como realizar las interacciones necesarias que se desarrollarán entre las 33 delegaciones presentes en esta cita, en todos sus niveles”.
“Como Estado fundador nos colocamos en la primera línea para cuidar el éxito de nuestro principal mecanismo de unión e integración regional a favor de nuestros pueblos” se apuntó en la declaración oficial.
El Gobierno de Venezuela agradeció al presidente de Argentina, Alberto Fernández, por la cordial invitación y su firme posición de garantizar el éxito de esta reunión.