Un grupo de personas ricas gana en un día, todo el dinero que el Gobierno chileno destinó para ayudas sociales a millones de personas. En América Latina 12 millones de habitantes entraron al área de la pobreza, mientras un grupo de 30 millonarios incrementaron sus ganancias. Un informe que acaba de presentar Oxfam, señala que durante la última década, el 1% más rico ha capturado alrededor del 50 % de la nueva riqueza mundial. “Tras solo dos años, la presente década ya se perfila como la mejor hasta la fecha para los milmillonarios” indicó representante de Oxfam.
Hugo Guzmán. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 20/01/2023. En un gran esfuerzo, el Gobierno chileno destinó 2 mil millones de dólares a un plan de ayuda social para millones de personas, a implementar en estos meses. Bueno, un grupo de multimillonarios gana cada día, 2 mil 700 millones de dólares para su uso personal o de su grupo financiero. Así andan los contrastes en estos tiempos.
Para enfatizar: en un día, un reducido grupo de personas gana lo que el Gobierno de Chile debe ocupar en aproximadamente un año para ayudar a decenas de miles de familias.
Y para precisar mejor los contrastes. Las familias chilenas más ricas van acercándose a los 50 mil millones de dólares de riqueza propia, cuando las familias chilenas vulnerables deben contentarse con que les lleguen unos cientos de dólares al mes, provenientes de esos 2 mil millones que repartirá el Estado.
A escala mundial, Oxfam International entregó en estos días un detallado informe sobre desigualdad a nivel mundial, donde se indicó que el uno por ciento de la población más rica del mundo, concentró casi dos terceras partes de la riqueza generada en los años que lleva la pandemia de Covid-19.
Mientras que más de 820 millones de personas en el planeta padecen hambre, y los salarios de mil 700 millones de trabajadoras y trabajadores en el mundo están por debajo de los porcentajes de inflación, es decir, no alcanzan para satisfacer las necesidades básicas al mes o la quincena.
Hay que recordar que los datos de entidades financieras y de estudio a nivel mundial, apuntan a que los grupos de multimillonarios a nivel internacional acumulaban al 2022 más de 200 mil millones de dólares.
A los más ricos les siguen yendo bien, gracias al comercio de alimentos y a la pandemia del Covid-19. Es así que 95 grandes empresas de energía y de alimentación duplicado sus ganancias el 2022, obteniendo 306 mil millones de dólares en utilidades y destinaron 257 mil millones para repartirlos entre los accionistas.
A eso se agregan datos del año pasado que registraban ingresos a la industria trasnacional farmacéutica por 1.20 billones de dólares, algunas con ganancias de alrededor de 300 mil millones de dólares y decenas de miles de millones de euros.
En el informe que acaba de presentar Oxfam, se señala que durante la última década, el 1% más rico ha capturado alrededor del 50% de la nueva riqueza mundial.
Gabriela Bucher, directora ejecutiva de Oxfam Internacional, declaró que “mientras la gente corriente hace sacrificios diarios en lo esencial como los alimentos, los súper ricos han superado incluso sus sueños más osados. Tras solo dos años, la presente década ya se perfila como la mejor hasta la fecha para los milmillonarios: una década dorada de bonanza económica para los más ricos del mundo”.
El reporte del organismo internacional es preciso: “Desde 2020, con la pandemia y la crisis del coste de la vida, el 1% más rico acaparó 26 billones de dólares (el 63% de la nueva riqueza generada), mientras que tan solo 16 billones de dólares (el 37%) llegaban al resto de la población mundial. Por cada dólar de nueva riqueza global que percibe una persona perteneciente al 90% más pobre de la humanidad, un milmillonario se embolsa 1,7 millones de dólares. La fortuna de los milmillonarios ha crecido a un ritmo de 2.700 millones de dólares diarios”.
Desde Oxfam se explicó que “si bien en 2022 las fortunas de los milmillonarios decrecieron ligeramente desde que alcanzaran niveles máximos en 2021, siguen estando 2,6 billones de dólares por encima de su valor anterior a la pandemia. Y ahora están empezando de nuevo a acumular cada vez más riqueza”.
De acuerdo al informe, en América Latina y El Caribe los multimillonarios crecieron en un 21% cinco veces más rápido que el Producto Interno Bruto de la región, es decir, un puñado de personas tiene más y mejores ingresos que varios cientos de millones de latinoamericanos y caribeños.
Las cifras de Oxfam indican que 12 millones de habitantes de la región entraron al área de la pobreza, mientras un grupo 30 millonarios incrementaron sus ganancias.
El nudo del pago de impuestos de los ultramillonarios
El informe de Oxfam International abordó el nudo del pago de impuestos de los ultramillonarios. “Por cada dólar recaudado en ingresos fiscales en el mundo, únicamente cuatro centavos proceden de gravar la riqueza”, se señaló.
Y se sostuvo que “la mitad de los milmillonarios del mundo vive en países que no aplican ningún tipo de impuesto de sucesiones a la riqueza que estos transfieren a sus descendientes directos. Por lo tanto, cinco billones de dólares irán a parar, libres de impuestos, a sus correspondientes herederos; un importe que supera el PIB de África y que perpetuará una nueva generación de élites aristocráticas. La mayor parte de los ingresos de las personas más ricas no se derivan de su trabajo, sino que son esencialmente rentas de capital sobre sus activos. Sin embargo, la tributación sobre las rentas de capital se sitúa en torno al 18% en promedio, aproximadamente la mitad de los tipos marginales sobre las rentas del trabajo”.
Gabriela Bucher indicó que “aplicar mayores impuestos a los súper ricos y a las grandes empresas es una puerta de salida a las múltiples crisis a las que nos enfrentamos actualmente”.
Añadió que “es hora de derribar el mito de que los recortes fiscales para los más ricos terminarán de alguna manera beneficiando al resto. Cuarenta años de rebajas fiscales para los súper ricos han demostrado que las oleadas de privilegios solo terminan por beneficiarles a ellos”.
En el documento de Oxfam se apuntó que “de hecho, los impuestos aplicables a los más ricos han llegado a ser históricamente mucho más altos. Durante los últimos 40 años, Gobiernos de África, Asia, Europa y las Américas han ido reduciendo los tipos impositivos sobre las rentas más altas, mientras se han elevado los impuestos al consumo sobre bienes y servicios, es decir, impuestos que recaen desproporcionadamente sobre quienes tienen menos y que amplían las brechas de género”.
“Gravar más a los súper ricos es un requisito estratégico para reducir la desigualdad y revitalizar la democracia. Debemos hacerlo para fomentar la innovación. Para lograr unos servicios públicos más sólidos y construir sociedades más sanas y felices. También para abordar la crisis climática, invirtiendo en soluciones que contrarresten las escandalosas emisiones de los más ricos,” afirma Bucher.
Datos adicionales
El último informe de Oxfam International se suma a datos y antecedentes del último año, que dan cuenta de los niveles de utilidades de grandes consorcios financieros y empresariales, y de familias y accionistas multimillonarios, en contraste con los niveles de precariedad social y económica de miles de millones de personas en todo el mundo.
Por ejemplo, según datos de Forbes, Statista y Ernst&Young, las ventas mundiales de medicamentos pasaron de 390.000 millones de dólares a 1,27 billones de dólares en el periodo comprendido entre 2001 y 2020 y “en 2021, las ventas de las cinco vacunas más importantes ascendieron a 57.000 millones de dólares, la proyección para 2026 es de 15.000 millones de dólares”.
Los cinco medicamentos oncológicos más requeridos en muchos países, generaron ventas por algo menos de 40.000 millones de dólares en 2021. Para 2026 se prevé ventas por 68.000 millones de dólares, con altas ganancias para las trasnacionales que los elaboran.
En ese marco hay que incluir que países pobres de todos los continentes, o naciones como Cuba sometida a un bloqueo por parte de Estados Unidos, no tienen posibilidad de comprar esas medicinas o tener acceso a pesar de contar con recursos, por determinaciones de los grandes consorcios.
Otro de los negocios a costa de derechos sociales, es el del agua. Hay países como Chile, donde el acceso a este recurso vital depende de empresas privadas que lucran con el líquido y donde el Estado o sector público perdió toda posibilidad de regulación y garantía de acceso para la población, generalmente de sectores pobres.
Tianyin Cheng, director del s&p Dow Jones Indices, hizo ver que “en la medida en que la demanda de agua limpia crece, las compañías relacionadas están en posición de crecer en los años que vienen”, es decir, de aumentar sus ganancias por el negocio del agua.
De acuerdo con el Foro Económico Mundial, la industria global del agua es de unos 413.000 millones de dólares.
Datos de Morningstar, citados por el periódico Granma, en los últimos cinco años 23 fondos privados para la inversión en el agua fueron lanzados con un capital estimado de 8.000 millones.
La pobreza está vinculada directamente con la posibilidad de que la gente pueda trabajar y recibir un salario digno, suficiente. Y resulta que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) bajó sus previsiones para la recuperación del empleo, y proyectó un déficit en horas trabajadas a nivel mundial equivalente a 52 millones de puestos de trabajo a tiempo completo con respecto al cuarto trimestre de 2019.
Según la publicación “Perspectivas sociales y del empleo en el mundo 2022” elaborado por la OIT, en 2022 hubo 207 millones de desempleados, 21 millones más que en 2019.
Otro dato significativo lo entregó hace un tiempo Oxfam. Se indicó que “la brecha económico-social planetaria se acrecienta y 260 millones de nuevos pobres podrían caer en el barranco de la marginación antes de que finalice el 2022”.
Y se añadió que “de cumplirse este vaticinio, en diciembre de este año, 860 millones de personas podrían padecer una situación de extrema pobreza -al contar con menos de 1,90 dólares diarios- y más de 800 millones, desnutrición, revirtiéndose así los tibios avances de las últimas dos décadas”.