Se apunta a grupos financieros, de derecha y extrema derecha, que estarían detrás de la acción que fue organizada y convocada en una operación planificada. “Vamos a averiguar quiénes son los financistas de los que fueron hoy a Brasilia, y todos pagarán con fuerza de ley”, expresó el Presidente Luiz Inacio Lula Da Silva. Habría unos 150 detenidos y el Gobierno de Brasil pidió al Supremo Tribunal Federal que ordene la detención del recién despedido secretario de Seguridad de Brasilia. Imitando el ataque al Capitolio, en Estados Unidos, y en la línea de los golpistas civiles de Chile, cientos de seguidores del ultraderechista ex presidente, Jair Bolsonaro, atacaron las sedes del Parlamento, la Presidencia de la República y el Tribunal Supremo, con la idea de generar una desestabilización y botar al Gobierno. Fuerzas policiales y militares actuaron repeliendo el violento ataque. Hubo repudio al episodio de parte de los gobiernos de Chile, Argentina, Cuba, Colombia, Venezuela y Estados Unidos. Declaración del PC chileno.
Brasilia. Agencias. 08/01/2023. La mira está puesta en quiénes organizaron, convocaron y financiaron la asonada violenta en Brasil, concretada en cientos de simpatizantes del ultraderechista ex presidente, Jair Bolsonaro, que atacaron las sedes de la Presidencia de la República de Planalto, el Parlamento y el Tribunal Supremo de justicia.
Se apunta a grupos financieros y de derecha y extrema derecha que estarían detrás de la acción que fue organizada y convocada en una operación planificada. Los atacantes llegaron a las sedes de Poderes del Estado en Brasilia desde varios puntos, coordinados, en diversidad de transportes, dirigidos por individuos situados en puntos clave de los edificios atacados, y cuando se produjo la acción policial de contención, operó una planificación de retirad destinada a evitar arrestos. Se vio a individuos actuando con transceptores, reunión en grupo para dar instrucciones y comunicándose por celular que organizadores que no estaban en el lugar.
Se estaba informando en la tarde-noche de este domingo, que habría jefes policiales detenidos por fallas evidentes en los sistemas de seguridad en torno de los importantes edificios públicos, y algunos por sospechas de conexiones con los agresores de ultraderecha.
De hecho, el Gobierno de Brasil pidió al Supremo Tribunal Federal que ordene la detención del recién despedido secretario de Seguridad de Brasilia, Anderson Torres, por haber permitido el ataque y la invasión a las sedes del Estado.
Al finalizar la tarde se reportaban alrededor de 150 detenidos por los ataques, la inmensa mayoría ligados a grupos de apoyo a Bolsonaro y a organizaciones de extrema derecha y de derecha.
El Presidente Luiz Inácio Lula Da Silva, anunció una intervención federal en la seguridad pública de la capital hasta el 31 de enero. Calificó de “fascistas y fanáticos” a quienes atacaron la presidencia y los edificios Legislativo y Judicial, y advirtió que “vamos a averiguar quiénes son los financistas de los que fueron hoy a Brasilia, y todos pagarán con fuerza de ley”.
Lula expresó que “creemos que hubo falta de seguridad y quiero decirles que todas las personas que hicieron esto serán encontradas y serán castigadas”. Enfatizó que “la democracia exige que la gente respete las instituciones que se crearon para la democracia”.
Sostuvo que “quien haya hecho esto será encontrado y castigado. La democracia garantiza el derecho a la libre expresión, pero también exige que las personas respeten las instituciones. No hay precedente en la historia del país de lo que hicieron hoy. Por eso deben ser castigados”.
Los manifestantes protestaron principalmente para solicitar la salida de Lula Da Silva de la Presidencia, exigir a las Fuerzas Armadas que derroquen al Gobierno, apoyar a Bolsonaro y alentar un Gobierno de derecha en Brasil.
Los primeros minutos fueron descritos como aterradores y peligrosos, cuando cientos de personas, haciendo mal uso del emblema nacional brasileño, irrumpieron violentamente contra las instalaciones de la Presidencia, el Parlamento y el Tribunal Supremo.
Los sucesos fueron similares al ataque de decenas de ultraderechistas, supremacistas blancos y partidarios del ex presidente estadounidense, Donaldo Trump, al Capitolio, sede del Poder Legislativo de Estados Unidos. En aquella ocasión hubo muertos, heridos, agresiones a legisladores, funcionarios y policías, y se provocó una situación de crisis en el país.
Varios analistas y periodistas hacían una analogía de los sucesos, planteando la tesis de que los sectores de ultraderecha y derecha en varios países estarían replicando las mismas acciones y operaciones para desestabilizar gobiernos e intentar derrocarlos.
De hecho, 24 horas antes del ataque en Brasil, en Santiago de Chile, grupos de derecha y ultraderecha realizaron una operación de propaganda en varias comunas, pidiendo que las Fuerzas Armadas intervengan para derrocar al Gobierno de Gabriel Boric (Ver nota en www.elsiglo.cl). En tanto el dirigente ultraderechista chileno, José Antonio Kast, respaldó lo que llamó la movilización de ciudadanos brasileños.
Simpatizantes de Jair Bolsonaro manifestaban ante cuarteles militares desde que fue derrotado Bolsonaro para reclamar la intervención del ejército, con el objetivo de impedir la vuelta al poder de Lula para un tercer mandato.
Repudio internacional
El Presidente de Chile, Gabriel Boric, en su cuenta Twitter, indicó que “el gobierno de Brasil cuenta con todo nuestro respaldo frente a este cobarde y vil ataque a la democracia” y calificó de “impresentable” el asalto a las sedes oficiales en Brasilia.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, mostró su rechazo a los hechos violentos provocados por fuerzas bolsonaristas en la capital de Brasil. El gobernante cubano expresó su solidaridad con Lula Da Silva y aseguró que el objetivo de los disturbios es irrespetar la voluntad popular de los brasileños. En Twitter, Díaz-Canel planteó: “Condenamos enérgicamente los actos violentos y antidemocráticos que ocurren en #Brasil, con el objetivo de generar caos e irrespetar la voluntad popular expresada con la elección del presidente Lula. Expresamos todo nuestro respaldo y solidaridad a @LulaOficial y su gobierno”.
A través de su cuenta de Twitter, el Presidente de Colombia, Gustavo Petro, le envió un mensaje de solidaridad a su homólogo Luiz Inácio Lula da Silva, quien tomó posesión hace una semana como primer mandatario de Brasil. “Toda mi solidaridad a @LulaOficial y al pueblo del Brasil. El fascismo decide dar un golpe. Las derechas no han podido mantener el pacto de la no violencia…”
El presidente argentino, Alberto Fernández, publicó un grupo de mensajes en la misma red social: “Como presidente de la #CELAC y del #MERCOSUR, pongo en alerta a los países miembros para que nos unamos en esta inaceptable reacción antidemocrática que intenta imponerse en Brasil”.
El mandatario venezolano, Nicolás Maduro, fue uno de los primeros líderes latinoamericanos en reaccionar. Condenó los hechos y afirmó que el pueblo brasileño se movilizaría para defender la democracia. “Rechazamos de manera categórica la violencia generada por los grupos neofascistas de Bolsonaro que han asaltado las instituciones democráticas del Brasil. Nuestro respaldo a @LulaOficial y al pueblo brasileño que seguramente se movilizará en defensa de la Paz y de su presidente” puso en Twitter el Presidente de Venezuela.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, consideró “inaceptable” el ataque a las “instituciones democráticas” en Brasil, después de que manifestantes golpistas, seguidores del expresidente Jair Bolsonaro, ingresaran a la fuerza a las sedes del Congreso, el Palacio del Planalto y la Corte Suprema en Brasilia. “Usar la violencia para atacar las instituciones democráticas es siempre inaceptable. Nos unimos a Lula para instar al cese inmediato de estas acciones”, escribió Blinken en Twitter.
Declaración del PC de Chile ante asonada golpista en Brasil.
El Partido Comunista de Chile denuncia, condena categóricamente y llama a estar alerta ante la asonada golpista desatada por la ultraderecha brasileña en contra del Presidente Luiz Inacio Lula da Silva y su gobierno democráticamente constituido. Los ultraderechistas se tomaron la Presidencia, el Parlamento, y diversas instituciones ministeriales, en una agresión a la democracia busca abrir paso a un golpe de Estado.
Las fuerzas de la reacción han estado por semanas acampadas frente a los cuarteles militares, presionando el alzamiento militar en contra de la democracia y cuentan con el apoyo de parte del generalato. La mano del ex presidente Bolsonaro, refugiado en Miami, está detrás de la maniobra. Tampoco son ajenos los sectores más retrógrados de los EE.UU.
El capitalismo neoliberal busca salir de la crisis a través del autoritarismo y las formas fascistas de gobierno. Los chilenos conocemos bien qué significan las dictaduras cívico-militares.
Detrás de esta aventura autoritaria se encuentra la coordinación internacional de la ultraderecha, de la que el Partido Republicano de José Antonio Kast forma parte como un eslabón de la asonada del neofascismo contra los procesos democráticos y soberanos en curso en los países de América Latina y el Caribe.
El Partido Comunista de Chile reafirma su solidaridad con el pueblo de Brasil, las organizaciones de los trabajadores y los partidos y movimientos que conquistaron el Gobierno en las recientes elecciones, con la defensa de la legitimidad de su proceso democrático y su Presidente. De igual manera llama al pueblo, a las organizaciones sociales de Chile a activar la solidaridad y mantenerse alerta, puesto que las acciones que denunciamos y repudiamos forman parte de un plan de internacional de la ultraderecha y del imperialismo.
COMITE CENTRAL
PARTIDO COMUNISTA DE CHILE
Santiago de Chile, 8 de enero de 2023