Partidos políticos, gremios empresariales, medios de prensa, Colegios Profesionales, barajaron desde inicios del año 1973 las posibilidades de derrocar al Gobierno de la Unidad Popular.
Equipo “El Siglo”. Santiago. 06/01/2023. Al iniciarse el año 1973, partidos políticos, gremios empresariales, grupos financieros, medios de prensa, altos mandos de las Fuerzas Armadas, integrantes de la Corte Suprema, segmentos de la Iglesia católica y directivas de Colegios Profesionales, comenzaron a incubar la idea y posibilidad de derrocar al Presidente Salvador Allende, e incluso en enero de ese año ya realizaban operaciones conspirativas.
Los partidos Nacional, Demócrata Cristiano, Izquierda Radical, Democrático Nacional, Democracia Radical, agrupados en la CODE (Confederación de la Democrática) tenían en enero de 1973 el objetivo estratégico de ganarle en marzo las elecciones parlamentarias, por una gran diferencia, al conglomerado de la Unidad Popular. Pero de no lograrlo, se inclinaban por acelerar acciones desestabilizadoras del Gobierno y no renunciar a la idea de un golpe de Estado.
A esto último apostaban grupos ultraderechistas como Patria y Libertad, altos oficiales sobre todo de la Armada y la Fuerza Aérea, y dirigentes gremiales de la SOFOFA (Sociedad de Fomento Fabril), la SNA (Sociedad Nacional de Agricultura), de los camioneros y el comercio. Todos estaban en una línea dura frente al Gobierno de la Unidad Popular y realizaban paros, manifestaciones, cierres, actos terroristas, acaparamiento y ocultamiento de productos, sabotajes a la producción, en la idea de hacer inviable la administración de Salvador Allende.
El grupo Edwards, dueño de los diarios de la cadena El Mercurio, usaba la prensa para golpear y desacreditar al Gobierno de la UP y alentar su caída. A esas alturas ya había recibido millones de dólares del Gobierno de Estados Unidos, a través de la CIA (Central de Inteligencia Americana).
Algunos dirigentes de Colegios de Abogados, Médicos, Arquitectos, entre otros, se dispusieron a respaldar operaciones contra Allende y se plantearon echar abajo su Gobierno.
A todo eso se sumaban medidas de embargo a los envíos de cobre, impulsadas por trasnacionales estadounidenses, actos de bloqueo comercial y financiero donde jugarán un rol decisivos consorcios como la ITT, y se extendían las hostilidades de gobiernos conservadores en todo el mundo.