Resulta que parlamentarios y dirigentes políticos de distinto signo se han entusiasmado con la idea de aparecer también constantemente en cámara a cualquier precio.
José Luis Córdova. Periodista. Santiago. 09/11/2022. Desde hace algunas décadas la farándula dejó de ser una exclusividad para referirse a la vida pública y privada de artistas, cantantes, bailarines, actores y actrices; así como de animadores, conductores, “chicos y chicas realitys” y “rostros”, algunos de los cuales tienen el único mérito de ser conocidos por aparecer en televisión.
Resulta que parlamentarios y dirigentes políticos de distinto signo se han entusiasmado con la idea de aparecer también constantemente en cámara a cualquier precio. Los ejemplos abundan y no faltan los que afirman que, gracias a ello, han resultado electos para diferentes cargos de representación popular con diversos resultados para sus fervorosos electores.
Está claro que hacer política es también comunicar, pero no necesariamente a través del marketing de marcas, de polémicas inútiles, de excesos de todo tipo con el único objetivo que se hable del personaje en cuestión.
Sería enojoso empezar a nombrar a cada uno de los “faranduleros” en política, pero la inmensa mayoría de los televidentes los tienen muy claro, lo que no necesariamente significa que condenen ese comportamiento.
Sin embargo, valdría la pena resaltar la dignidad y responsabilidad con la que nuevas incorporaciones a la política, como es el caso de las presidentas de partidos como Natalia Piergentili (PPD), Gloria Hutt (Evópoli), Paulina Vodanovic (PS) o Flavia Torrealba (FRVS) y la senadora Claudia Pascual no exageran nunca en sus apariciones en cámara.
Hemos reiterado hasta el cansancio que los canales -incluido el “público”- abusan criticando a dirigentes de la izquierda (especialmente del PC) sin siquiera invitarlos como panelistas a los distintos matinales y programas de diverso tipo, como es el caso de Lorena Pizarro, Carmen Hertz o Marisela Santibáñez.
Afortunadamente a figuras destacadas de la actualidad política, como el senador Daniel Núñez, las ministras Camila Vallejo, Jeanette Jara, la alcaldesa de Santiago Irací Hassler y la diputada Karol Cariola necesariamente deben ser invitadas, aunque sea para enfrentarlas, desafiarlas y tratarlas de ponerlas en aprietos, cuestión que muy pocas veces logran algunos empecinados colegas anti gubernamentales y anticomunistas también.
Las y los representantes oficialistas, en la mayoría de los casos, se lucen con un vasto conocimiento de temas de su esfera, cartera u otros, así como la responsabilidad y lealtad con que defienden el programa de Gobierno y las propuestas del Ejecutivo.
Los canales se solazan buscando expresamente, por ejemplo, al alcalde de Recoleta Daniel Jadue, que mantiene un espíritu crítico hacia las actuales autoridades ejerciendo su derecho democrático a opinar libremente. Demás está aclarar que las propias autoridades del PC explican que se trata del pensamiento personal del edil y que, además, demuestra las diferentes voces que cobijan hoy en día al Partido de Recabarren. Como se sabe, finalmente, las posturas de los comunistas son adoptadas unánimemente y las diferencias se debaten en el interior de la colectividad y de poco vale buscar contradicciones, azuzar controversias y “farandulizar” posturas que, en el fondo, no dicen relación con el ideario del más numeroso partido político del panorama nacional actual.
Farandulizar la política no va con las autoridades, representantes populares y ni siquiera con dirigentes de base de diferentes organizaciones sociales que toman las políticas sociales con responsabilidad y con objetivos claros en favor de las grandes mayorías. La farándula es caldo de cultivo para personajes intrascendentes, superficiales que poco o nada tienen que ofrecer a la ciudadanía.