EL EDITORIAL DE “EL SIGLO”. Encaminada la nueva Constitución

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Leyendo y analizando con seriedad y ponderación el borrador, es imposible no dar con que está en curso la posibilidad real de avanzar hacia una sociedad moderna, equitativa, justa, participativa y un país con desarrollo sustentable y soberano, donde se satisfagan las necesidades humanas esenciales de la inmensa mayoría.

El Editorial de “El Siglo”. Santiago. 16/05/2022. La nueva Constitución para Chile está avanzando. La posibilidad de contar con una Carta Magna que responsa a las realidades del siglo XXI y a las demandas de derechos por parte del grueso de la población, es una realidad que se aproxima.

Desde este fin de semana el borrador del nuevo texto constitucional está listo y a disposición de chilenas y chilenos. Vendrá un proceso de revisiones y ajustes. Lo sustancial está plasmado en un documento fruto del trabajo inteligente, dinámico, profundo y diverso de la Convención Constitucional.

La lectura del borrador, entre otras muchas cuestiones, permite verificar que se avanza hacia un Estado democrático y de derechos, hacia la consagración de derechos sociales y humanos, la protección del medioambiente y los recursos naturales, una democracia paritaria y participativa, hacia la materialización del respeto y los derechos de los pueblos originarios, hacia una mejor configuración de los roles de los militares y las policías, hacia un modelo de desarrollo sustentable y la garantía de derechos laborales y salariales.

La verdad es que la nueva Constitución está en el camino de tener un país distinto y una sociedad mejor.

Eso significa dejar atrás modelos y estructuras autoritarias, desiguales y conservadoras.

Se puede constatar que quienes están expresando campañas y operaciones en contra del nuevo texto, representan intereses privados, oligopólicos, financieros, fácticos, oscurantistas, que ven afectados sus privilegios. También, por desgracia, hay quienes se ponen en el camino del rechazo producto de la ignorancia y la miopía. Por cierto que en esto hacen daño actitudes bochornosas e irresponsables en el proceso constituyente.

Pese a todo, leyendo y analizando con seriedad y ponderación el borrador de la nueva Constitución, es imposible no dar con que está en curso la posibilidad real de avanzar hacia una sociedad moderna, equitativa, justa, participativa y un país con desarrollo sustentable y soberano, donde se satisfagan las necesidades humanas esenciales de la inmensa mayoría.

Por eso ahora vienen semanas activas en la defensa y promoción de la nueva Carta Magna, en una labor masiva y consistente de información, explicación y valoración, en donde cada ciudadana y ciudadano, cada sector social y político transformador y progresista, deberán colocar energías para que haya un respaldo sólido para contar, finalmente, con el texto constitucional que abra un período histórico y vital en el país.