La necesidad de conocer bien qué es lo que se está incluyendo en el nuevo texto constitucional acordado por la Convención Constitucional. Qué se dice de Salud, Educación, Vivienda, Derechos Humanos y el establecer que Chile tendrá un “Estado social y democrático de derecho”, de carácter “plurinacional, intercultural y ecológico”.
Gonzalo Magueda. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 13/05/2022. En estas semanas es clave que cada ciudadana y ciudadano tenga muy claro qué es realmente lo que se está acordando en la Convención Constitucional respecto a los contenidos de la nueva Constitución.
Como se ha dicho, hay mucha distorsión, “fake news”, mentiras y mitos. También ausencia de buena difusión de los contenidos que, por lo demás, en promedio han sido aprobados con 120 votos, es decir, más de los 2/3.
Veamos sólo algunos de los contenidos del nuevo texto constitucional, acordados hace algunas semanas y recientemente.
Así están las cosas…
Por ejemplo, en Salud. Lo aprobado dice: “Toda persona tiene derecho a la salud y bienestar integral, incluyendo su dimensión física y mental”. Se establece que “el Estado deberá: Proveer las condiciones necesarias para alcanzar el más alto nivel posible. Fortalecer el desarrollo de las instituciones públicas y privadas. Generar política y programas de salud mental, aumentando su financiamiento”. Esto último, sobre todo, hoy no existe.
En Educación. Lo acordado: “El deber primordial e ineludible del Estado es asegurar a todas las personas el derecho a la educación. La educación se debe impartir bajo los principios de cooperación, no discriminación, inclusión, justicia, participación, solidaridad, interculturalidad, enfoque de género y pluralismo”. Queda claro que “debe ser de calidad”. Se indica que el sistema nacional de educación “debe ser laico y gratuito”.
Ojo, porque en esto andan mintiendo. El nuevo texto establece la “libertad de apoderadas y apoderados a elegir”. En concreto, habrá “libertad de los apoderados y apoderadas a elegir el tipo de educación de las personas a su cargo”.
En cuanto a Vivienda. “Toda persona tiene derecho a una vivienda digna y adecuada, que permita el libre desarrollo de una vida personal, familiar y comunitaria. El Estado deberá asegurar este derecho y podrá participar en el diseño, construcción, rehabilitación, conservación e innovación de la vivienda, considerando particularmente a personas de bajos ingresos o de grupos vulnerados”.
Veamos lo que se acordó sobre Trabajo. “El Estado garantiza el trabajo decente y su protección, condiciones laborales equitativas, salud, seguridad, descanso y disfrute del tiempo libre, incluyendo a organizaciones sindicales”. Se afirma que las y los trabajadores, “tendrán derecho a una remuneración equitativa, justa y suficiente, que le asegure su sustento y el de su familia”. Además, con la nueva Constitución se “prohíbe toda forma de precarización laboral, trabajo forzoso, humillante o denigrante”. Se reconoce el trabajo doméstico y de cuidados como “socialmente necesarios e indispensables para el desarrollo de la sociedad”.
Algo poco hablado pero importante. Se establece constitucionalmente el derecho a la alimentación adecuada. “Toda persona tiene derecho a una alimentación saludable, suficiente, completa y pertinente culturalmente. Incluyendo alimentos especiales para quienes lo requieran. El Estado garantizará la disponibilidad y el acceso a los alimentos, especialmente en zonas aisladas.
Sobre la familia, punto en el que también andan engañando. La nueva Constitución consagra el reconocimiento y protección “a las familias en sus diversas formas, expresiones y modos de vida, no restringiéndose vínculos exclusivamente filiativos y consanguíneos”.
Un punto sensible es el que indica que “el Estado tiene la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos conforme a las disposiciones y principios del derecho internacional de los derechos humanos. Asimismo, debe prevenir, investigar, sancionar y reparar integralmente las violaciones a los derechos humanos”.
Así se va hacia un nuevo Chile
Un Artículo trascendental de la nueva Constitución es el que establece que Chile tendrá un “Estado social y democrático de derecho”, de carácter “plurinacional, intercultural y ecológico”.
Se indican como valores, “la dignidad, la libertad, la igualdad sustantiva de los seres humanos y su relación indisoluble con la naturaleza”.
En definitiva, el Artículo 1 de la nueva Carta Fundamental señala que «Chile es un Estado social y democrático dee derecho. Es plurinacional, intercultural y ecológico. Se constituye como una República solidaria, su democracia es paritaria y reconoce como valores intrínsecos a irrenunciables la dignidad, la libertad, la igualdad sustantiva de los seres humanos y su relación indisoluble con la naturaleza. La protección y garantía de los derechos humanos individuales y colectivos son el fundamento del Estado y orientan toda su actividad. Es deber del Estado generar las condiciones necesarias y proveer los bienes y servicios para asegurar el igual goce de los derechos y la integración de las personas en la vida política, económica, social y cultural para su pleno desarrollo».
Eso es una base sólida, real y explícita que indica que se deja atrás la Constitución de los militares de 1980 y se avanza a una sociedad y un país distinto, con nuevas reglas del juego y que, sobre todo, garantiza derechos a todas y todos los ciudadanos.
En diversos artículos del nuevo texto se establecen derechos para los pueblos indígenas, la soberanía que reside en el pueblo, una democracia inclusiva, paritaria que se ejerce de forma directa y participativa.
Se plantea el Buen Vivir en Chile, a partir del reconocimiento y promoción de «una relación de equilibrio armónico entre las personas, la naturaleza y la organización de la sociedad».
Si usted, su familia, sus vecinos, colegas de trabajo, amigos, compañeros de estudios, realmente quieren saber cómo va el nuevo texto constitucional, no pierda tiempo con versiones confusas, comentarios de algunos, peleas inconducentes, y vaya directo a www.chileconvencion.cl Y que «no le digan, que no le cuenten»…