Con una inversión de 70 millones de dólares y una asociación entre el Estado y sector privado nacional e internacional, se podría contar con planta productiva multipropósito el 2024. El ministro de Ciencias, Flavio Salazar, dijo que la iniciativa “forma parte de una estrategia de desarrollo y que Chile ocupe sus capacidades científicas para diversificar y potencias su matriz productiva”. De esta manera, el país podrá producir biofármacos en beneficio de su población.
Equipo “El Siglo”. Santiago. 12/05/2022. Una asociación entre el Estado, las universidades y el sector privado nacional e internacional, forma parte del proyecto destinado a que Chile cuente con un centro propio de producción de vacunas, que sería un salto enorme en su desarrollo productivo y científico.
Un dato que, de inicio, muestra lo positivo de la iniciativa, es que el país gastó cerca de 450 millones de dólares en la compra de vacunas para combatir el Covid-19 y ahora con una inversión de 70 millones de dólares, podrá asumir la producción propia.
Esta planta permitirá que Chile vuelva a producir vacunas, como lo hacía hasta hace unas décadas, y avanzar hacia un estándar internacional en esta área. Para su construcción ya se cuenta con vínculos y trabajos con proveedores y empresas extranjeras y entidades públicas como el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, la Universidad de Chile, el Instituto de Salud Pública, el Ministerio de Salud, Corfo y entidades y empresas nacionales. La inversión en la nueva planta multipropósito se consideraría en el presupuesto público de 2023 y así, el 2024 podría estar construida y habilitada.
«Una primera piedra en la construcción de un modelo de desarrollo soberano»
El titular del Ministerio de Ciencias, Flavio Salazar, explicó que esto implicaría avanzar en soberanía científica, tener capacidades propias para responder a emergencias sanitarias, vender servicios más sofisticados en la región, producir y lograr desarrollo científico y en salud. En entrevista con ElSiglo.cl, el ministro sostuvo que la iniciativa “forma parte de acciones que apunten hacia un nuevo modelo de desarrollo y que Chile ocupe sus capacidades para diversificar y potenciar su matriz productiva”.
Agregó que “por lo demás, en el buen sentido de la definición, este proyecto contribuye a recuperar el orgullo colectivo, una motivación social de ver que el país se puede desarrollar por sí mismo con su gente y sus inversiones”.
Salazar enfatizó que este plan “es una primera piedra en la construcción de un modelo de desarrollo soberano y, al mismo tiempo, se camina en desarrollar la investigación y la labor científica nacional”.
Empresas farmacéuticas nacionales e internacionales están interesadas en asociarse con el Estado, en colaborar con este proyecto que es liderado por la Universidad de Chile, la principal universidad pública del país y así efectuar inversiones en conjunto.
El ministro de Ciencias sostuvo que “es el Estado el que pone las oportunidades y las condiciones, y al mismo tiempo define las políticas y las estrategias pensando en el bien de la gente, asociándose con los privados”. Insistió en que “este tipo de proyecto lleva en sí mismo el propósito de terminar con un Estado subsidiario y contar con un Estado articulador, que garantice el desarrollo nacional, incluso asociándose con el sector privado, pero definiendo las políticas públicas”.
Flavio Salazar recordó que hace años, sobre todo durante la dictadura, aunque también durante la transición y en el marco del modelo neoliberal, se desmanteló el servicio público y, entre otras cosas, se dejó muy débil al Instituto de Salud Pública que producía vacunas, lo que terminó definitivamente en gobiernos anteriores. Esta idea de volver a contar con una planta productora de vacuna la rechazó el ex presidente Sebastián Piñera, quien quiso optar porque Chile siguiera simplemente comprando todas las vacunas, sin capacidad propia.
Ahora el país está en camino de tener, dentro de dos años, un centro propio de vacunas en alto beneficio de la población, produciendo biofármacos, insertando incluso a Chile en la cadena productiva de vacunas a nivel regional e internacional.