Varios miles participaron del acto central de la CUT en Santiago, y otros miles de personas se congregaron en avenidas y plazas de al menos una decena de ciudades de distintas regiones. Frenar alzas de precios y avanzar en reforma previsional fueron demandas prioritarias.
Equipo “El Siglo”. 01/02/2022. Consagrar un salario mínimo de 400 mil pesos este año, avanzar en la reforma de pensiones, parar el alza desproporcionada de precios, garantizar una canasta básica para las familias trabajadoras, fortalecer la negociación colectiva y el derecho a huelga y avanzar en derechos de las mujeres trabajadoras, fueron demandas exteriorizadas en decenas de marchas y actos que se sucedieron en todo el país para conmemorar el Día Internacional de las y los Trabajadores.
- En Santiago, varios miles de personas participaron en la marchar desde la Plaza Dignidad hacia el lugar del acto central, enarbolando banderas chilenas y de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT). Participaron organizaciones sindicales, de pobladores, juveniles, de partidos y juventudes políticas, agrupaciones de derechos humanos y al diversidad sexual, y profesionales.
- Hubo marchas y actos en Iquique, Valparaíso, Concepción, Copiapó, Arica, Loa, Antofagasta, Rancagua, Elqui, Limarí, Petorca, San Felipe, San Antonio, Los Andes, Quillota, Colchagua, Cauquenes, Talca, Los Ángeles, Coronel, Lota, Punta Arenas, Osorno, Cautín, Valdivia, Chiloé, Coyhaique y otras ciudades.
- El presidente de la CUT, valoró que se haya logrado avanzar hacia un sueldo mínimo de 400 mil pesos este año y agregó que “pero sin duda, haremos todos los esfuerzos para lograr un sueldo mínimo sobre la línea de la pobreza antes que finalice el mandato del Presidente Boric”. Se refirió también al impuesto a los súper ricos como medio para captar recursos para políticas sociales: “Nosotros hemos hablado del impuesto a los súper ricos, que es una campaña que llevamos impulsando. Planteamos que todos paguen impuestos, no solamente las clases medias o los trabajadores más pobres, porque hoy nuestros tributos son semi integrados que permite que los grandes empresarios no paguen impuestos y no contribuyan con la sociedad”.
- La presidenta de la Convención Constitucional, María Elisa Quinteros, estuvo en el acto central en Santiago y expresó: “Ya podemos decir que la nueva Constitución consagra que Chile es un Estado social y democrático de derecho y, con esto, vamos dejando atrás la idea de un Estado con un rol subsidiario”. “Como Convención nuestro mandato es trabajar para todos los habitantes del territorio, y el movimiento sindical es muy importante, porque gracias a los derechos laborales nos podemos desarrollar como personas. Es parte trascendental del desarrollo humano también el trabajo digno y decente”. Dijo Quinteros. Aseguró que “la libertad sindical y el derecho a huelga de negociación colectiva son demandas que han estado a la base por años del movimiento sindical”.
- La ministra del Trabajo y Previsión Social, Jeannette Jara, declaró que el salario mínimo propuestos por el Gobierno en acuerdo con la CUT, “rige a contar del primero de mayo, es decir, aunque se demore unos días en la tramitación, su efecto va a ser retroactivo en cuanto a la primera alza de los 30 mil pesos y la siguiente alza que va a ser al primero de agosto de 20 mil pesos más, cumpliendo así el compromiso del primer escalón en 50 mil pesos de nuestro Gobierno”. También apuntó: “Quiero poner al centro que vamos a avanzar en la reducción de la jornada laboral a 40 horas. Merecemos un buen vivir y sin duda una hora más al día para cada uno de nosotros va a ser una contribución en calidad de vida, en salud mental, en tiempo disponible y de calidad”.
Discurso íntegro del presidente de la CUT
Saludamos a todos nuestros compañeros y compañeras,
trabajadoras y trabajadores que mueven el país, los que crean
la riqueza, quienes en distintos rubros le ponen el hombro a la
producción de insumos, extracción de materias primas, el
comercio, a los que educan en todos sus niveles, a los que
hacen funcionar el Estado. Trabajadores manuales e
intelectuales, profesionales, informales y obreros, del mundo
de la cultura, del retail, chilenos e inmigrantes, trabajadores del
deporte, del campo, el puerto o la ciudad, incluyendo a tantas
personas que se desempeñan en labores domésticas y de
cuidado sin sueldo.
Y una mención muy especial a las y los trabajadores de la
salud que durante los momentos más agudos de la pandemia
arriesgaron sus vidas para asistir a nuestro pueblo.
Permítanme un minuto, compañera y compañeros, desde esta
tribuna por donde han pasado grandes lideres, quiero saludar
a mi querida comunidad indígena de Nolyegûe, ubicada en Río
Bueno, la región de los Ríos, y a través de ellos, a todos los
pueblos ancestrales de nuestro país.
Somos protagonistas de un momento histórico y, como nunca,
nos necesitamos entre todos y todas, para enfrentar las
dificultades del presente, para hacer los cambios que Chile
requiere con urgencia y contribuir a un futuro mejor.
Somos los que creamos riqueza, pero, los datos están ahí: 1
de cada 100 chilenos tiene casi la mitad de la plata de los otros
99. Chile es un país desigual, donde el lugar en que se nace
puede determinar la vida, donde los jefes mandan y hay que
agachar el moño para evitar un despido arbitrario, donde los
jóvenes sólo pueden aspirar a sueldos miserables al igual que
los trabajadores mayores. Y, donde tras una vida de trabajo,
se debe sobrevivir con pensiones brutalmente indignas.
Y quiero detenerme un momento, compañeras y compañeros.
Yo soy reponedor de supermercado, terminé el liceo en la
noche porque me puse a trabajar para ayudar en la casa, por
eso estoy ¡consciente! que el sueldo no alcanza para llegar a
fin de mes. Esta no es una realidad particular, se repite en
miles de hogares chilenos. Somos tantos y tantas quienes
tenemos que sacarnos la cresta por las cosas más básicas,
sobre todo las mujeres jefas de hogar, que ven con temor el
futuro de sus hijos.
Y muy cerca de acá tenemos justamente el principal símbolo
de esta desigualdad, que es la Plaza Dignidad: Hacia la
cordillera se encuentran los dueños de Chile y sus grandes
gerentes y hacia la costa nosotros los obreros y trabajadores.
La Central Unitaria de Trabajadores ¡advirtió durante años
esta precarización!, la falta de oportunidades y la
desesperanza está golpeando cada vez más a los hogares
chilenos.
¡Nos cansamos y nos unimos!
Fuimos parte de las movilizaciones del estallido social, de ese
tremendo grito por el fin de los abusos y, después del paro
nacional del 12 de noviembre, surgió la posibilidad histórica de
poner fin a la Constitución impuesta a sangre y fuego por la
Dictadura.
Chile es un pueblo valiente y solidario. Un pueblo que nos es
violento, pese a lo que quieren instalar y propiciar muchos
sectores. Chile es un pueblo que, a pesar de sus
precariedades, está lleno de esperanzas, con ganas de vivir
mejor pero ahora… AHORA… ¡y construyendo desde ya un
nuevo Chile para las futuras generaciones!
Abrazamos a este Chile, que de norte a sur salió a hacer ollas
comunes en plena pandemia, en donde el pueblo ayudó al
pueblo, que reaccionó ante la ausencia de un gobierno
indolente.
La central unitaria de vocación democrática, la de Clotario Blest
y Manuel Bustos, impulsó, reforzó y se la jugó, para que a toda
costa no saliera un candidato de ultraderecha, que tenía de
referente al dictador más sanguinario de nuestra historia.
¡¡Pero ojo compañeros y compañeras, no nos perdamos,
el peligro sigue latente y tiene representación en el
parlamento!!
Y es por esto por lo que desde esta tribuna les decimos a las
autoridades que no nos abandonen, que no duden en avanzar
en el camino de sanar nuestra sociedad.
Seremos contribuyentes si nos escuchan, en conjunto con los
movimientos sociales, pero también seremos vigilantes, y de
manera responsable usaremos el diálogo y la movilización
social, para reencauzar los procesos que el pueblo impulsó con
el estallido social. El diálogo y la movilización social están en
la esencia y naturaleza del sindicalismo, pero no cualquier
diálogo, uno resolutivo y vinculante, que escuche al eslabón
más débil del mundo laboral, que somos nosotros los
trabajadores y trabajadoras.
La disposición al diálogo y la convicción son claves. Un ejemplo
de ello es el reciente acuerdo de salario mínimo, en el cual se
recogen las principales demandas que colocamos sobre la
mesa de la negociación. Logramos que se hiciera un esfuerzo
mayor para el alza del ingreso mínimo, adelantando los 400 mil
pesos a partir de agosto de este año, el aumento salarial más
grande desde la recuperación de la democracia.
Pero, sin duda, compañeras y compañeros, haremos todos los
esfuerzos para lograr un sueldo mínimo que esté por sobre la
línea de la pobreza, antes que finalice el mandato del
presidente Boric. Instalamos también el concepto de la
Canasta Básica Protegida y se acordó crear un beneficio para
mitigar el impacto de las escandalosas alzas de los precios.
Pero lo más importante, es que se creará un observatorio del
comportamiento de precios.
Y en caso de anomalías, como por ejemplo posibles
colusiones, serán informadas a la fiscalía nacional Económica
para que se haga cargo de la investigación.
¡No más empresarios que especulen con los precios a
costa de nuestros bolsillos! Ya tenemos la experiencia,
como lo son la colusión de los pollos, el papel higiénico y
las farmacias. La marraqueta no es tan crujiente cuando
hay abuso.
Se enviarán proyectos de ley emblemáticos para fortalecer el
trabajo decente, como lo es por supuesto, mejorar el acceso y
aumentar los montos al Seguro de Cesantía, crear una mesa
de trabajo para el diseño y gradualidad de la jornada laboral a
40 horas semanales; legislar sobre la negociación ramal; y la
ratificación la ratificación del Convenio 190 de la OIT que
elimina todo tipo de violencia y maltrato en los espacios de
trabajo.
La Convención Constitucional, con la tarea de redactar una
nueva Constitución en democracia, es el triunfo del movimiento
popular, es como siempre lo dijo el sindicalismo desde el
mismo año 80: es la madre de todas las batallas. Porque se
trata de cambiar Chile y sentar los cimientos para construir una
sociedad más justa, más humana, más soberana y
democrática.
Es por eso, compañeras y compañeros, que defendemos y
defenderemos el proceso constituyente de los ataques de
quienes quieren que todo siga igual. La nueva Carta Magna
que surja de la convención, será siempre mejor que la
heredada de la dictadura cívico-militar, construida entre cuatro
paredes con el fusil en el pecho sin ninguna legitimidad. Por
eso hoy, está con nosotros la presidenta de la Convención,
María Elisa Quinteros, para decirle que valoramos su trabajo,
de la misma forma que lo hicimos con Elisa Loncón.
A partir de hoy, nuestra Central lanza el COMANDO 4 DE
SEPTIEMBRE por el Apruebo del Plebiscito de salida, que se
realizará precisamente el próximo 4 de septiembre, fecha
emblemática para la Clase Trabajadora y para el pueblo
chileno, cuando en 1970, asumió el compañero Presidente
Salvador Allende.
Y aquí me quiero detener para agradecer a dos grandes
mujeres: Bárbara Figueroa, ex presidenta de la CUT,
nombrada embajadora en Argentina lo cual nos llena de
orgullo, quien fue fundamental para que hiciéramos un proceso
serio y participativo, con Juan Somavía, ex director de la OIT,
a la cabeza de un consejo asesor, que nos permitió contar con
una Propuesta Constitucional del Mundo Sindical.
La posta la tomó la ex presidenta de la CUT, Silvia Silva, quien
difundió nuestras ideas al interior de la Convención y condujo
el gran esfuerzo de reunir, durante el verano y con un difícil
sistema informático, más de 17 mil apoyos a nuestra Iniciativa
Popular de Norma, que ha ido avanzando favorablemente en
la Convención.
Y no puedo dejar de mencionar el tremendo avance que
significa haber realizado elecciones universales en nuestra
CUT. Somos la única multisindical del mundo que se ha
propuesto este desafío y no se ha quebrado en el intento, con
participación similar del sector público y privado.
Más importante aún, nuestro Consejo Directivo Nacional es
paritario. Pero no por estatuto o por alguna norma
reglamentaria: es paritario porque las compañeras dirigentas
sindicales resultaron electas con votación propia.
La mayoría de nuestras direcciones provinciales están
compuestas por compañeras. Y estamos muy orgullosos de
decir también que el grueso de los dirigentes nacionales y
provinciales de la CUT son dirigentas y dirigentes nuevos, que
no habían estado antes en estos espacios, esto da cuenta no
sólo de cambios en el mundo sindical, sino de crecientes
sectores sociales que ven en la unidad de las y los
trabajadores, una vía de acción colectiva en beneficio de las
grandes mayorías de Chile.
Nos impusimos una autoreforma sindical y aquí están los
resultados y seguiremos profundizando los cambios
necesarios para avanzar en unidad.
La CUT está enfrentando hoy muchos desafíos. Estamos
haciendo todos los esfuerzos para poner el valor del trabajo al
centro de la sociedad. La nueva Constitución debe reconocer
el derecho al trabajo decente: un trabajo estable y formal, no
precario, seguro, con remuneraciones que nos permitan vivir y
no sobrevivir, con horarios que nos permitan tener vida familiar
y un descanso adecuado.
Igual de importante, compañeras y compañeros, es contar con
un sistema de seguridad social articulando sus nueve pilares.
En ese sentido, la ratificación del Convenio 102 de la OIT es
de vital importancia para la construcción de un verdadero
sistema de seguridad social. Hacemos un llamado al Gobierno
a que se haga cargo de esta demanda.
Abrazamos la propuesta de No + AFP que dejó al descubierto
un sistema de pensiones que, más que ser un plan de ahorro
individual es una caja de cambio para la elite. Debemos
terminar con las AFP.
Este sistema impuesto por la dictadura cívico-militar no tiene
legitimidad, fracasó en su promesa original de otorgar
pensiones del 75% de los ingresos en vida productiva. Chile no
necesita una reforma. Llevamos 10 años hablando de mejorar
las pensiones, hace rato ya tenemos el diagnostico no nos
demos más vueltas, dejemos de preocuparnos y ocupémonos
del tema.
Lo que necesitamos es un nuevo sistema público de
pensiones, con un Estado garante de un sistema de reparto
con aportes de los trabajadores, los empleadores y el Estado.
Necesitamos salir de la angustia de llegar a viejo con
pensiones miserables y mirar el futuro y nuestra vejez con
esperanza y tranquilidad, después de haber entregado toda
una vida para hacer grande este país.
Pero también es de vital importancia consagrar el derecho a la
vivienda digna, a la educación gratuita, a la igualdad salarial y
a las oportunidades para mujeres y hombres, el derecho al
descanso y el ocio, disminuyendo la jornada laboral, pero sin
que esta sea una excusa para precarizar aún más el trabajo.
Necesitamos superar el flagelo del desempleo, y Chile tiene
grandes potenciales para ello. Para eso es necesario generar
empleos decentes, con contrato, con salarios dignos por sobre
la línea de la pobreza… poner fin a los trabajos informales.
En ese sentido, tal como está escrito en el borrador de la nueva
Constitución, el Estado debe ser social, democrático de
derecho, plurinacional, intercultural y ecológico.
Y para eso se requiere impulsar un nuevo modelo de
desarrollo, una economía que no solo se base en la extracción
de materias primas y de nuestras riquezas naturales.
¡Basta de que las empresas extranjeras se lleven las
ganancias de nuestros recursos naturales! Es necesario
que el Estado asuma un rol protagónico en el manejo,
distribución, explotación y preservación de los recursos
naturales, que son de todos los chilenos y chilenas.
Compañeras y compañeros, no le tengamos miedo a un
Estado garante de derechos. Recordemos que el Presidente
Salvador Allende nacionalizó el cobre y hoy, CODELCO es la
empresa minera más importante del mundo, que lidera la
producción del cobre e impulsa el desarrollo del país,
entregando todos los excedentes a las arcas fiscales de Chile.
¡ESTA ES LA EMPRESA DE TODOS LOS CHILENOS Y
CHILENAS!
En materia de la Reforma Tributaria, coincidimos con la
Convención Constitucional en que el Estado debe garantizar el
cumplimiento de todos los derechos sociales que se están
incorporando en la Carta Fundamental.
¡Los que ganan más deben pagar más impuestos! Basta
de colusión, evasión y elusión de los mismos grupos
económicos que, durante la pandemia, acrecentaron sus
ganancias. Mientras el pueblo de Chile sufría, los ricos se
hacían más ricos y los pobres más pobres.
Y acá, quiero devolverme a un tema que no podemos olvidar,
compañeras y compañeros. El sindicalismo sí contribuye de
manera fundamental a la redistribución de la riqueza, con
negociaciones colectivas y sindicatos fuertes. Los países en
los que existe negociación ramal han avanzado de manera
muy sustantiva en reducir la aguda desigualdad que genera el
modelo neoliberal. Por eso, fortalecer los sindicatos es una
necesidad de justicia social.
Estamos dispuestos a sentarnos a conversar con todos
quienes sea necesario, como lo estamos haciendo hoy en el
Consejo Superior Laboral, instancia tripartita donde están el
Gobierno, trabajadores y empleadores… nuestra política es de
diálogo y movilización… No lo olvidemos, diálogo y
movilización. Así ha sido la historia del movimiento obrero. Y
estaremos siempre preparados para movilizarnos.
El trabajo es un valor, es fuente de dignidad y de bienestar.
Pero no es cualquier trabajo, es Trabajo Decente, con salarios
dignos, con seguridad social, con horas que nos permitan
compartir con nuestras familias, con negociaciones colectivas
y derecho a huelga efectiva.
A la democracia le hacen bien los trabajadores organizados en
sindicatos, somos parte de la democracia. Ya no hay vuelta
atrás, son tiempos de esperanza, de solidaridad, de mirarnos
en las calles sin miedo.
Este primero de mayo, nos convocamos como en todo el
mundo a levantar las banderas de la justicia social, de la
igualdad, de la democracia y de la paz.
VIVA CHILE, VIVA EL PUEBLO, VIVAN LOS
TRABAJADORES Y TRABAJADORAS, vamos a hacer
realidad los cambios que surgieron del movimiento popular,
para hacer de nuestra sociedad una patria más justa, más
solidaria y más humana.
Muchas gracias