Ministra del Trabajo y Previsión Social del Presidente Salvador Allende, suplementera, dirigenta sindical, histórica militante del Partido Comunista, feminista y que en edad adulta decidió estudiar sociología.
Equipo “El Siglo”. Santiago. 24/02/2022. “Mireya Baltra Moreno (Santiago, 25 de febrero de 1932). Socióloga, reportera, suplementera y política del Partido Comunista de Chile. Diputada por la Séptima Agrupación Departamental de “Santiago”, Primer Distrito, entre 1969 y 1972, y en 1973 por la Octava Agrupación Departamental “Melipilla, San Antonio, San Bernardo y Maipú”. Ministra del Trabajo y Previsión Social entre el 17 de junio y el 2 de noviembre de 1972, durante el gobierno del presidente Salvador Allende Gossens. Regidora por Santiago entre 1963 y 1967”.
Es la reseña que tiene publicada la Biblioteca del Congreso Nacional de Chile sobre esta destacada luchadora sindical, feminista, militante histórica del Partido Comunista. Pero su intensa vida es mucho más. Un cúmulo de experiencias, anécdotas, episodios, que hoy se potencian cuando Mireya Baltra cumple 90 años.
Como haber partido de su quiosco de diarios en el centro de Santiago, a su despacho como ministra del Trabajo y Previsión Social, siendo la única mujer integrante del gabinete ministerial del Presidente Allende. Ese momento épico en que, montada a caballo, junto a la ex senadora y también destacada militante comunista, Julieta Campusano, cruzó la Cordillera para ingresar clandestinamente a Chile y desafiar a la dictadura. Su trabajo en varios países, alentando la solidaridad internacional con la lucha de resistencia del pueblo chileno. Su decisión en edad ya adulta, de entrar a estudiar sociología y graduarse.
Mireya Baltra estudió en el Liceo 5 de Niñas de Santiago y luego en el Liceo Manuel de Salas. Sus padres tenían un quisco en Santiago, y por ahí fue conociendo el mundo sindical y a personeros políticos con quienes conversaba y más tarde se convertirían en amigos y conocidos en las lides políticas. Suplementera, fue encargada del Departamento Femenino del Sindicato de Suplementeros e integró la Federación Nacional de Suplementeros. Por su labor en la lucha sindical, llegó a ser dirigenta de la Central Única de Trabajadores (CUT). En esas labores comenzó a defender los derechos de las mujeres y a integrarse a las batallas feministas.
Inquieta y decidida, fue reportera de la revista “Vea” entre 1948 y 1950, y luego columnista del diario “El Siglo”, entre 1950 y 1953. “La mujer como fuerza política” fue el primer artículo que entregó a este diario. También escribió en “El Espectador” y “La Última Hora”. Muchas y muchos recuerdan su estreno, en 1960, como columnista de “El Siglo”, con un escrito titulado “La mujer como fuerza política”.
En 1963 fue electa regidora por Santiago, hasta 1967. Ese año asumió la presidencia del Comando Nacional de Jardines Infantiles, que dio origen a la Junta Nacional de Jardines Infantiles, JUNJI. Participó en la creación del Frente de Mujeres de la Unidad Popular, ya iniciado el Gobierno de la UP, y se desempeñó como secretaria general. Fue nombrada de forma interina al frente de la cartera de Trabajo y Previsión Social entre el 2 de junio al 24 de julio de dicho año. Luego, ejerció el puesto de ministra titular del Trabajo entre el 17 de junio y el 2 de noviembre de 1972. Tiene una militancia de alrededor de 70 años en el Partido Comunista.
Durante el exilio, al que partió por instrucciones del PC, visitó decenas de países promoviendo la solidaridad con el pueblo chileno, y vivió en Cuba, Holanda, Checoslovaquia, y otros países.
Siempre comprometida y estando dispuesta a asumir diversas tareas, aceptó ser candidata al Parlamento en la década de los noventa, pero no se logró el objetivo, sobre todo porque el PC quedaba excluido por la lógica del sistema electoral binominal.
En plena pandemia, el 2020, el periodista de El Siglo, Hugo Guzmán, pudo realizarle una breve entrevista a Mireya Baltra.
Mireya, ¿cómo se enteró que el Presidente Salvador Allende la había nombrado ministra del Trabajo?
Mi mamá fue la que me dijo. Llegó a la casa y me dijo, Mireya, tienes que vestirte bien, eres ministra. Nos reímos, nos abrazamos, empezaron a llegar las flores, y mis hijos pensaban poner una florería porque eran muchas.
En ese tiempo, ¿qué tarea tenía en el Partido Comunista?
Eran varias tareas. Yo era miembro de la Comisión Política del partido, nos tocaban muchas tareas que estaban asignadas a la política, y la verdad es que teníamos el tiempo completo.
¿Cómo resumiría el periodo de labor en el Ministerio del Trabajo?
Le diría que a mí me gustaba ese trabajo. Era tiempo completo de dedicación, pleno de reuniones y de conversaciones con la gente, la visita a esos lugares que estaban prohibidos, que eran las casas de los pobres, las casas, los hogares, que quedaban fuera de la capital.
¿Fueron años muy difíciles?
No, yo estaba acostumbrada, antes de ser ministra yo estaba acostumbrada a todo ese trabajo. Me dolió cuando me sacaron, para reemplazarme por Luis Figueroa.
En su opinión, ¿dónde está el mayor legado de Salvador Allende y de la Unidad Popular?
Bueno, no es fácil decirlo en dos o tres frases. Era un conjunto de problemas que fueron resueltos, la legalización de todo el movimiento sindical, que no estaba por ley expresado, garantizado, y lo legalizamos. Los derechos de las mujeres que fueron completados, todos. El hecho que nombraran ministra del Trabajo a una mujer, en ese entonces, era delicado porque había muchos conflictos. Pero tuvimos la facultad, con un equipo de mujeres, de resolver los conflictos, de ir de un lado a otro, para estar junto al pueblo, escuchar más directamente la palabra del pueblo y, la verdad, yo creo que se hicieron muchas cosas para el pueblo y los trabajadores, en el poco período que estuve como ministra.
¿Cómo fue el aporte de las mujeres en el proceso de la Unidad Popular? ¿Usted cree que tuvieron más derechos?
Sí, se establecieron más derechos con el gobierno de Salvador Allende. Pero es todo un proceso, la participación de la mujer antes del gobierno de la Unidad Popular era mínima, no nos tomaban en cuenta, ni siquiera para cualquier cargo de menor cuantía en un gobierno. Por eso lo de Allende fue importante, más que la discriminación a la mujer, para que una mujer fuera ministro, por ejemplo, fue el hecho de que se dieron posibilidades y despertó a las mujeres chilenas de que sí éramos capaces de asumir cargos de importancia en el gobierno y había más derechos para las mujeres.
¿Qué hizo posible el triunfo de la Unidad Popular?
El desgaste del gobierno anterior (del democratacristiano Eduardo Frei Montalva), había un descontento muy grande, había cosas que se habían prometido y no se cumplieron, es un problema para analizar, a fondo, profundamente. Lo más importante es que ganó Salvador Allende y esa era la aspiración de la mayoría de nuestro pueblo.