La CoDirectora de la Agencia Pressenza abordó el papel jugado por la prensa frente a casos de alto impacto en la ciudadanía, como los del abogado Luis Hermosilla y el exsubsecretario de Interior, Manuel Monsalve. Dijo que al conocerse esas y otras situaciones, “el sistema ha quedado en evidencia y sus intereses también”. Afirmó que “no creo que debe atribuirse a la prensa un mal uso de las filtraciones, sino a los poderes que las filtran”, en alusión a una prácticas que fue decisiva en el conocimiento de hechos. Específicamente sobre la cobertura del Caso Monsalve, indicó que “me sorprende que no se levante la cuestión del abandono de funciones, dedicado al asunto personal el día en que subrogaba como Ministro del Interior”. La amplificada cobertura a episodios delictivos de todo tipo “responde a intenciones bien precisas de los medios, orientadas a desestabilizar y atemorizar a la población”, sostuvo la periodista.
Hugo Guzmán R. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 12/2024. Un hecho noticioso del año fue el Caso Hermosilla. Dadas los personajes involucrados, las instituciones involucradas, el impacto en la gente al ver al jefe de la PDI, a jueces y juezas de la Corte Suprema, a fiscales, a exministros, entre otros, ligados al acontecimiento, ¿cómo evalúas el comportamiento de la prensa?
Desvelar las conductas de las élites y el corporativismo con que operan, produjo un remezón importante en Chile durante este año que concluye, donde la mayor parte de la gente todavía creía en las supuestas conductas ejemplares de las cúpulas y cargos de poder. El sistema ha quedado en evidencia y sus intereses también. No sé si la prensa apuntaba a hacerlo, pero en concreto eso es lo que ha sucedido.
En el Caso Hermosilla, como nunca, tuvieron un papel determinante las filtraciones. Medios de prensa que reportaban chats, WharssApp, grabaciones, en fin. ¿Cuál es tu postura respecto a ese mecanismo, a cómo los medios de prensa usan las filtraciones que, todo indica, salen de fuentes judiciales y policiales?
No creo que debe atribuirse a la prensa un mal uso de las filtraciones, sino a los poderes que las filtran. Hay intencionalidad clara al hacerlo y la prensa está disponible para difundirlas. Pero no todo se filtra, y son muchos los personajes blindados por las mismas fuentes judiciales o policiales. Habría más bien que preguntarse qué están protegiendo al hacerlo.
Luego vino el Caso Monsalve. Hablamos de una denuncia por violación y otras posibles irregularidades o delitos por parte del exsubsecretario del Interior, con una víctima que ha estado en una situación muy complicada. ¿Crees que, en general, la prensa apuntó bien en el seguimiento de este hecho?
Me parece que el resguardo del nombre de la víctima ha sido respetado por todos los medios y en eso han apuntado bien. Sin embargo, me sorprende que no se levante la cuestión del abandono de funciones en el Caso de Monsalve, dedicado al asunto personal el día en que subrogaba como Ministro del Interior, sin ni siquiera presentarse en el trabajo. Eso en sí, ya sería suficiente para que no pudiese volver a ejercer funciones públicas, pero todo el caso ha desembocado exclusivamente en el delito de violación, que si bien es gravísimo no es el único delito que manifiesta su conducta.
Hace unos días se informó que la víctima estaba internada, en estado de inconsciencia, en observación, muy lastimada por la exposición pública y hasta se habló de falsos mensajes en redes sociales y se hizo alusión de su difusión por medios de prensa. Se sabe que hay reporteras y reporteros que fueron al hogar de la víctima. ¿Específicamente en este aspecto, cuál es tu valoración?
Creo que hay un exceso de atención mediática, que responde a los intereses políticos de los medios y así, del acoso sexual se pasa al acoso mediático, lo que sin duda debe afectar enormemente la vida cotidiana de la víctima. Pero no nos engañemos, la prensa está al servicio de sus propios intereses también en este caso.
¿En este tipo de situaciones y otras similares, en los medios de comunicación debería existir un protocolo, una pauta, una orientación con equidad de género, de protección de las víctimas?
Sin duda y sería de mucha utilidad. Fundamentalmente el tratamiento de las noticias debiera ser respetuoso y no violento, especialmente respecto de quienes han sido víctimas de violencia sexual.
Hablando más es general, fue recurrente escuchar este año, sin desconocer problemas serios en seguridad pública, que los medios de comunicación amplifican mucho los hechos delictivos y contribuyen a generar una alarma, un estado de situación que no responde a la realidad. ¿Coincides con eso, o crees que la prensa informa de algo muy real?
Me parece un interés desmesurado puesto en los problemas de seguridad. Sin duda hay diariamente hechos que ameritan ser anoticiados, pero el tiempo dedicado, el espacio mediático otorgado a dichos hechos, supera con creces la importancia que tienen. Por cierto ese espacio responde a intenciones bien precisas de los medios, orientadas a desestabilizar y atemorizar a la población, mientras los partidos de las derechas se yerguen supuestamente como los únicos capaces de gestionar políticas de seguridad, cosa absolutamente falaz.
Editorialmente y hablando de los medios de prensa convencionales, de los grandes consorcios, ¿dónde situarías los ejes de pauta que marcaron o que impusieron durante 2024?
Diría que el primario estuvo en los problemas de seguridad pública, así como en los escándalos que podían tener repercusiones políticas.
¿Y qué papel crees que jugaron medios alternativos, no hegemónicos, universitarios, sociales?
Dieron una visión completamente diferente del país, reporteando desde la base social, así como respecto de la tramitación de los distintos proyectos en el Congreso. Los medios no hegemónicos cumplen con una tarea de formación cultural, ideológica y de educación cívica. Este año tuvieron importancia en destacar figuras competitivas en la contienda electoral municipal. Los medios alternativos, no hegemónicos, sociales y universitarios sin duda que cumplen esa labor tan importante, sobre todo en la situación actual en la que la prensa convencional responde fundamentalmente a sus intereses económicos y políticos, habiendo abandonado prácticamente su labor de nutrir el pensamiento y favorecer la cultura. Afortunadamente existen los otros medios.