En el Senado, instancia que continúa caracterizándose por posturas conservadoras, no prosperó la acusación constitucional contra el mandatario, que sí tuvo amplio apoyo democrático en la Cámara Baja. El Presidente, vinculado a grupos financieros y diversos negocios, está acusado de prácticas irregulares en torno del proyecto minero “Dominga” y de cuentas en “paraísos fiscales”.
Equipo “El Siglo”. Valparaíso. 16/11/2021. Desde que llegó al Senado la acusación constitucional en contra del Presidente Sebastián Piñera por negocios irregulares en torno del proyecto minero “Dominga” y cuentas y negocios en “paraísos fiscales”, revelado por el informe internacional de “Papeles Pandora”, el mandatario tenía a su favor el quórum de 2/3 dejado por el dictador Augusto Pinochet en las normativas constitucionales. Y eso lo salvó, porque a pesar de que los partidos de derecha solo tienen 19 votos en la Cámara Alta, la oposición, siendo mayoría con 24 legisladores, no pudo alcanzar los 29 sufragios que se requerían.
En la medida que transcurrió el día, se fue viendo que no estarían los votos necesarios para aprobar la acusación, pese a que la mayoría de los parlamentarios la apoyaba. En medio de todo se supo hasta de la abstención del derechista Manuel José Ossandón quien declaró, en tono crítico hacia el mandatario, que de cualquier manera “la honra no se limita a un veredicto judicial, la honra va más allá de la sentencia”.
La mayoría de senadoras y senadores de oposición, establecieron que el texto jurídico de la acusación al jefe del Ejecutivo, sostenían claramente que Piñera infringió la Constitución y las leyes, faltó a la probidad y comprometió gravemente el honor de la nación en los negocios de “Dominga” y operaciones en “paraísos fiscales”.
En esa misma línea, la mayoría democrática de la Cámara de Diputadas y Diputados había aprobado la acusación constitucional contra Piñera. De prosperar, el mandatario debía ser destituido de su cargo. Antes de la votación en el Senado, el jefe del Ejecutivo tenía prohibición de salida del país, situación que se sumó al bochorno que ha pasado, incluso a nivel mundial.
La senadora Yasna Provoste, candidata presidencial de Nuevo Pacto Social, sostuvo que “no obstante los rodeos y ejercicios dialécticos desplegados por la defensa, por cierto loables a habida cuenta de la fuerte dosis de energía y talento invertido, no consiguen despejar la ecuación de que el Presidente careciera de participación alguna en los hechos relativos a la enajenación del proyecto minero Dominga, que ignorara la cláusula contractual suscrita en un paraíso tributario que condiciona el pago de cerca de diez millones de dólares a ciertas declaraciones ambientales que posibilitaran la ejecución de dicho proyecto”.
Expresó: “El Presidente Piñera ha hecho de la imprudencia, de su incontinencia y avaricia, y de sus conflictos de intereses, una constante, un patrón de conducta en los dos gobiernos que le han tocado encabezar. Ha dañado como nadie la democracia, la figura presidencial y ha sumido al país en el descrédito internacional afectando gravemente el honor a la patria”. Y enfatizó Provoste: “Afortunadamente queda muy poco para que este gobierno termine, la historia juzgará al que estoy convencida es el peor gobierno en democracia de los últimos 70 años”.
La diputada Gael Yeomans, a quien le correspondió, junto a otros dos legisladores, presentar los argumentos de la Cámara Baja ante el Senado, dijo que Sebastián Piñera demostró “un notable conflicto de intereses, negociaciones incompatibles y un actuar sin ética” y que “la familia Piñera Morel pretendía beneficiarse directamente de la decisión del jefe de Gobierno” con el negocio de “Dominga”. “El Presidente pretende que creamos que no tenía conocimiento de dichos negocios, cuyo éxito está vinculado a decisiones que le corresponden a él”, recalcó la diputada.