Sichel, el brujo

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En distintos momentos dijo ser lo que no es o no fue. Recurrió a cambiar su perfil, su identidad, su realidad. Lo más notorio de esto, es que Sebastián Sichel insistió en que no es de derecha, sino independiente, y es el candidato presidencial de la UDI y RN. Muchos apuestan a que haga un acto de brujería, que podría sacarlo de algo más que un mal momento.

Patricia Ryan. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 08/10/2021. Sebastián Sichel ha recurrido a prácticas de brujería mediática y política con el objetivo principal de disfrazar y hacer desaparecer verdades y realidades. Una práctica de “la mala política” que, para empezar con el acto de brujería, él dice combatir.

En redes sociales, un periodista escribió que Sichel dijo que no era lobista y resultó lobista, que no era DC pero fue de la DC, que no era empresario y ha sido empresario, que era independiente y resultó ser de derecha. Se pudiera agregar que manifestó estar férreamente en contra del retiro del 10% desde los fondos de las AFP y él sacó su 10%…aplicando un dicho chileno, “de picado” expresó que si se aprobaba un nuevo retiro, el impulsaría el retiro del 100% de los fondos previsionales…dijo estar por la clase media, los emprendedores y las Pymes, y como Ministro de Desarrollo Social y presidente del BancoEstado negó recursos a esos sectores (en la política del Gobierno de Sebastián Piñera), dio escasos apoyos y los dejó botados (recordar las largas filas en la entidad con cientos de miles de personas con problemas); “Fue la administración más nefasta que hayamos tenido”, dijo en su momento el presidente del sindicato de BancoEstado, Marco Beas; Sichel metió su vida privada al ruedo mediático para captar votos, mostrando una vida de vulnerabilidad y sacrificios, sin embargo, se enojó cuando su padre adoptivo salió a aclarar y develar algunas cuestiones que, al final de cuentas, generaron nebulosas respecto a la realidad de las historias personales descritas por el ahora aspirante presidencial; fue un fiel colaborador del Presidente Piñera, lo acompañó y defendió en los momentos erráticos y desastrosos de la administración en medio del estallido social y la pandemia, pero después quiso desligarse del mandatario y borrar con una varita mágica su paso por el Gobierno, detestando que digan que él, es el Sebastián dos; en su último desafío como candidato presidencial y supuesto líder del oficialismo, no logró ordenar a la derecha en el Parlamento para que se votara en contra del cuarto retiro desde las AFP, fracasó.

El acto de brujería política de Sichel ha consistido estos meses en tapar todo eso, en desconocerlo, en crear un cuento y una imagen que no tiene que ver con la realidad, su realidad. Lo hace en puntos de prensa y lo hizo en el primer debate presidencial televisivo.

Lo más notorio de esto, y hasta tragicómico, es que Sebastián Sichel insistió en que no es de derecha, sino independiente…pero participó en las primarias del sector, de Chile Vamos, y terminó siendo el candidato presidencial de la Unión Demócrata Independiente (UDI), de Renovación Nacional (RN) y de Evolución Política (Evópoli). En concreto, el candidato de la derecha. Es, por lo demás, el aspirante presidencial que aspira a darle continuidad al Gobierno de derecha de Piñera.

En su acto de brujería de pretender no estar vinculado a la UDI y RN, instaló una disputa con esos partidos, principalmente con sus directivas, y eso le provocó no sólo un desnatural distanciamientos con las fuerzas que lo deben apoyar, sino que terminó por colmar la paciencia de conservadores y varios legisladores, dirigentes y militantes de la derecha anunciaron que no votarán por Sichel y lo harán por el ultraderechista José Antonio Kast.

Un par de sus voceros comenzaron a cuestionar encuestas cuando se empezó a repetir que, precisamente, Kast se colocaba en segundo lugar en la carrera presidencial, detrás de Gabriel Boric de Apruebo Dignidad, y empezaron otras maniobras de brujería como hablar del “comando de la unidad” respecto a su equipo, queriendo mover la realidad por medio de una frase mediática para construir otra realidad.

Como miembro de la DC fue candidato y activo apoyador de Eduardo Frei Ruíz-Tagle y el actual gobernador Claudio Orrego. Fundador y gerente general del Portal informativo El Dínamo. Apoyó el Gobierno de Michelle Bachelet. Muy cercando al ex ministro del Interior y hombre fuerte de Los Coroneles de la UDI, Andrés Chadwick. Hoy es el aspirante presidencial con más dinero para la campaña, que proviene del mundo financiero y empresarial y de un suculento préstamo bancario.

Dicen que está a la baja en las encuestas, que comunicacionalmente va de un error tras otro, que hay torpeza en su diseño de campaña, que ni en la UDI ni RN están contentos con él, y para rematar apareció el fantasma de que no pase a segunda vuelta, lo que terminaría sellando la ronda de derrotas estratégicas de la derecha en los últimos tres años. Muchos apuestan a que haga un acto de brujería, que podría sacarlo de algo más que un mal momento.

 

 

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