Daniela Serrano, la nueva presidenta de las Juventudes Comunistas, valoró como satisfactoria la apuesta electoral de “la Jota” en las pasadas megaelecciones, eligiendo 15 concejales, un alcalde y a la más joven de las convencionales. Sostuvo que la juventud «tiene que disputar el sentido de una nueva Constitución». Planteó la necesidad de impulsar la “interseccionalidad de las luchas” de los jóvenes estudiantes, pobladores y trabajadores.
Hugo Guzmán. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 03/06/2021. Daniela Serrano, estudiante de Administración Pública es desde el último fin de semana de mayo, la nueva presidenta de las Juventudes Comunistas de Chile (JJCC), electa en el Congreso Nacional de esa organización que estableció la completa paridad de género en su dirección política.
Ella es militante de la Jota desde 2009, fue dirigenta estudiantil, integrante de la Comisión Nacional de Estudiantes Secundarios, de la dirección del Regional Poniente, responsable del área territorial de las JJCC el 2017, e integra el Comité Central desde el 2015. Secretaria regional del Regional Universitario Universidad de Chile, trabajó en la Comisión Ejecutiva desde el 2017.
En entrevista habló del logro electoral y político de las JJCC en la reciente megaeleccion, planteó la necesidad de incidencia de la juventud en lo que será la nueva Constitución, abordó realidades en el movimiento estudiantil y de la diversidad de las luchas de las y los jóvenes en la disputa del poder político y en el movimiento social.
Quisiera partir preguntándole qué significado tuvo para usted se electa presidenta de las Juventudes Comunistas de Chile.
Si bien puede ser un reconocimiento a mi trayectoria en la militancia -milito hace más de diez años en las Juventudes Comunistas-, a lo realizado en distintas responsabilidades como dirigenta estudiantil, con responsabilidad de dirigencias internas, el Congreso Nacional hace el depósito de su confianza a un equipo colectivo de una dirección nacional que se compone por distintas compañeras y compañeros, y principalmente muchas mujeres. Eso tiene que ver no necesariamente con que las compañeras tienen que tomar las labores de conducción, sino porque es un botón de muestra de que estamos tan capacitadas como los compañeros para asumir las responsabilidades. Para las Juventudes Comunistas es bastante natural que hoy sean compañeras las que están encabezando este proceso.
¿La dirigencia de las JJCC es paritaria o quedó con mayoría de mujeres?
La propuesta que se hizo fue paritaria y salió así. Llegaron muchas propuestas de mujeres como dirigentas, pero la propuesta fue avanzar en la paridad e hicimos un cambio sustancial, porque se había acordado en un Congreso que ningún género superara el 60%, pero ahora la definición fue 50 y 50 por ciento. El Comité Central quedó compuesto paritariamente. Hubo una valoración en que la conducción de la Jota estuviera relacionada con tres mujeres. Estoy yo, la compañera Macarena Arias, secretaria general, y la compañera Valentina Miranda, que es la constituyente más joven electa en el país.
¿A dónde apuntaron las resoluciones del Congreso de las JJCC?
Desde el inicio del proceso de Congreso hasta el Congreso Nacional, los contenidos fueron en tres líneas. La primera, situarnos en el momento político que estamos enfrentando, donde la tesis de las Juventudes Comunistas es el levantamiento popular juvenil y su fortalecimiento. Con la actualización de la tesis política, aterrizamos lo que se definió también en el Congreso del Partido Comunista, sobre propinarle una derrota estratégica al modelo neoliberal. En eso, el movimiento juvenil va a liderar parte del proceso. Pasamos a cómo las JJCC fortalecen no solo su presencia, sino también su política como herramienta para la transformación de la juventud organizada. La definición apuntó a cómo se fortalece un movimiento juvenil y estudiantil, que tiene que disputar el sentido de una nueva Constitución, como también en la interseccionalidad de las luchas, que es cuando el joven estudiante no necesariamente es solamente estudiante, va a una casa de estudio a un colegio, sino que también es poblador, es trabajador o trabajadora, y en eso tenemos que hacer un fortalecimiento de la Jota, de lo territorial, como un eje rector de nuestra política.
¿Se analizó lo que se observa como un déficit o repliegue del movimiento estudiantil los últimos años?
Sí, creo que es ineludible cuando hablamos de movimiento estudiantil, hacer un análisis de esta crisis organizacional que se viene arrastrando, incluso antes de la pandemia, donde las organizaciones que históricamente han representado al movimiento estudiantil, tuvieron un vaciamiento de su política. Sin embargo, si bien se puede configurar un análisis de que hoy el movimiento estudiantil no está disputando en las luchas, el actor estudiantil sigue siendo clave en el proceso de movilización. Lo vimos en protestas y en el despliegue que hicieron miles de estudiantes universitarios y secundarios desde octubre de 2019 hasta la fecha, las brigadas de salud, la defensa ante la represión, y fueron muchas y muchos los que se congregaron en la defensa jurídica y colaboración con los familiares de presas y presos políticos. Tenemos un actor estudiantil que se encuentra convocado a esta lucha. Sin embargo, quienes tienen que hacer una reflexión fundamental, son las organizaciones formales que muchas de ellas están en revisión de sus prácticas, el sentido que tienen de existir, y cómo revierten ese vaciamiento que hubo.
Las JJCC es de las pocas organizaciones políticas juveniles que participa activamente en procesos electorales nacionales. ¿Cómo les fue en estas megaelecciones del 15 y 16 de mayo?
Hacemos el análisis de que las apuestas electorales y políticas que hicimos fueron bastante satisfactorias y un avance para nuestra política. Las JJCC eligió 15 concejales a nivel nacional, un alcalde en la comuna de Los Lagos, Aldo Retamal, y una convencional constituyente, Valentina Miranda, la más joven a nivel nacional. Ese resultado electoral, que fue un triunfo, nos llama a la responsabilidad con lo logrado. Parte de lo que se discutió en el Congreso Nacional, es cómo en esta disputa del poder se profundiza lo que estamos levantando como proyecto político. Nuestras concejalías no pueden ser la administración de una gestión municipal, tampoco nuestra alcaldía, sino que se tienen que poner al servicio de cambios estratégicos importantes, que se debaten en nuestro país. Por ejemplo, en el proceso de la Convención Constitucional, no es solo papel de nuestra compañera Valentina Miranda, sino lo que hagamos desde adentro y desde afuera de ese espacio, y cómo nuestras concejalías son constituyentes, cómo abren dinámicas de participación y decisión, de desarrollar los cabildos constitucionales que vayan a emplazar a una Convención que debe darle cuenta y representar a nuestro pueblo, en lo que ha exigido en las calles. Tenemos un análisis electoral bastante auspiciador, con una representación de las Juventudes Comunistas que esperamos se siga fortaleciendo, y que siga creciendo. Pero debemos preocuparnos hoy de cómo profundizamos en la disputa del poder local y del poder constitucional.
Viene la segunda vuelta de elección de gobernadores; en noviembre hay elección presidencial y del Parlamento. Están las primarias presidenciales. Al mismo tiempo, no cesan luchas sociales, juveniles, movilizaciones, actividad en las calles y los territorios. ¿Cómo empatar estos dos ámbitos que se vienen? ¿Cómo encara las JJCC esos procesos electorales y al mismo tiempo la continuidad de las movilizaciones sociales?
Es importante partir con que quienes creen que la disputa social y la disputa del poder político son dicotomizadas o que no se pueden compatibilizar, están equivocados. Si hacemos el análisis de cómo se disputó la Convención Constitucional o cómo se disputaron los gobiernos locales, se tiene que ver las candidaturas relacionadas con el movimiento social. Es importante ver cómo distintos actores y actrices que estuvieron alejados de la política formal, de los grupos económicos, y que estuvieron en el levantamiento del 18 de octubre, en los movimientos sociales, incluso vinculados al pueblo desde antes, disputaron electoralmente la Convención y los gobiernos locales. Se abren nuevas lógicas que no solo van a significar rodear la Convención en un proceso de movilización, sino también cómo se abren canales en la institucionalidad con la participación de distintos actores y actrices vinculados al movimiento social. Está la disputa y la labor en los gobiernos locales, en lo presidencial con nuestro compañero Daniel Jadue, todo vinculado a una disputa y una lucha que no está encapsulada en los marcos actuales de la institucionalidad o que les pertenezca exclusivamente a los partidos políticos. Entender, por ejemplo, que antes de la proclamación del Partido Comunista del compañero Daniel Jadue, era proclamado por nuestro pueblo como candidato presidencial con más probabilidades de llegar al sillón presidencial. Las luchas en el movimiento social van a estar vinculadas a lo que se pueda hacer en la disputa del poder político.
¿Cuál es la postura de ustedes respecto a las y los presos políticos de la revuelta?
Nuestro compromiso con ellos, y lo que refrendamos en nuestro Congreso Nacional fue la libertad de todas y todos los presos políticos. Incluso diciendo que hoy no solo necesitamos hablar de las y los presos políticos, sino también que necesitamos avanzar hacia una política carcelaria distinta, de la reinserción y se vean situaciones como las de las niñas y niños del Sename (Servicio Nacional de Menores).