El anecdotario es homogéneo e inevitable: la señora de avanzada edad, algún no vidente o con movilidad reducida, el infaltable Viejo Pascuero, Cecilia Bolocco, algún sacerdote o religioso entre deportistas, cantantes y otros artistas que cumplíeron su “sagrado deber cívico” en esta autodenominada “fiesta de la democracia” y Stefan Kramer, José Antonio Kast y Leo Rey como vocales de mesas, entre otros.
José Luis Córdova. Periodista. 25/05/2021. Los canales de televisión asumen eventos tan importantes como la reciente mega elección de constituyentes, gobernadores, alcaldes y concejales como si se tratara de un gran espectáculo al estilo del festival de Viña o de la Teletón.
Las agencias publicitarias también contribuyen a montar un extenso show donde no faltan “rostros”, figuras de la farándula, supuestos especialistas (politólogos, cientistas políticos), junto a parlamentarios, ediles y dirigentes políticos de todo el espectro nacional que participan desde los estudios o en las calles en medio de largas tandas comerciales.
La estrepitosa debacle electoral de la derecha y la ex Concertación permitió a los canales planificar y dosificar la entrega informativa que comenzó cada madrugada con el despliegue de reporteros en terreno y “noteros” que observaron la instalación de mesas y la votación de personalidades y figuras de todo tipo, buscando “noticias”.
El anecdotario es homogéneo e inevitable: la señora de avanzada edad, algún no vidente o con movilidad reducida, el infaltable Viejo Pascuero, Cecilia Bolocco, algún sacerdote o religioso entre deportistas, cantantes y otros artistas que cumplíeron su “sagrado deber cívico” en esta autodenominada “fiesta de la democracia” y Stefan Kramer, José Antonio Kast y Leo Rey como vocales de mesas, entre otros.
Las autoridades gubernamentales participaron abiertamente en el show, dando cuenta de la cantidad de mesas instaladas, del orden y la seguridad, el rol de “nuestras” Fuerzas Armadas en medio de grandilocuentes epítetos y lugares comunes, encabezados por el Presidente Piñera que demoró 7 minutos en votar y habló casi 10 minutos en cadena nacional.
Los ciudadanos que se negaban a incorporarse como vocales, las denuncias de propaganda prohibida, discusiones entre apoderados y debates de poca monta en materia política amenizaron las primeras siempre lentas horas de votaciones.
Canal 13 emitió durante 38 horas, entre las 6 y la 1, el espacio “Tú decides” con Ramón Ulloa; el segmento “Chilenos que votan” con el inefable Pancho Saavedra, alternado con “Tele 13”, el equipo de “Bienvenidos” y “Esto no es Mesa Central”, con Iván Valenzuela, Marcelo Comparini, Angélica Bulnes y Marco Silva.
En CNN-CHV, Julio César Rodríguez y Monserrat Alvarez animando una suerte de “matinal” electoral, con Daniel Matamala y otros como “noteros”, además de una edición especial de “Tolerancia Cero” con Fernando Paulsen, Mónica Rincón, Daniel Matamala y Matilde Burgos quienes, muy temprano, también oficiaron de reporteros y después intentaron explicar lo inevitable y previsible de la victoria de la izquierda y los “independientes”…
TVN tuvo a Constanza Santa María, Matías del Río e Iván Núñez junto al equipo de “Buenos días a todos”. En el Mega exhibieron el programa “El Chile que sueñas”, partiendo con Rodrigo Sepúlveda y Andrea Aristegui, mientras que el canal La Red mostró en la tarde las opiniones de Eduardo Fuentes, Mirko Makari y Alfredo Mayol y, por la noche, el nada original espacio “Juego político” con Julia Vial, la actriz Amaya Forch, un tal Nacho Pop y el publicista Cristián Leporati. El domingo, los análisis estuvieron a cargo del humorista Checho Hirane y las periodistas Mónica González, Mirna Schindler, Alejandra Matus y Paula Molina. Una vez apareció el anticomunismo y la caricatura de las posiciones transformadoras en materia política, económica y social.
Después del mediodía, mientras comisarios, delegados, apoderados y vocales consumían sus colaciones, las transmisiones “en vivo y en directo” empezaron a “guatear” (en léxico televisivo). Los “noteros” debieron esforzarse en buscar situaciones de interés, sellos rotos y urnas repletas, lamentablemente con poca creatividad y nula originalidad. Nada más lejano a una competencia entre canales, la uniformidad es una norma que no pudo evitarse.
Como fue la tónica durante toda la campaña electoral, esta vez la más ausente fue la formación cívica, la inoperancia de todos los medios -incluido lamentablemente el canal público- para entregar información política útil, indispensable a los ciudadanos y menos orientación y perspectivas sobre el trascendente proceso constitucional que hemos iniciado.
Como siempre, al final, todos ganaron. Un viejo periodista del desaparecido diario “La Nación”, tenía preparada varias crónicas de antemano sobre las elecciones, dependiendo de los resultados sólo entonces escribía títulos y bajadas aunque -como se sabe- en este tipo de comicios inevitablemente todos ganan. El colega era tan sagaz que, una vez que le pidieron que escribiera un artículo sobre el Papa, consultó: “¿A favor o en contra?” Claro que el periodismo ha cambiado desde entonces, pero para la actual televisión chilena vale por sobre todo el lema: “El show debe seguir”.