La diputada Camila Vallejo enfatizó que “es necesario seguir avanzando con una política de ingreso más universal, y para financiar eso se requiere un impuesto a las grandes fortunas”. Frente a la oposición de La Moneda a esa iniciativa y no levantar otra opción, la legisladora del Partido Comunista dijo que “estamos probablemente ante un gobierno mediocre, además de insensible”. Advirtió que “este país ya no resiste con migajas o políticas de focalización del gasto, letra chica, requisitos para la ayuda”. Se preguntó, sobre gravar a los híper ricos, “por qué la socialdemocracia chilena no fue capaz de tomar esta bandera y empujar con fuerza este proyecto” cuando lo hace ese sector en Europa y Estados Unidos. Sobre el silencio de los multimillonarios chilenos frente a la posibilidad de pagar un impuesto por una única vez, la congresista apuntó que “la clase económica dominante chilena, tiende a ser mucho más retrasada que en otros países…Para ellos es mejor no quemarse en una posición. Pero más temprano que tarde van a tener que pronunciarse”. Frente a las elecciones de mayo manifestó que es decisivo evitar el abstencionismo: “Estamos en un momento histórico inédito para Chile, y es la única posibilidad que tenemos de que el 25 de octubre no quede en nada. Para eso hay que ir a votar”. Expresó que ante la realidad que vive el país, “la política electoral no está desligada de la realidad territorial y social”.
Hugo Guzmán. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 09/04/2021. Se conoció, internacionalmente, la postura del Fondo Monetario Internacional (FMI), respecto a colocar impuesto a grandes riquezas en el mundo, multimillonarios y corporaciones. Hay una propuesta, en esa línea, de la jefa del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, y el presidente de ese país, Joe Biden, presentó una iniciativa para elevar en varios puntos el impuesto a las grandes corporaciones. Hay muchos países donde existe el impuesto a los súper ricos y en otros se está planteando su implementación, es algo que está en la agenda mundial. ¿Cómo recibe eso cuando está impulsando un impuesto, por una única vez, a los súper ricos chilenos?
Estamos asistiendo a una crisis mundial, sobre una base de estructura principalmente de desigualdad en nuestras sociedades, en distintos países, y por tanto era de prever que se haría necesario generar mecanismos de redistribución de la riqueza para enfrentar esta crisis que ya no es solo sanitaria, sino que termina siendo una crisis social.
Lo que dice el Fondo Monetario Internacional es lo que dijimos nosotros en Chile el año pasado. Planteamos como bancada parlamentaria del Partido Comunista, la necesidad de crear un impuesto transitorio -al menos- para poder recaudar los recursos necesarios a partir de las grandes fortunas del país y con eso ir en ayuda de las familias más vulnerables, de las familias trabajadoras de bajos ingresos y sectores medios. Ahora está tomando más fuerza esta propuesta por las recomendaciones del FMI, esto no lo está diciendo un país socialista, ni comunista, sino el Fondo Monetario Internacional, es una política que está empujando el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, e incluso se planteó como una exigencia a los gobiernos de parte de muchos súper millonarios de varios países.
A nosotros esto nos parece muy urgente y necesario sobre todo en un país como Chile. Con la pandemia la desigualdad se incrementó brutalmente. El mismo día que sale la actualización del ranking de Forbes, que nos dice que los súper ricos en Chile aumentaron en más de un 70% su patrimonio, otro estudio nos revela que millones han caído en una situación de pobreza o de extrema vulnerabilidad. Este país ya no resiste con migajas o políticas de focalización del gasto, letra chica, requisitos para la ayuda, y la ayuda no está llegando a toda la población que la necesita de manera urgente. Es imposible, por ejemplo, cumplir con el confinamiento que se exige por la pandemia, porque la gente no tiene recursos y no le llega la ayuda necesaria.
Por eso insisto en que en este impuesto a los súper millonarios, más allá de los aspectos técnicos, lo importante es el principio, y el principio es que vayamos a donde está la riqueza privada y podamos redistribuir una parte de eso para atender a la población.
Hablando en términos políticos y comunicacionales, cuando hace un año las y los diputados comunistas plantearon el impuesto a los súper ricos, el Presidente Sebastián Piñera, el Ministro de Hacienda, varios ministros, legisladores y dirigentes de la derecha, medios de prensa conservadores, hablaron de que eso eran posturas populistas, de sobre ideologización, algunos deslizaron o exteriorizaron que era otro proyecto inviable de los comunistas, alejado de la realidad, y resulta que ahora es algo que están planteando el Presidente de Estados Unidos, el FMI, algunos legisladores de países europeos, en países latinoamericanos y hubo, como decía, una carta que enviaron varios multimillonarios a los gobiernos para que eleven los impuestos y ayudar a los planes sociales. ¿Qué le produce ver lo que pasa a nivel internacional y la postura de Piñera, sus ministros, la gente de la derecha?
Estamos con un gobierno al que no le importa la democracia, no le interesa realmente el pueblo de Chile, no tiene sensibilidad ante el dolor y el sufrimiento de la gente. Cómo no se dio cuenta, cómo no se da cuenta, que una propuesta como esta es necesaria, justamente, para evitar que se siga lesionando la credibilidad y legitimidad de nuestras instituciones y de la democracia. Al gobierno no le importa en lo absoluto. Gobiernan bajo otras lógicas. Termina siendo increíble que a los comunistas nos tilden de populistas por proponer un impuesto a las grandes fortunas, cuando lo único que estamos haciendo es hacerle la pega a lo que debería estar haciendo la socialdemocracia chilena. Nosotros estamos haciendo lo que propone la socialdemocracia europea, estadounidense, incluso los organismos internacionales. Me parece vergonzoso que el gobierno no lo vea así, pero también uno se pregunta por qué la socialdemocracia chilena no fue capaz de tomar esta bandera y empujar con fuerza este proyecto.
Uno ve lo que dicen en otros países los presidentes, legisladores, empresarios, sobre este tema, los análisis, los argumentos. En el caso de nuestro país, ¿no hay un factor de mediocridad, de falta de inteligencia, de no asimilar las realidades y las nuevas respuestas? Hablo del gobierno, de la derecha, de los multimillonarios de acá. Eso a parte de la insensibilidad social.
Pero es que siempre ha sido así. A mí no me sorprende la insensibilidad, la mediocridad, la incapacidad, la inoperancia de este gobierno. Es una tras otra. Más encima, un gobierno al cual se le advierte permanentemente, no es un gobierno que pueda decir “no lo vi”, nos equivocamos porque nadie nos dijo, era difícil prever. A este gobierno permanentemente se le dijo que había que reforzar las medidas sanitarias y no relajarlas, hay que poner cuarentenas estrictas, hay que garantizar un ingreso a la gente, hay que tomar medidas sociales, obtener recursos, todo eso se viene planteando desde el año pasado, y el gobierno permanentemente no quiere escuchar y termina llegando tarde, bajo presión del Congreso, de las calles y de las redes. Y toma medidas con las que no logra convencer. Sí, estamos probablemente ante un gobierno mediocre, además de insensible.
¿Cuál es su mirada ante el silencio de estos multimillonarios chilenos? No dicen nada respecto a pagar, por una vez, un impuesto que apenas los toca en sus riquezas, después de tener un año de elevación de un 74% de la riqueza, global. Algunos subieron más de cien por ciento en su riqueza, como la familia Luksic.
Es un impuesto muy bajo, y por una vez. No sé, pienso que, diciéndolo sutilmente, el empresariado chileno y la clase económica dominante chilena, tienen diferencias respecto a otras, tiende a ser mucho más retrasada que en otros países. Lo que puede pasar también es que si no están de acuerdo con ese impuesto, no se atreven a decirlo porque aparecen actuando en complicidad con el resto de sus compadres. Hay redes, en el poder económico está todo enredado, no quieren afectar sus intereses, ni afectar a otros como ellos. Veo una especie de proteccionismo, “quedémonos callados para protegernos entre nosotros”, y esperemos a ver qué pasa, qué resuelve el gobierno y el Congreso. Para ellos es mejor no quemarse en una posición. Pero más temprano que tarde van a tener que pronunciarse, no puede ser que haya que conformarse con un Andrónico Luksic participando en una “Chiletón” convocada por Don Francisco, eso es vergonzoso. Probablemente le convino para limpiar su imagen, hace un par de donaciones insignificantes, con eso rebaja impuestos, y así se evita tener que apoyar una medida como el impuesto a los súper ricos.
¿En qué momento está el proyecto?
Estamos en el primer trámite legislativo en la Cámara de Diputadas y Diputados, fue aprobado en general en la Comisión de Constitución, esta semana que viene debe votarse en particular, es decir, los artículos que regulan el impuesto, y luego pasar a Sala. Siendo aprobado ahí, pasaría al Senado. Es un proyecto que el gobierno ya le presentó una reserva de constitucionalidad, por lo tanto ya dijo que lo enviará al Tribunal Constitucional, no solamente lo dijo, irá al TC en caso de ser aprobado por ambas Cámaras, lo que nos parece vergonzoso e inaceptable.
¿Cómo se ve la condición de correlación de fuerzas para aprobarlo en el Parlamento? ¿Existe una posibilidad real de que esta iniciativa se apruebe?
Creo que sí. Esto fue adquiriendo cada vez más fuerza, porque son los hechos. Con el ranking Forbe, con el empobrecimiento de dos millones y medio de personas, que se suma a los pobres que había, con las insuficiencias de las medidas de (Sebastián) Piñera, con lo insuficiente que será el tercer retiro desde las AFP, gente a la que no le llegará el bono clase media, es necesario seguir avanzando con una política de ingreso más universal, y para financiar eso se requiere un impuesto a las grandes fortunas. Veo espacio en la oposición para tener una mirada más común en cuanto a la naturaleza del impuesto. Espero también que sectores en la derecha, una parte de Renovación Nacional, puedan abrirse a un debate como este y no simplemente rechazar la idea de legislar. Porque de parte de la derecha vemos solo críticas, presiones para no aprobar el proyecto, pero poca propuesta para avanzar en una política redistributiva.
Se ve de parte del gobierno y la derecha una postura de rechazo total, pero sin proponer cómo mejorar la situación de los impuestos en cuanto a las grandes riquezas. En las discusiones de ustedes ahí en la Cámara Baja ¿qué argumentos se dan para no cobrar un impuesto que va a beneficiar las políticas sociales que puede implementar el gobierno? Un impuesto bajo y por una sola vez.
Es que no hay argumentos. Lo que se señala es que es inconstitucional en cuanto a la forma, que es lo mismo que dijo la derecha por la reducción de la jornada laboral a 40 horas y el retiro del 10% desde las AFP. Siempre algo técnico y se recurre a una supuesta inconstitucionalidad. En cuanto al fondo, lo único que se dice es que es una mala propuesta y que no va a resultar. Se recurre a falacias e imprecisiones respecto a medidas como esta en otros países. Y no hay propuesta alguna, no es que el gobierno diga, saben que es inconstitucional la de ustedes, así que vamos a tomar la iniciativa nosotros y vamos a presentar otra propuesta. Eso no ha existido por parte del Ejecutivo.
“Nos vimos presionados, chantajeados en esta lógica del aplazamiento (de las eleciones) por parte del gobierno”
¿Cómo ve el escenario que se abrió con la postergación de las elecciones? ¿Quedó enrarecido, complicado, fluido, habrá mejores condiciones?
Nadie lo sabe. Ni el gobierno. Hasta las autoridades dijeron que no podían asegurar que hubiera mejores condiciones. Nosotros nos vimos presionados, chantajeados en esta lógica del aplazamiento por parte del gobierno, porque efectivamente la situación sanitaria es grave, por irresponsabilidad del gobierno, por el fracaso de sus medidas sanitarias, y se presionó al Congreso para correr la fecha de las elecciones. Nosotros hicimos propuestas de medidas para evitar esa situación, y no se tomaron en cuenta.
Creo que la gente asumió la postergación de las elecciones y estamos todos preparándonos para que haya las condiciones de ir a votar y haya una buena participación los días 15 y 16 de mayo. No será fácil. Se rechazó el transporte gratuito, el feriado irrenunciable, medidas más eficaces. Pero hay mucha consciencia de la importancia de estas elecciones para empezar a concretar lo que fue la voluntad del pueblo el 25 de octubre del año pasado, en que ganó el Apruebo.
Algunos expertos electorales hablan de que podría haber un 40% de participación, menos que en el plebiscito del año pasado. Hay un temor por el abstencionismo. ¿Eso pasa a ser otro desafío de las fuerzas antineoliberales, populares, de izquierda, que no sea tan alto el abstencionismo?
Vamos a hacer todo el esfuerzo, vamos a poner todo el esfuerzo, la creatividad, la innovación, para que luego de la suspensión de la campaña, se reactive con fuerza y se motive a la gente a ir a votar. Estamos en un momento histórico inédito para Chile, y es la única posibilidad que tenemos de que el 25 de octubre no quede en nada. Para eso hay que ir a votar. Además, para elegir proyectos que vayan en la línea de la nueva Constitución, a nivel de gobierno regional y de gobierno comunal, es decir, la elección de gobernadores, alcaldes y concejales. Ahora, no sabemos las condiciones sanitaria cómo van a estar, el Colegio Médico, los epidemiólogos, el propio Ministro de Salud, dijeron que ellos no podían garantizar que haya una mejor condición en mayo que la que había en abril.
Más allá de la contingencia hay situaciones importantes, generales, del país. En estas semanas supimos de cifras no buenas respecto al desempleo, el reporte del paso de más de dos millones de personas al sector pobre, se mantienen las cifras de estudios en el sentido de que la pobreza real es entre el 23 y el 26 por ciento, está el dato de una baja del 40% en el ingreso per cápita, la baja o suspensión de ingresos de cientos de miles de trabajadores, de problemas de abastecimiento. Y se ve el trayecto de la política, las polémicas, las disputas, la falta de respuestas efectivas, las campañas electorales. ¿No ve que se produce un desfase entre lo que le pasa a la gente diariamente y el desarrollo de la política institucional?
Es por eso que para nosotros, por ejemplo, la política electoral no está desligada de la realidad territorial y social. Es algo que estamos viendo permanentemente. De hecho hoy, me tocó estar en tres ollas comunes que prácticamente no han parado en todos estos meses. Una paró una semana en febrero, pero prácticamente ninguna ha parado. El comentario generalizado que escuché es que sigue llegando mucha gente a las ollas comunes, y que llama la atención que cada vez llega más gente en situación de calle, es decir, extrema pobreza. Eso lo estamos viendo y lo están viendo nuestros candidatos, que están en los territorios y que comparten con la gente. Se conoce y se ve la situación de las ollas comunes, de las juntas de vecinos, de las organizaciones populares. Las campañas electorales son procesos donde se afianza la toma de consciencia de la necesidad de hacer transformaciones profundas y de estar a la altura como candidatos, como autoridades, de las medidas que hay que tomar para enfrentar la situación, y de la exigencia y fiscalización que hay que hacer.
Creo que si perdemos esa conexión, entonces perdemos el rumbo de lo que tiene que ser el ejercicio de la política, sobre todo en circunstancias como las que estamos viviendo.
(El Siglo es Soberanía Informativa. Información para el Conocimiento. Por ello es generador de contenidos que contribuyen al análisis, el debate, la profundización temática)