HABLEMOS DE LA TELE. Dañina uniformidad

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Bernardo de la Maza, Cecilia Serrano, María Teresa Serrano, Raquel Argandoña, Raúl Matas, César Antonio Santis, Antonio Vodanovic, Eduardo Riveros y otros bloquearon permanentemente el acceso a lugares de privilegio en las comunicaciones a las nuevas generaciones. En ambos períodos, los televidentes sólo conocieron a algunos periodistas -afines a la dictadura -como Claudio Sánchez, Pablo Honorato y Julio López Blanco, Mónica Cerda, María Eugenia Oyarzún, Carmen Jaureguiberry- entre otros y otras.

José Luis Córdova. Periodista. 16/03/2021. Durante la dictadura y primeros años de la interminable transición a la democracia, locutores de noticias, conductores y animadores de programas de televisión permanecían largos años en sus puestos, por su incondicionalidad al régimen e identificando claramente a los canales con sus estilos peculiares y rostros.

Bernardo de la Maza, Cecilia Serrano, María Teresa Serrano, Raquel Argandoña, Raúl Matas, César Antonio Santis, Antonio Vodanovic, Eduardo Riveros y otros bloquearon permanentemente el acceso a lugares de privilegio en las comunicaciones a las nuevas generaciones. En ambos períodos, los televidentes sólo conocieron a algunos periodistas -afines a la dictadura -como Claudio Sánchez, Pablo Honorato y Julio López Blanco, Mónica Cerda, María Eugenia Oyarzún, Carmen Jaureguiberry- entre otros y otras.

Se imponía una “lista negra” para los profesionales y artistas antidictatoriales que luchaban por la democracia, mientras la uniformidad de mensajes tendenciosos y fascistoides campeaban en los noticiarios y espacios de «opinión» -absolutamente sesgados- y, después, abiertamente binominales.

La retirada de las universidades de la propiedad y control de las principales emisoras televisivas desató la competitividad y la comercialización, no sólo de la publicidad, sino de la “grúa” que traslada “rostros” de un canal a otro. Se perdió absolutamente la identidad de Canal 13, TVN, CHV y posteriormente también Mega y La Red incorporados posteriormente al “mercado” audiovisual.

El reciente traslado de Constanza Santa María desde Canal 13 a TVN y de la periodista Paulina de Allende-Salazar desde TVN a Mega en nada altera la identidad de ambos canales ni sus aportes contribuyen a una nueva forma de presentar noticias en cualquiera de las dos emisoras.

Aunque CHV aparece momentáneamente como el canal con más alta sintonía, también lidera las denuncias por faltas a la ética y los reglamentos del CNTV, sobre todo a partir de la desaparición del niño Tomás Bravo (indicando -por ejemplo- que el tío abuelo habría confesado) y también por revelar el nombre del carabinero que baleó al malabarista en Panguipulli, pese a que estaba en sumario secreto por parte de la fiscalía. ¿Estas son formas correctas de captar sintonía y diferenciarse de otros medios?

La uniformidad tan perjudicial para un medio de comunicación, destinado a informar, entretener y formar opinión se desdibuja cada vez más. Personajes como Julio César Rodríguez, Matías del Río, Fernando Paulsen, se pasean de Canal en Canal; aparecen en spots publicitarios, entrevistando personalidades, participando en secciones de farándula, concursos y cenas televisadas, opinando y hasta debatiendo con panelistas invitados. Todo mezclado.

Las pautas diarias parten con la obligada lectura de los únicos dos diarios de alcance nacional: La Tercera y El Mercurio y la radio Bio Bio, que apenas se diferencian en el formato y muy poco en los contenidos y mensajes ideológicos neoliberales sin ninguna distinción.

Dos o tres noticias de carácter policial, un par de denuncias de VIF (violencia intrafamiliar), abusos institucionales, discriminación, segregación y accidentes abren uniformemente todos los noticiarios.

En la primera tanda comercial aparecen nuevamente rostros de otros canales sin ningún pudor y faltando a toda ética profesional (Macarena Pizarro, Julio César Rodríguez y otros).

A semanas de la elección de convencionales constituyente volvieron los programas de “debate” político, entre los cuales vale apenas mencionar en La Red, “Mentiras verdaderas”, “Hola Chile” y “Pauta libre” que muestran ciertos niveles de apertura e imparcialidad.

Segmentos provisionales como “Aquí se debate” (CNN), “Chile Elige” (24 horas) y “El Chile que queremos” (TVN) constituyen tratativas para mostrar a algunos candidatos en diferentes distritos, elegidos con “pinzas” binominales. Paula Escobar con “Influyentes” (CNN) y Mónica González con “Poder y verdad” (La Red) intentan mover un tanto el tablero.

La franja electoral en curso para la propaganda de candidatos a la convención constitucional ha servido también para mostrar a varios postulantes a la Presidencia de la República sin que el CNTV ni el Servel chiste siquiera por el aprovechamiento de este espacio para fines publicitarios posteriores al 10 y 11 de abril.

Mientras, insisten con los deslucidos dominicales “Estado Nacional” (TVN) y “Mesa central” (Canal 13), sin que “A esta hora se improvisa” en el mismo Canal ni “Tolerancia Cero”, en CHV consigan reeditar éxitos pasados. Se repiten argumentos e invitados en un verdadero círculo vicioso que se nutre precisamente de esta dañina uniformidad.

 

 

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