Cinco femicidios al mes se registran en Chile. Trabajadoras ganan 27% menos salarios que los hombres. 73% de las mujeres son el sostén económico del hogar. En el Parlamento hay una representación femenina del 23% y masculina del 77%.
Hugo Guzmán R. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 03/2021. Se llega a un nuevo 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, con la prevalencia de condiciones negativas para las mujeres chilenas, con pocos avances en sus derechos y la persistencia de demandas desde el movimiento feminista.
Alta tasa de femicidios y desempleo, inequidad en ingresos, déficit en representación política y realidades culturales negativas para la población femenina persisten en el país.
A lo que se agregan en esta coyuntura cientos de mujeres, de todas las edades, víctimas de violencia de género, de golpizas, traumas oculares, abusos sexuales y hostigamientos de todo tipo. Con un Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género prácticamente silencioso y ausente, dentro de un gobierno que hace rato sacó de su agenda los derechos de la mujer.
En las manifestaciones y actividades de este lunes 8 de marzo a lo largo de todo el país, se reiterarán las demandas históricas y permanentes del movimiento feminista, muy similares a las que se vienen hacienda hace décadas, sin que se pueda hacer un balance global positivo de la situación de las mujeres en el país.
El drama de los femicidios
Pese a esfuerzos y denuncias, el drama del femicidio sigue presente en Chile. Con cifras terribles. Donde se acusa, como en otras situaciones, las fallas del Estado y la inoperancias de las policías y entidades judiciales.
Casi cinco femicidios mensuales se registraron en el país el 2020. Es decir, uno a la semana. De acuerdo con un informe de la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres, desde el 1 de enero hasta el 28 de diciembre del año pasado, hubo 58 femicidios en todo el territorio nacional.
La cifra es mayor a la 2019, es decir, en vez de disminuir, los casos de femicidios aumentaron, ya que en 2019 hubo 45. En 2020, además, hubo más de cien femicidios frustrados.
Los crímenes contra las mujeres se cometieron en 14 de las 16 regiones del país, lo que dio cuenta del carácter nacional de esta dramática realidad. Hubo femicidios en 45 ciudades y localidades de todo el país.
Ahora bien, el registro del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género al 28 de diciembre de 2020, indicó que hubo 42 femicidios consumados. Esto obedece a que hay asesinatos de mujeres que la legislación vigente no tipifica como femicidios, por lo que las cifras oficiales bajan.
La ex ministra de la Mujer y la Equidad de Género, Claudia Pascual, afirmó que las cifras de femicidio del 2020 “constituyen un emplazamiento a realizar la transformación cultural que plantea el movimiento feminista en pos de erradicar la violencia hacia las mujeres”.
Además, acusó responsabilidad tanto del oficialismo como de sectores de la oposición en la tardanza de la tramitación del proyecto de ley que garantiza el derecho de las mujeres “a una vida libre de violencia”, presentado durante el segundo gobierno de Michelle Bachelet y que lleva más de 3 años en el Congreso, en el refrigerador.
Claudia Pascual detalló que la iniciativa viene a modificar la ley de violencia intrafamiliar, permitiendo el aumento de penas en el caso de violencias extremas como el femicidio, además de reconocer la violencia de género en parejas del mismo sexo.
Lorena Astudillo, vocera de la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres, dijo que existe preocupación por las cifras de femicidios en el país que en 10 años “no han variado significativamente”.
“Las políticas públicas para prevenir y erradicar la violencia hacia las mujeres no están siendo efectivas”, señaló, y agregó que “como Estado se está fallando y eso hay que revisarlo”.
Lorena Astudillo recalcó que “ahora en cuanto se realice una denuncia de la desaparición de una mujer todas las policías, el Ministerio Público, debieran poner los recursos completos a buscar a esa mujer porque si la familia tiene sospechas de que algo malo haya pasado siempre son fundadas, y aunque no lo fueran, hay que poner todos esos recursos”.
Discriminación salarial y laboral
Según estimaciones de varios centros de estudio y datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la participación laboral de las mujeres chilenas está en un 42%, una cifra baja en relación a otros años, e influida por la crisis sanitaria, social y económica. El primer Reporte de Indicadores de Género de las Empresas en Chile, elaborado por el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, en conjunto con el Ministerio de Hacienda y la Fundación ChileMujeres ubicó la participación femenina en el mercado laboral en un 40,7%.
Un antecedente que da más luz sobre condiciones inadecuadas para el sexo femenino, es que más de un millón de mujeres, de acuerdo a una encuesta del INE, dijo no tener un trabajo formal remunerado por tener que dedicarse a labores domésticas en el hogar o al cuidado de niños o personas enfermas o adultos mayores. Por cierto, esos trabajos no son remunerados e inclusive, por cuestiones culturales o de otros criterios, no son reconocidos en los entornos familiares y sociales.
Datos de la encuesta Casen, mostraron que el 49% de las mujeres trabaja remuneradamente, pero la participación laboral femenina seguía estando 22 puntos por debajo de la masculina.
Antes de la pandemia del Covid-19, un estudio de la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo, reveló que los hombres fuera del mercado laboral, le dedicaban 2,5 horas al día en promedio a actividades de trabajo no remunerado, como hacer aseo, cocinar, cuidar a niños y niñas. Las mujeres en esa situación, le dedicaban 6,2 horas al día en promedio, más del doble que los hombres. Es probable que esas cifrar hayan subido potencialmente, más en el caso de las mujeres dado el periodo de cuarentena y el teletrabajo.
En tanto, de acuerdo con el INE, la tasa de desempleo de las mujeres llegó al 11%, dos puntos más que en el caso del sexo masculino. Hay un 27% de empleo informal, la mayoría en manos de mujeres.
En este cuadro persiste el tema de la inequidad de sueldos en relación mujeres-hombres, un asunto que parece no encontrar solución real.
De acuerdo con informes del INE de 2018, las mujeres percibían, en promedio, 474 mil 911 pesos mensuales, y los hombres 652 mil 397 pesos al mes; es decir, ellas ganaban 27,2% menos que ellos. Otros estudios independientes más recientes, apuntaron a que la brecha salarial está arriba del 30%.
En el informe del INE se señaló que “no importa la edad que tengan las mujeres o qué nivel de estudios lograron alcanzar, pues la distancia en los montos obtenidos se da casi en todos los grupos de edades y niveles educacionales. El grupo de personas de 30 a 54 años es el que en general presenta las brechas de ingresos más importantes, especialmente entre quienes tienen postgrado, ya que las mujeres con esos niveles de estudios obtuvieron, en promedio, un 32,3% menos en ingresos que los hombres en igual condición”.
También se sostuvo que “esta brecha en los ingresos se hace más patente al constatar la autonomía económica de hombres y mujeres, es decir, la capacidad que tienen para generar ingresos y controlar sus activos y recursos”.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Chile es uno de los países donde existe una mayor diferencia salarial entre hombres y mujeres, correspondiente a un 21,1%. Datos la Superintendencia de Pensiones anotaron que las mujeres ganan un 12,4% menos que los hombres.
Camila Maturana, abogada de Corporación Humanas, manifestó que “efectivamente en Chile tenemos un problema de brecha salarial muy grave que se buscó revertir con la dictación de una ley en el año 2008 que no tuvo ningún efecto. Transcurrido el tiempo, la brecha salarial se mantiene y en algunos años incluso se observa un aumento en la diferencia de remuneraciones que reciben las mujeres respecto de los hombres”.
El Código del Trabajo contempla, en el artículo 62 bis, una herramienta legal, que dispone que “el empleador deberá dar cumplimiento al principio de igualdad de remuneraciones entre hombres y mujeres que presten un mismo trabajo…”, algo que en Chile no se está respetando ni cumpliendo, pasando por arriba de disposiciones legales y demandas de las mujeres trabajadoras.
Entre empleo formal e informal, se sabe que crece el número de hogares que están a cargo de una mujer, sobre todo en los sectores populares y de ingresos medios o bajos. Un estudio realizado por la Universidad de Playa Ancha de Valparaíso y el grupo Defensa, reveló que el 73% de las mujeres son el sostén económico del hogar. Otras cifras más conservadoras, dan un 55% de mujeres a cargo de sus familias; igual son porcentajes altos. Un dato específico y que da cuenta de esta situación, es que en prisiones de la Región Metropolitana hay un alto porcentaje de mujeres condenadas por el delito de micro tráfico de drogas, y la mayoría de ellas explicó que recurrió a eso para sostener a sus familias.
Hay que anotar que existen estudios que apuntan a que la mayoría de las mujeres que son sostenedoras de hogar se encuentran en los tramos más bajos de los ingresos económicos: el 24% recibe menos de 562 mil pesos mensuales. También se indicó a través de organismos independientes que entre el 47 y el 55 por ciento de las mujeres que tienen un trabajo, ganan el sueldo mínimo y la mayoría no tiene ingresos por más de 500 mil pesos al mes.
Son mayoría, con minoría en representación política
En el país hay más de 9 millones de mujeres; son mayoría poblacionalmente. En 2017, según el Servicio Electoral, 7 millones 336 mil 957 mujeres estuvieron habilitadas para sufragar y este 2021 esa cifra tendría un leve aumento. Aunque no existen datos precisos, subió la cantidad de mujeres que militan en un partido político y gracias a legislación impulsada durante el gobierno de Michelle Bachelet, hoy existe equidad de género en las directivas de la mayoría de colectividad políticas.
En 2015 se dio un paso positivo con la aprobación de la Ley Nº 20.840, que estableció un criterio de género en las listas de candidaturas que presenten las entidades políticas, no pudiendo superar el 60% de postulantes a un género. Eso llevó que en muchos casos las representaciones alcanzaron alrededor del 40 por ciento y un poco más en distintos ámbitos.
De acuerdo con cifras del Servicio Electoral (SERVEL), en los últimos comicios, de los 132 postulantes en las cédulas electorales, 54 fueron mujeres, lo que corresponde a un 40,9%. “Dicho porcentaje supera ampliamente al promedio de las postulantes entre 1989 y 2013, que llega a un 11,02%. Una situación similar ocurre en las elecciones de diputados, donde, de los 960 postulantes 397 fueron mujeres, lo que representa un 41, 4%. Esta participación excede con creces al promedio en las dos décadas anteriores, que alcanza a un 15, 42%”.
Siguiendo con las cifras del SERVEL, en las últimas elecciones (2017), de las candidaturas presidenciales el 25% correspondió al sexo femenino; para el Senado y la Cámara de Diputados hubo un 41% de candidatas mujeres en cada caso, reflejo de la nueva ley que estableció que no podía haber más de un 60% de postulaciones de un género; en candidaturas a consejeros regionales, el porcentaje de mujeres fue del 27%.
Un estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), indicó que debido a la nueva legislación chilena, hubo aumento en porcentajes de representación femenina en el Congreso Nacional. “Las nominaciones de mujeres aumentaron significativamente tanto para la Cámara de Diputados (porcentajes de 17% en 2009, 19,4% en 2013 y 41,4% en 2017) como para el Senado (13,8% en 2009, 17,9% en 2013 y 40,9% en 2017), permitiendo un aumento inédito en la proporción de mujeres electas al poder legislativo, que pasó de 6 a 10 senadoras y de 19 a 35 diputadas”.
La Representante Residente Adjunta del PNUD en Chile, Marcela Ríos, señaló en su momento que “la puesta en marcha de la reforma al sistema electoral que incluía el requisito de listas equilibradas demostró que era posible que partidos nominaran a candidatas competitivas, sin embargo, es importante abordar los distintos bloqueos que aún impiden una igualdad efectiva en la representación política de mujeres, incluyendo el financiamiento público y privado de campañas”.
Sin embargo, otros análisis y muestreo de cifras totales y concretas respecto a la realidad en el Parlamento, establecieron que de un total de 198 electos, entre diputados y senadores, 45 son mujeres y 153 hombres. Esto es, una representación femenina del 23% y masculina del 77%.
En la Cámara baja, las mujeres son 35: el 22.7% de los 155 diputados. En el Senado, apenas más: hay 10 senadoras en un grupo de 43: el 23.3%.
Según la Unión Interparlamentaria, en 2019 Chile ocupaba el lugar 84 entre países del mundo en cuanto a representación femenina en el Poder Legislativo. Para muchas y muchos en este país, no fue cómodo constatar que África Subsahariana promedia un 23,7% de mujeres en el Parlamento, por ejemplo, y que Chile está bajo la línea promedio de la representación femenina legislativa en América Latina y El Caribe, que es de 30,7%, y que en los países nórdicos, el promedio de participación femenina en sus cámaras legislativas llega al 42,5%.
En la última década, la cantidad de mujeres ministras no superó el 30% en promedio de los gobiernos en el país. Igual es un avance, porque en el inicio del periodo pos dictatorial hubo momentos en que la representación femenina en el gabinete ministerial era igual a un cero por ciento.
En más de 200 años, en Chile se cuentan a 109 mujeres que han llegado al Congreso Nacional…es decir, de todos los congresistas en dos siglos, algo más del 2% han sido mujeres.
En definitiva, las frías cifras que muestran una situación deficitaria de las mujeres en Chile y que establecen no solo demandas, sino objetivos pendientes.
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