Texto de la Escuela de Gobierno Local y de la AChM. Tensiones “a raíz de confluencia de demandas pendientes. Sumado a pérdida de empleos, deterioro de actividad económica”.
Equipo ES. 20/05/2020. “Calles vacías, transporte público desocupado, familias en casa, cuarentenas, cierres sanitarios, apagaron el fuego del estallido social, con tanta rapidez como cuando surgió. La tensión podría estar latente y transformarse en otros hechos contenciosos, ahora gatillados por la epidemia: barricadas y cierres en pueblos y balnearios, amenazas y violencia en torno a migrantes, apedreamiento de viviendas de contagiados, hostigamiento al personal de salud, junto a hechos delictuales tradicionales como portonazos, asaltos, robos y funerales narco”.
Ése es un párrafo de un estudio dado a conocer por la Escuela de Gobierno Local y la Asociación Chilena de Municipalidades (AChM), que contiene mapas georeferenciales, consideraciones y conclusiones sobre lo que fue el estallido social iniciado en el país -con mucha fuerza en la Región Metropolitana- y que en algunas de sus partes hace referencia a una conexión o vínculo con la situación de protesta y tensión social que se vive ahora en el período de la pandemia por el coronavirus.
En el texto, titulado “El territorio habla. Del Mapa del Estallido Social 2019 al Mapa de Tensión Social en Pandemia 2020”, se indica que “entre los datos duros del mapa del estallido social figuran las acciones de protestas que se concentraron en algunas comunas y zonas de la capital. Desde los torniquetes del Metro de Santiago, el estallido social se propagó como una llamarada hacia diferentes sectores de la ciudad: Puente Alto, Maipú, Quilicura y Pudahuel Sur, aparecieron como las locaciones más visibles, mientras que otros lugares emblemáticos en la lucha social por la recuperación de la democracia o con mayores índices de criminalidad, estuvieron ausentes. Las poblaciones de La Pincoya, La Legua, La Bandera, José María Caro o La Victoria, no eran informadas en los primeros días, como los lugares más activos del inicio del estallido social”.
En el hilo de la situación vivida el año pasado y primeros meses de este 2020, el estudio sostiene que “la misma Escuela de Gobierno Local sigue georeferenciando estos nuevos hechos de tensiones sociales en pandemia, con la hipótesis de una tensión social creciente, a raíz de la confluencia de las demandas pendientes. Todo esto sumado a la pérdida de empleos, deterioro de la actividad económica y las preocupante proyecciones económicas”.
Se señala que “este escenario podría derivar en un nuevo estallido social, pero quizás diferente al de octubre, tanto en sus demandas, objetivos, grupos, organización y territorios en que los hechos se presenten. Este mapa pretende identificar posibles zonas de conflictos, a modo de orientar y focalizar políticas sociales y territoriales. Un mapa que evoluciona para un contexto en desarrollo”.
El análisis se conocer precisamente cuando se produjo un estallido popular y vecinal en El Bosque, La Pintana, Conchalí, Peñalolén y zonas de Santiago, y hay análisis que apuntan a protestas en otras comunas de varias regiones, todo gatillado por la falta de abastecimiento de alimentos, despidos y suspensión de sueldos, en un escenario donde se agravan las condiciones de precariedad de cientos de miles de familias chilenas.
En esta semana ya se instaló la posibilidad de que las movilizaciones ciudadanas comiencen a tomar fuerza frente a una crisis económica de las familias, un deterioro de las condiciones sociales, la saturación de los servicios de salud y respuestas atrasadas, confusas, y erráticas de parte del gobierno. Un cuadro que, precisamente, afecta sobre todo a comunas populares donde crece la tensión y comienzan las protestas.
El documento de la Escuela de Gobierno Local y la Asociación Chilena de Municipalidades (AChM), llegó a conclusiones respecto al mapa del estallido social en Santiago. Algunas de ellas apuntan a que “el centro de Santiago concentró gran cantidad de hechos del estallido social, no solo de día como era común durante las protestas de los años 80, sino que también al caer la noche, lo que se explica con la densificación y aumento de población joven en el centro”.
Se indica que “el eje tradicional Alameda-‐Plaza Baquedano se extendió hacia Tobalaba, transfomándose este punto en un foco nuevo de enfrentamientos. Sin duda la Estación Tobalaba explica este nuevo foco en el corazón del barrio alto…Existió una alta concentración de hechos en los subcentros comunales como Puente Alto, Maipú, Ñuñoa, Quilicura y Pudahuel Sur”.
En las conclusiones se dice que “el Metro concentró la mayor cantidad de ataques al sistema de transporte, principalmente aquellas estaciones en superficie. Curiosamente el ataque a buses del Transantiago fue menor al Metro. Asimismo, prácticamente no hubo ataques a los automóviles. La experiencia de protestas similares en otras ciudades y países, como París (2005) y Londres (2011) muestra una alta concentración de ataques a buses y autos….Los ataques y saqueos se concentraron en el Metro, cadenas de supermercados, farmacias, empresas de servicios. Además del móvil del robo, estos ataques se explican por razones históricas de corrupción, colusión, abuso y desigualdad…Las unidades policiales atacadas se localizan en sectores populares. Sin embargo, no existe una correlación entre unidades policiales atacadas y barrios con alta presencia narco. No se encontró ni en la georeferenciación de los hechos ni en los entrevistados conclusiones definitivas sobre el rol del narco en el estallido social”.
El análisis manifiesta: “Chile, al igual que el mundo entero, se ve enfrentado hoy a un desafío impensable: luchar con este enemigo oculto que es la pandemia, pero que a diferencia de otros países de Latinoamérica, arrastra un estallido social que hoy se encuentra en pausa y que no debemos olvidar. Por el contrario, debemos estar atentos a los grandes desafíos que dejará esta crisis sanitaria en lo social, en lo económico y en la seguridad. Serán grandes problemas que deberán resolver las autoridades, y son los alcaldes los que están en el día a día junto a sus comunidades, conociendo de sus fortalezas y debilidades. Por lo tanto, son ellos los que tendrán una actuación importante junto a todos los chilenos en este gran desafío que será levantar a Chile”.
Foto: Nodal