Cumpliendo con el cuoteo

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Sergio Micco ha precarizado la concepción de los derechos humanos en el país, lo que puede tener graves consecuencias en un contexto de crisis social, económica y política.

Hugo Gutiérrez

Diputado

Iquique. 05/05/2020. El 2 de abril fueron publicadas en un reconocido diario de circulación nacional, y que intenta manejar la política del país, declaraciones del Director del INDH, Señor Sergio Micco Aguayo, el cual afirmó que “no hay derechos sin deberes”. Con su frase, el Señor Director del INDH, vino a coronar una continua conducta que pone en duda su compromiso con la doctrina y la irrestricta defensa de los derechos humanos en el país, pero que se condice perfectamente con su llegada a tan importante cargo como resultado del tan añejo pero vigente cuoteo o cupo político negociado.

Las declaraciones del director del Instituto Nacional de Derechos Humanos, es sorprendente, insólita y creemos lo desautoriza nuevamente para conducir este organismo.

En primer lugar, hay una falacia en sus dichos respecto a la relación entre derechos y deberes. Como bien saben, pero no está de más recordarles, los derechos humanos emanan de la sola naturaleza humana, por lo que no derivan de contrato social alguno, como sí ocurre con los deberes. Los deberes constituyen responsabilidades emanadas del contrato social que acordamos colectivamente. Nuestra sociedad ha acordado, a través del Estado, tener el deber de respetar, proteger y realizar los derechos humanos, pero en ningún caso de otorgarlos y menos sujetarlos al cumplimiento o no de deberes sociales o legales.

La doctrina de los derechos humanos, establece que los derechos humanos son anteriores a cualquier tipo de deber social que tenga un sujeto; por ejemplo el derecho a la vida no depende de los compromisos que tenga un sujeto en la sociedad. Su opinión abre espacio a la corriente conservadora que establece que los derechos son equivalentes o intercambiables por los deberes y responsabilidades que el sujeto asuma y practique.

En otro momento comenta acerca del sentido y disposición que deben tener las personas que trabajan en salud, respecto a contar con la disposición a dar la vida si es necesario. Su extravío consiste en hacer estas declaraciones en momentos que se cuestiona gravemente la inconducta del gobierno al no garantizar justamente la seguridad y por tanto la vida, de los trabajadores de la salud. Nuevamente Micco se cuadra con el Gobierno y quienes lo nombraron en el cargo, abandonando del todo el sentido y alcance de un Director del INDH y su fin ultimo que es resguardar los DDHH y no la simpatía de sus jefes de turno.

En su calidad de Director del INDH, Sergio Micco ha precarizado la concepción de los derechos humanos en el país, lo que puede tener graves consecuencias en un contexto de crisis social, económica y política, más con un gobierno que pone la seguridad pública como el eje de su accionar y el mayor valor a defender. Ha entregado fundamentos que disponen una justificación al actuar de una fuerza policial que continuamente comete abusos, excesos y violaciones a los derechos humanos. Micco ha puesto en peligro a la ciudadanía.

Con sus declaraciones Sergio Micco a retrotraído la discusión al tiempo anterior a Bartolomé de Las Casas, sobre cuyas reflexiones permitieron un progresivo reconocimiento y desarrollo de la conciencia, los ordenamientos jurídicos y las políticas de los gobiernos respecto a la naturaleza de los derechos humanos. La vida, la libertad, la integridad física, la igualdad y la justicia no están condicionadas a ningún deber.

Quizás lo más significativo sea su intención de minimizar, vandalizar y banalizar el rol de los jóvenes en esta coyuntura de pandemia y  durante el estallido social. En nuestra convicción y en la certeza de la gran mayoría del país, los jóvenes movilizados están jugando un papel fundamental en la democratización de nuestro país. Desde el pinguinazo y las movilizaciones del 2011, hasta el proceso abierto el 18 de octubre, los jóvenes han estado levantando reivindicaciones fundamentales de nuestro pueblo, las que no se satisfacen producto del modelo y los amarres institucionales de la dictadura y el bloque político que adhiere a él. Justamente la lucha conocida como estallido social, está a punto de cerrar el proceso de transición y de abrir un nuevo horizonte democrático para nuestro país y ello ha sido posible por la generosidad y compromiso de los jóvenes.

El actual director ha demostrado estar en contra de la doctrina de los derechos humanos, por lo que no corresponde que continúe a la cabeza del máximo organismo en el país, cuya misión es promover y proteger aquellos derechos, por lo cual es hora de que de un paso al costado y renuncie o derechamente que los/as directoras/es que componen el concejo puedan tomar las medidas necesarias para que este operador político deje de presidir el INDH.

 

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