Decimos responsablemente que resulta imposible pensar pedagógicamente esta modalidad en educación inicial y escolar, dado que no están las condiciones para abarcar con Internet a todo el país.
Paulina Cartagena Vidal
Dirigenta del Colegio de Profesores
Santiago. 28/04/2020. Diversas autoridades de gobierno han orientado la utilización de lo que llaman teletrabajo en el mercado laboral a la educación inicial y escolar, entregando instrucciones para que docentes, educadoras y técnicas en Párvulos entreguen al hogar orientaciones de acción pedagógica. Dada la emergencia sanitaria nacional y mundial, pretenden mecánicamente implementar en nuestro ámbito lo que sugieren para el mercado laboral.
Ello confunde espacios y de una parte invade la responsabilidad de la familia en la conducción de los hogares y el derecho a la educación de niñas y niños en el sistema educativo. Ello es especialmente sensible en la educación inicial y básica.
Lo que llaman teletrabajo en general, en educación se llama educación e-learning y nadie hasta ahora había siquiera sugerido esta modalidad en los Jardines infantiles, Escuelas y Liceos del país. Decimos responsablemente que resulta imposible pensar pedagógicamente esta modalidad en la educación inicial y escolar, dado que no están las condiciones para abarcar con Internet a todo el país o que nuestro sistema incorpore de inmediato las herramientas tecnológicas que permitan una adecuada educación a distancia.
Es de una irresponsabilidad mayor pretender que la familia desarrolle en el hogar actividades pedagógicas a distancia, a sugerencia de las educadoras y educadores, cuando nunca dicha modalidad a formado parte de la Formación Inicial Docente (Carreras de Pedagogía de las Universidades) ni continúa de las educadoras (Formación en Servicio o perfeccionamiento), menos de madres y padres.
La educación e-learning en Chile cuenta con normativas especiales para su acreditación por la Comisión Nacional de Acreditación, por lo que resulta de una improvisación inexcusable por parte del Ministerio de Educación sugerir formas de dicha modalidad a las familias en su relación con hijas e hijos. Además, nuestro sistema no cuenta con las condiciones técnicas mínimas en equipos de trabajo al interior de las escuelas y liceos, herramientas y materiales, costos de operación, funcionamiento y reparación de equipos, incluido internet, para el apropiado desarrollo de la iniciativa de educación a distancia.
Por lo mismo, es de dudosa calidad pedagógica sugerir esta modalidad para la educación inicial y escolar, sin que el Ministerio de Educación busque instalar previamente estas capacidades a través de mejoras a la conectividad nacional o entregue herramientas tecnológicas a estudiantes y educadores/as.