Esta pandemia tiene consecuencias multidimensionales, siendo la principal la amenaza a la vida. Tendrá efectos importantes en la dimensión económica y a nivel planetario.
Juan Gajardo
Miembro de la Comisión Política del Partido Comunista
22/03/2020. El eje en torno al cual ha girado gran parte de las informaciones en el mundo durante los últimos tiempos ha sido la pandemia del corona virus. En Chile esto ha sido particularmente intenso desde la semana recién pasada, donde la vida del común de los/as chilenas/os ha sufrido un vuelco significativo, derivado del surgimiento y propagación del virus en nuestro país.
Este cambio brusco ha afectado no sólo las actividades cotidianas, incluyendo la actividad laboral, sino que de manera significativa ha impactado en la actividad política, produciendo en los hechos un nuevo escenario, del cual el dato principal es el aplazamiento de todos los procesos electorales programados para este año, en un clima donde las grandes mayorías ya no están en las calles exigiendo sus demandas, cual se suponía iba a ser un rasgo predominante en este mes de marzo. Cualquier evaluación proyectiva del actual cuadro es precipitada, porque estamos en los inicios de un proceso en el cual si bien es cierto la derecha en el gobierno no está agobiada por la persistente movilización social, también es cierto que la estructura socio-económica de nuestro país, herencia de la dictadura de la cual esta derecha gobernante fue partícipe, unida a la ineptitud de los actuales gobernantes, partiendo por las incompetencias del primer mandatario y su ministro de salud, no le aseguran la adhesión ciudadana a futuro.
Sin duda esta pandemia tiene consecuencias multidimensionales, siendo la principal la amenaza a la vida de muchos compatriotas, en particular, personas de la tercera edad de escasos recursos. Pero al igual que a nivel mundial, tendrá efectos importantes en la dimensión económica y así como a nivel planetario, muchos aventuran cambios geo-políticos a partir de esto. A nivel local ya ha significado una pérdida significativa de los ahorros previsionales que los trabajadores tienen obligadamente en las AFP (sólo en la última semana las acciones de las principales empresas han bajado más de un 15%); el comercio exterior además de contraerse se hace en condiciones de intercambio más desfavorables por la depreciación del peso chileno(el alza del dólar significa en simple que compramos más caro y vendemos más barato) y agréguese a lo anterior, las políticas que buscan descargar en los trabajadores y trabajadoras el costo de esta crisis, vía por ejemplo cesantía o disminución de salarios.
En una declaración reciente, el Partido Comunista señaló: “El gobierno dispuso utilizar los seguros sociales, exenciones tributarias, el fondo solidario comunal y la capitalización del Banco Estado, en la dirección de aumentar la liquidez de la economía. Todas estas medidas son parte de las exigencias de los partidos de la Unidad para el Cambio y la Central Unitaria de Trabajadores, por lo que se podría entender van en el sentido correcto. Pero son insuficientes tanto en el diseño específico y en la cuantía de los recursos financieros, como en el abanico de las políticas públicas y en el rol activo del Estado”. La exigencia de un Plan Nacional de Emergencia Integral que considere medidas efectivas para enfrentar la crisis sanitaria, acompañada de políticas sociales efectivas de protección de la población, en particular la más carenciada, de conjunto con criterios económicos que superando las desgastadas formulaciones neoliberales excedidas por la realidad hagan jugar al Estado un rol determinante, son entre otras aristas elementos a integrar en un verdadero Plan Nacional de Emergencia.
Frente a conductas delirantes de personeros oficialistas, como la del Intendente de la Región Metropolitana, quien cree que retirando algunos símbolos de la lucha popular de la Plaza de la Dignidad está terminando con la movilización social, se debe tener claro que sin duda variarán las formas en que se exprese el pueblo movilizado, pero al seguir presentes las causas generadoras del estallido del 18 de octubre, podemos trabajar en la confianza que el pueblo de Chile sabrá derrotar a los elementos patógenos que nos agobian en estos tiempos.