La huelga feminista va adquiriendo más sentido para miles de mujeres…ya que se constata en el día a día el sistema de injusticias, desigualdades, discriminaciones y violencias.
Claudia Pascual
Encargada de Género del PC. Ex ministra de la Mujer y la Equidad de Género
06/03/2020. Este 8 de marzo se conmemora un nuevo día internacional de las mujeres trabajadoras y todos los derechos para alcanzar la autonomía económica, física y política de las mujeres en su diversidad. Sin embargo, ya desde el 2019 se suma a esta conmemoración el llamado a una huelga feminista, como una manera de visibilizar el aporte de las mujeres en el trabajo productivo (valorado con salario) y el trabajo reproductivo (cuidados, crianza y doméstico) y las demandas que exigimos hoy en el país como diversidad de mujeres que somos (ya que no somos “la mujer”, como si fuéramos todas iguales y nos afectaran a todas por igual de igual el patriarcado y el sistema capitalista).
Ahora, este 8 y 9 de marzo no solo están convocadas marchas centrales en las ciudades el día domingo o el desarrollo de la huelga el día lunes. También se darán estas movilizaciones en medio de una crisis política, económica y social más profunda, que se devela con toda claridad desde el 18 de octubre. Es obvio, entonces, que a la diversidad de demandas que el 2019 lograron motivar a cientos de miles de mujeres a lo largo del país para salir a marchar, este año se suman la imperiosa y urgente demanda por el fin de la represión, el no a la impunidad en las violaciones a los DDHH que han cometido agentes del Estado avalados todo el tiempo por el gobierno y en especial por el Presidente Piñera, y justicia para las víctimas de esas violaciones que han costado vidas, mutilados y mutiladas en sus ojos, y en particular las víctimas de la violencia sexual.
Es de público conocimiento que frente a las demandas de justicia social, que incluyen alza en el sueldo mínimo, mejores pensiones y nuevo sistema previsional, salud digna, de calidad y pública, educación pública de calidad, gratuita y no sexista, etc., este gobierno solo ha respondido con aspirinas y leyes represivas y que criminalizan la protesta social y a dirigencias sociales. Esto sumado al llamado a generar un acuerdo político parlamentario sin el concurso de las organizaciones sociales ni del pueblo movilizado, para establecer un muy anhelado itinerario y proceso constituyente, son temas que deben cursar en paralelo pero sin ser monedas de cambio entre sí, es decir, la agenda social transformadora -la que avance en eliminar los abusos, privilegios y desigualdades- no puede reemplazar el proceso para elaborar una nueva constitución, ni vice versa. Pero además, es necesario y un deber conformar un renovado movimiento por los derechos humanos que no solo busque la justicia y reparación para las víctimas, sino que permita que esta vez no haya impunidad sancionado a los autores materiales y a los responsables políticos de estos graves atropellos sistemáticos que se ya han producido.
Necesidad de transformación sociocultural
Por eso es que la performance de Las Tesis ha logrado una excelente síntesis del momento político, social y cultural para las mujeres en Chile y en el mundo: porque identifica la necesidad de transformación sociocultural de la relación entre géneros (superando la establecida por el patriarcado y el machismo) y la denuncia de la violencia de Estado a través de la represión policial (y de las FFAA los primeros días del estallido). Si no hubieran violaciones y violencias desde los hombres a las mujeres en todos los países, si no hubiera represión y violencia de Estado en muchos países, esta performance, su contenido, su letra, su simbología, no habría recorrido el mundo entero ni sería el símbolo de las luchas para este 2020 en nuestro continente y el mundo.
La realidad de las mujeres en nuestro país no será otra si no avanzamos en el camino de la transformación cultural profunda, que social y políticamente no permita que exista discriminación, subvaloración, opresión y violencia hacia las mujeres. Pero también si como país no avanzamos en superar el modelo neoliberal de desarrollo económico y social.
Por eso la huelga feminista va adquiriendo más sentido para miles de mujeres, a pesar de que muchas no tienen las herramientas o correlaciones de fuerza para ir huelga propiamente tal. Ya que se constata, se palpa en el día a día el sistema de injusticias, desigualdades, discriminaciones y violencias que vivimos las mujeres. Nadie puede negar que nuestra situación ha tenido avances en comparación a décadas pasadas. Pero también es cierto que se necesita avanzar más rápido y en direcciones estratégicamente distintas al capitalismo patriarcal. Esta lucha feminista, por los derechos de las mujeres en general, y de las mujeres trabajadoras en particular, nos convoca obviamente como mujeres comunistas, pero también creo que, asumiendo y respetando el protagonismo de las mujeres, nos debe convocar a todes dentro del partido, al igual que en la sociedad: mujeres, hombres, heterosexuales, lesbianas, trans, gay. Ello debería garantizar cambios más rápidos y duraderos en el tiempo.
Unir las luchas
Este día internacional de las mujeres trabajadoras y esta huelga feminista se levantan no solo como un hito conmemorativo, sino que al igual que en tiempos de la dictadura cívico militar podrían ser el inicio de movilizaciones y protestas más organizadas en contra de lo que está haciendo este gobierno, pero también por un cambio en la estrategia de desarrollo político- económico para el país. De ahí la importancia de vincular o entrelazar este 8 y 9 de marzo con la campaña para participar del plebiscito del 26 de abril, para llamar a votar por el Apruebo una nueva constitución, y claramente convención constitucional 100% elegida (marcando AC sin invalidar la preferencia por la convención), pero advirtiendo que seguiremos bregando por una conformación paritaria de género, con escaños reservados par pueblos originarios y garantías para independientes y organizaciones sociales.
Unir las luchas siempre ha sido un imperativo político para las y los comunistas, pero hoy con mayor razón para que ese Chile que despertó sea un Chile Digno tambien para las mujeres.