Análisis: Falacias de la DC y RD sobre el PC

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Acusaciones graves en contrapunto a la evidencia. La defensa del “acuerdo” con la derecha y ataques a los comunistas que, hace años, insisten en AC y nueva Constitución.

Hugo Guzmán. Periodista. 28/12/2019. Las acusaciones fueron graves. Catalina Pérez, presidenta de Revolución Democrática (RD), afirmó que el Partido Comunista (PC) está “saboteando el proceso constituyente”. Fuad Chahín, al mando de la Democracia Cristiana (DC), señaló que los comunistas votaron igual que el pinochetista Ignacio Urrutia y mandó a la colectividad de la hoz y el martillo a “la tercera línea” en la campaña del plebiscito para aprobar una nueva Constitución.

El motivo principal del enojo de ambos dirigentes, lo gatilló que el PC, en la Cámara de Diputados, votó en contra del proyecto, en general, del plebiscito para una nueva Constitución.

Frente eso, la diputada y timonel de RD, declaró que “el Partido Comunista está derechamente saboteando el proceso constituyente”. Luego, entrevistada en La Tercera, enfatizó: “Son ellos quienes van a tener que explicarle a Chile sus razones para restarse y para haber renunciado a hacer política. El PC, contradiciendo toda su historia, no fue parte del proceso”. Catalina Pérez indicó que “no hay argumentos para no sumarse a un acuerdo por más democracia y por una asamblea constituyente”.

El jefe de la DC declaró que los comunistas “votaron en contra de la idea de legislar la reforma para permitir el plebiscito y desencadenar el proceso constituyente”. Sin pudor, ligó a los comunistas a un representante del pinochetismo y la ultraderecha: “Votaron igual que Ignacio Urrutia (Partido Republicano), criticaron a quienes habíamos adoptado y logrado este acuerdo”. Chahín terminó sus juicios sobre el PC, advirtiendo que si van a estar en la batalla de aprobar una nueva Constitución en el plebiscito del 26 de abril, “si se quieren sumar, está bien, pero claramente en una tercera línea”.

Revisando los episodios de los últimos meses y argumentos esgrimidos, las declaraciones de la presidenta de RD y del timonel de la DC contrastarían con la evidencia de los hechos y constituirían falacias y distorsiones, sino agresiones, respecto a lo ocurrido con las posiciones del PC expresadas ante el proceso constituyente.

Contraputos

Lo primero establecido por el Partido Comunista, es que lo que se votó en la Cámara de Diputados fue el contenido del “acuerdo político” que firmaron los partidos de la derecha, de la ex Concertación y algunos del Frente Amplio (FA), entre ellos RD.

A través de dirigentes y parlamentarios, explicó que no compartieron el texto y la forma de ese acuerdo, e insistieron en que fueron llamados a firmar y ser parte cuando estaba todo decidido y con fórmulas que no compartían. Otros partidos de la oposición y del Frente Amplio compartieron la postura de los comunistas, al igual que la mayoría de las 150 organizaciones sindicales y sociales que conforman la Unidad Social.

Guillermo Teillier, presidente del PC, estableció que “estimamos que este proyecto tiene una falla de origen lo que quedó claro en la discusión. No contemplaba paridad de género en el organismo constituyente, escaños reservados para pueblos originarios ni la participación de independientes. Tampoco fue considerada la Asamblea Constituyente que es lo que la mayoría exige en las calles, dicen que la Convención Constitucional es lo mismo, pero no es así, porque es mandatada por el Congreso y la restringe en sus facultades”.

Para los comunistas se aplicó aquello de “la forma es fondo”, porque en la realización y concreción de un acuerdo para llamar a plebiscito y a una nueva Constitución, no fueron convocadas organizaciones de la sociedad civil, sindicales, de pueblos indígenas, del movimiento feminista. No estuvieron de acuerdo con eso. Que las y los diputados y dirigentes políticos, como Pérez y Chahín quisieran atribuirse la representación de esos sectores de la sociedad, es otro asunto. Que podría desmentirse en la acción de irrupción de feministas cuando se votó el proyecto basado en el “acuerdo político” y las reacciones críticas de representaciones de pueblos indígenas.

Un punto delicado, señalado por Teillier, es que se desechó que la gente pudiera elegir como órgano constituyente a una Asamblea Constituyente y, en la línea de la derecha fundamentalmente, se impuso que los ciudadanos tengan que optar por una Convención Mixta Constitucional o una Convención Constitucional (es falso que se llame Convención Constituyente). Días después, por cierto, en una consulta ciudadana municipal, casi el 90% de los consultados votó por la existencia de una Asamblea Constituyente, en línea con diversos sondeos que no bajan del 60% a esa opción. El “acuerdo político” no escuchó esas voces y, de acuerdo a muchas versiones y declaraciones, quedó claro que evitar una AC fue algo impuesto por las colectividades de derecha.

Fue en ese marco que la Bancada Parlamentaria del Partido Comunista no dio su voto al proyecto legislativo del plebiscito (en general).

Junto a eso, como consta en reportes de prensa y vocerías de personeros y parlamentarios del PC, la colectividad empezó a trabajar para lograr que en la reforma para el plebiscito, la Convención Constitucional tenga atribuciones parecidas a una AC, que no haya trabas para que dirigentes sociales y sindicales sean candidatos a convencionales (es la denominación de quienes integrarán la Comisión, no constituyentes…), exista paridad de género, escaños reservados para pueblos originarios y se logre un mecanismo adecuado para independientes. “Votamos en contra del acuerdo, pero a favor de la paridad de género, de la cuota para pueblos originarios y los independientes y también a favor del plebiscito”, enfatizó Teillier.

Respecto a la acusación de Catalina Pérez al PC de “haber renunciado a hacer política”, tiene que ver con esa forma de “hacer política” de la derecha y la ex Concertación a la que se sumó RD, Comunes y personeros del FA, que analistas plantean que es parecida a la “política de los consensos”. Fueron notorias y extendidas las críticas en cuanto a que el “acuerdo político” se habría tratado de “una cocina”, una decisión “entre cuatro paredes”, como una práctica que se viene dando hace años.

Precisiones

Mirando esos antecedentes de la realidad, indican que la posición de los comunistas no es “sabotear” el proceso constituyente, sino fortalecerlo en su formato y contenido. Las propuestas del PC apuntan a una mayor profundidad y mecanismos más representativos y democráticos que los ahora establecidos y que, por lo demás, están en duda porque no se sabe qué decidirá el Senado respecto a paridad de género y escaños para indígenas.

Catalina Pérez dijo que “no hay argumentos para no sumarse a un acuerdo por más democracia y por una asamblea constituyente”, sin embargo, los hechos objetivos indican que el “acuerdo político” que ella firmó eliminó la Asamblea Constituyente y bajó el estándar democrático al no contemplar paridad ni representatividad (indígena, independientes).

El comentario de Fuad Chahín, de que el PC votó “junto” al legislador Ignacio Urrutia, un ultraderechista del Partido Republicano, puede ubicarse en el margen de una fechoría mediática, ya que las causas son diametralmente opuestas.

Y lo planteado por la colectividad de la hoz y el martillo en las últimas semanas respecto al proceso constituyente, que inclusive algunos criticaron por ser “radicalizado”, tiende a colocar a ese partido en una primera línea de la batalla plebiscitaria por una nueva Constitución, muy lejos de la tercera ubicación que quiso darle el timonel de la DC.

Un factor no menor, si se hace una revisión dedicada de archivos de prensa, de radio y televisión, de documentación política, es que cuando aun no existía RD y su presidenta quizá no nacía o estaba en sus primeros años de vida, y cuando la DC se sumaba a la “política de los consensos”, a aumentar las privatizaciones de recursos como el agua y Chahín y otros dirigentes de la DC se oponían tajantemente a un plebiscito, a una real nueva Constitución y a una Asamblea Constituyente, el PC con dirigentas y dirigentes como Gladys Marín y Volodia Teitelboim, proclamaba esos cambios de fondo y llamaban a lograrlos. Ese es el dato de la historia. Se supone que a esa historia es la que responden los comunistas.

 

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