Introdujo un factor clave en derechos laborales, descolocó al gobierno y a la derecha, contó con apoyo ciudadano y de trabajadores. Menos horas de trabajo es un hecho.
Hugo Guzmán. Periodista. 09/08/2019. Hace más de dos años que la diputada comunista Camila Vallejo comenzó a bregar por reducir la jornada laboral semanal de 45 a 40 horas. Podía parecer una ilusión, pero ahora es un hecho que bajarán las horas laborales semanales para trabajadoras y trabajadores.
Una iniciativa de tal alcance, que ahora puso al gobierno de Sebastián Piñera y especialmente a su ministro del Trabajo y Previsión Social, Nicolás Monkeberg, en aprietos, a tal punto que tuvieron que introducir algunas modificaciones -mínimas según expertos- en su proyecto de “adaptabilidad” y “flexibilidad laboral”. En la prensa conservadora lo llamaron “contra ataque”.
No sólo eso, Piñera personalmente, y desesperadamente de acuerdo a opiniones de parlamentarios, tuvo que lanzar toda una campaña en contra de la iniciativa de Camila Vallejo, recurriendo a matinales televisivos, puntos de prensa, ofrecimientos de entrevistas en medios incluso vía TV, y usando durante varios días el Twitter para desacreditar la idea. Puso en el blanco al Partido Comunista que acusó de rígido y de afectar a los trabajadores.
Sin embargo, el debate instalado y sobre todo la perspectiva de que, en efecto, se rebajen las horas laborales semanales y mejoren las condiciones de las y los trabajadores, mostró la asertividad del proyecto de la legisladora comunista que, de paso, introdujo un factor clave en derechos laborales en tiempos contemporáneos.
Tal es así, que llegó a marcar en alrededor de 60 puntos el apoyo ciudadano a la iniciativa y en varios sondeos nunca la idea tuvo menos de 55 puntos de aprobación. La Central Unitaria de Trabajadores (CUT) apoyó el proyecto desde un inicio. Como ella misma lo señaló, se logró un respaldo político y social transversal al plan de 40Horas, lo que incluyó en los últimos días la suma de representantes de las Pymes. Expertos alabaron el contenido del proyecto presentado por la parlamentaria del Partido Comunista (PC) en el Congreso y se hizo ver, de manera reiterada, que esa cantidad de horas e incluso menos, está en los estándares internacionales, sobre todo de países desarrollados.
La iniciativa de la legisladora dio en el clavo respecto a una demanda laboral y en cuanto a adecuar la realidad en beneficio de una mejor calidad de vida e incluso de trabajo de chilenas y chilenos. De allí que el proyecto se instalara con tanta fuerza, sobe todo el último año y más aún en estos meses.
Encono de Piñera y Monckeberg
Donde encontró encono la idea de Camila Vallejo, fue en el gobierno y particularmente en el Presidente Sebastián Piñera y el ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg. Al punto que ambos se lanzaron contra el PC acusándolo de “rígido”, que impedía “la flexibilidad laboral”, de tener una propuesta “inconstitucional”, llegando el mandatario a amenazar con recurrir al conservador Tribunal Constitucional (TC) si el proyecto logra prosperar en el Congreso. Parlamentarios de Renovación Nacional (RN) y de la Unión Demócrata Independiente (UDI), se volcaron a favor de La Moneda, al punto que, por ejemplo, Francisco Eguiguren, diputado de RN, sostuvo que la propuesta de la parlamentaria tiene “letra chica” y defendiendo el plan del gobierno con afirmaciones como que “aquí no hay engaño a los trabajadores como el proyecto del PC”.
En ese marco, la diputada comunista insistió en que rebajar la jornada a 40 horas no produciría impacto negativo en el empleo, permitiría a trabajadoras y trabajadores estar más tiempo con sus familias, se mejoraría la calidad de vida e inclusive la calidad de trabajo. Frente a los planteamientos y desplazamientos del gobierno y de la derecha, Camila Vallejó acusó “una campaña del terror” en torno de las 40Horas.
El tema llegó a tal punto, que en las últimas semanas se convirtió en eje de la agenda laboral y política, desatándose un fuerte debate entre las autoridades y parlamentarios, lo que incluyó que, de manera “desesperada” como dijeron algunos diputados, tanto Piñera como Monckeberg recurrieron a asistir a los matinales televisivos para reforzar su idea de “flexibilidad laboral” y cuestionar como inviable, engañoso y rígido el proyecto de Camila Vallejo y a realizar cambios en su propio proyecto de “flexibilización”, introduciendo el elemento de rebajar a 41 horas semanales el tiempo de trabajo, pero “como promedio”.
Finalmente la idea de las 40 horas se fue fortaleciendo, redobló apoyos y encontró respaldo en el Parlamento hasta de parte de legisladores oficialistas y de prácticamente todos los partidos de oposición, desde la Democracia Cristiana hasta el Frente Amplio. Desde el oficialismo también hubo comprensión respecto a la iniciativa, y este viernes se sabía que los legisladores de RN Gonzalo Fuenzalida y Francesca Muñoz, están por respaldar el proyecto de Camila Vallejo. Fuenzalida indicó ante la prensa que “la productividad mide muchas cosas, pero no mide cuanto tiempo somos productivos con nuestros hijos, pareja, amigos, padres. Necesitamos tiempo para que la vida valga la pena ser vivida”.
En las últimas 24 horas se llegó a hablar de que la parlamentaria del PC le había ganado “la batalla comunicacional” al gobierno.
Monckeberg contraatacó
Más aun, cuando este jueves, desde el Ministerio del Trabajo y Previsión Social se anunció que se pondrá suma urgencia a su iniciativa de “flexibilidad laboral”, que incluirá bajar a 41 horas el promedio de trabajo a la semana. Una “vuelta en el aire” según muchos dirigentes de la oposición y parte de la “salida desesperada” ante la instalación de las 40Horas y su probable aprobación en el Parlamento.
En todo caso, en los hechos, el gobierno, a través Nicolás Monckeberg, mantuvo su tesis de “flexibilizar” las jornadas horarias de trabajo y definir como “rigidez” que se plantee como eje central las 40Horas. Las 41 horas, según el ministro, “viene a reemplazar la jornada ordinaria actual de 45 horas y se aplicará a todos los trabajadores en distintas actividad de forma gradual, con especial preocupación en las pequeñas y medianas empresas”. Sostuvo que los países que las parlamentarias comunistas -Camila Vallejo y Karol Cariola- “usan como ejemplo para rebajar la jornada laboral”, establecen en sus legislaciones jornadas semanales promedio, “precisamente porque ellos saben la flexibilidad de horario es la herramienta para proteger la productividad de los trabajadores”.
En esa línea, el diputado Patricio Melero (UDI), quien ha seguido de cerca el asunto por ser integrante de la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados y además mostrarse abierto en algún grado a la propuesta del PC, declaró que “ojalá podamos conciliar las dos visiones”, es decir, la de flexibilidad del gobierno y de 40Horas, sin embargo, volvió a encarar a los comunistas planteando que deberían abrirse “a flexibilizar su propio proyecto de ley, ya que es muy rígido”.
En este nuevo escenario a partir de este jueves, la presidenta de la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados, Gael Yeomans (del partido Convergencia Social), sostuvo que hay “un actuar bien contradictorio por parte del Gobierno…Primero el ministro (Monckeberg) señala que quiere congeniar ambos proyectos. Luego el Presidente dice que va a llevar el proyecto de ley al Tribunal Constitucional, hace un llamado a los parlamentarios a que voten en contra (de las 40Horas) y ahora el ministro señala que va a dar suma urgencia al proyecto de flexibilidad, y que además va a ingresar una indicación”.
Gael Yeomans indicó que el anuncio del Ministro del Trabajo “simplemente da cuenta de que el Gobierno está desesperado, que no ha dado respuesta adecuada a un proyecto que es respaldado ampliamente por la sociedad y además ahora se están sumando parlamentarios de su propio sector”.
Camila salió al paso de SP
Sebastián Piñera sigue apostando por su idea de “flexibilidad laboral”, tiene sus ideas de cómo los trabajadores -sobre todo los jóvenes y de la tercera edad- pueden trabajar desde la casa y más en invierno que en verano, y en ese camino está cerrado al proyecto de 40Horas al punto que no tuvo tapujos en decir que irá al TC si la propuesta sale adelante, es decir, pasar por encima de la votación democrática en el Parlamento.
Su campaña está muy activa e incluye, además de puntos de prensa y visitas a los matinales televisivos, usar las redes sociales. Ahí expuso que “el sentido profundo del desarrollo es mejorar calidad de vida de todos y eso pasa por generar más tiempo libre para lo más importante: familia, amigos, cultura, deporte y recreación. Por eso impulsamos una reducción gradual de jornada de trabajo de 45 a 41 hrs semanales promedio”.
Y anotó: “Reducción de jornada debe ser con flexibilidad y responsabilidad para no afectar empleo ni salarios. Nuestro proyecto compatibiliza trabajo, familia, estudios y preferencias. Se aplicará gradualmente y generará 350 mil nuevos empleos. El otro mantiene rigidez y destruye empleos”, dijo en referencia al plan presentado por Camila Vallejo.
Piñera insistió en que su proyecto apunta a “la adaptabilidad y flexibilidad laboral”, pasando a 41 horas semanales y con la posibilidad de “dar libertad para acomodar mejor la jornada, para trabajar de lunes a jueves y tener un fin de semana de tres días, para trabajar más en invierno y menos en verano, para poder trabajar desde su casa”.
No tardó mucho la diputada Camila Vallejo en salirle al paso. Declaró, sobre la tesis del Presidente, que “su propuesta no es de flexibilidad, su propuesta es de precarización”.
Sostuvo que “lo que ellos están estableciendo (el gobierno y la derecha) no es reducir la jornada laboral, es que se pueda trabajar incluso más de 45 horas a la semana o más de 13 horas al día, rompiendo con el límite diario de 10 horas”. Explicó que el proyecto oficialista habla de “horas promedio” de trabajo, lo que no significa menos horas a la semana. Así, la legisladora emplazó a Piñera a aclarar si “está de acuerdo o no con poner un límite de trabajar a la semana de 40 horas. Si él está de acuerdo con poner un límite legal a la semana, obviamente ya podríamos a empezar a conversar en un tono distinto”.
La diputada comunista manifestó que “el gobierno tiene que seguir un poco más el ejemplo de los parlamentarios de su propia coalición, quienes han salido a apoyar un proyecto que presentamos hace más de dos años, un apoyo honesto que hemos recibido. Creo que es momento de dejar atrás la letra chica y dejar de manipular y engañar a la opinión pública con estas 41 horas promedio porque detrás de los promedios se esconden realidades bastante crudas”.
Camila Vallejo expresó que “tenemos argumentos reglamentarios, jurídicos y de sentido común. La gente en su mayoría está de acuerdo con reducir la jornada laboral con un límite semanal de 40 horas. Eso es algo que nosotros queremos hacer valer en este Congreso, estamos aquí para representar las opiniones mayoritarias, pero no solo porque sean mayoritarias sino porque es necesario. Hace mucho tiempo que nosotros empezamos a pensar en las personas no como números y lo vamos a defender hasta el final aunque exista la amenaza del Tribunal Constitucional”.
La discusión oficialismo-oposición continuará, tanto en lo político y comunicacional, como en el ámbito legislativo. Lo cierto es que Camila Vallejo apuntó a un tema crucial y sensible del trabajo en Chile, y tiene sobre la mesa puesta la propuesta de 40 horas de trabajo semanal, con apoyo mayoritario social y político, con un gobierno entrampado al cual se le deshizo la fluidez en imponer la idea de “flexibilidad laboral”.