La pregunta la respondieron Bárbara Figueroa, presidenta de la CUT, y Kena Lorezini, activista feminista, reportera gráfica y militante de RD.
Equipo ES. 29/07/2019. ¿Y el movimiento social qué…? La pregunta la respondieron Bárbara Figueroa, presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), y Kena Lorezini, activista feminista, reportera gráfica y militante de Revolución Democrática (RD), en la primera sesión del ciclo de conversatorios “Café Cargado” que inauguró El Siglo. Ambas expresaron opiniones que abren polémicas, acercan respuestas y caracterizan situaciones que vive la sociedad civil, en una conversación abierta.
Kena Lorenzini
Lo que dejó la ola feminista
“La única revolución que triunfó en el siglo XX y sigue triunfando, es la revolución feminista, porque no da pasos atrás y sigue avanzando. En 2018 lo que sucedió en Chile fue algo que se venía dando durante varios años. No fue una ola feminista que pasó y se fue, porque de ahí nacieron varios grupos que se fueron consolidando. El movimiento feminista desde siempre ha estado presente en todas las causas, es como un gran paraguas de la justicia social. Lo que pasó en 2018 es que todos los otros movimientos sociales por primera vez nos vieron a nosotras (feministas). Hoy todas las causas toman la bandera del feminismo, por ejemplo, el movimiento medioambiental levanta la demanda de Macarena Valdés y hablan desde el feminismo sobre los asesinatos a dirigentas y dirigentes que ocurren en toda Latinoamérica. Respecto al movimiento docente la mayor lucha es por las educadoras de párvulos y diferenciales, sin embargo, no vemos vocerías de ellas sino solo de hombres, ahí las feministas estamos apoyando a estas mujeres. Las feministas están en todos los espacios donde se exija justicia social”.
Movimiento social como nueva mano de obra
“La gracia del feminismo es que no es un movimiento concreto por tanto hay múltiples voces, van surgiendo cada vez nuevas voceras y eso es muy importante y nos da ventaja sobre los partidos políticos. No hay espacios de poder que pelearse porque el poder es compartido y no por democráticas sino porque se da así. El problema de los partidos políticos es que la gente ya no les cree porque se identifican las malas prácticas. A la gente le interesan más los discursos de los movimientos sociales porque los representan y están en los territorios, algo que antes hacían los partidos políticos, los militantes estaban en los territorios trabajando, pero lo dejaron de hacer, se quedaron entre cuatro paredes y también hablo de los partidos del Frente Amplio. Por ejemplo, en el caso de Quinteros (daño medioambiental) los diputados enviaron una comisión y redactaron un informe, o sea, ya nadie va y se instala a colaborar, entender y ayudar, porque los partidos no solo deben mandar gente a un lugar, también deben ser mano de obra y tener presencia permanente en un territorio. En ese sentido, hoy el movimiento social está cumpliendo esa labor de mano de obra”.
Ya no basta con marchar
“Los movimientos sociales saben que no saldrán en la prensa, por tanto están buscando cosas más disruptivas. Por ejemplo, el movimiento docente comenzó hacer videos con canciones en redes sociales. Pero aun así eso es poco, hay que irrumpir en los espacios formales, como cuando la profesora salió con el letrero en una pauta de Sebastián Piñera. Donde esté Piñera hay que irrumpir, porque eso es noticia, porque podemos marchar un millón de personas en el país y eso no cambia nada. Pero si vamos a la casa de Piñera, sí. Las marchas han ido perdiendo un poco el sentido. Ya no basta con marchar, y lo digo con respeto, y no es que dejemos de marchar. Ya quedan tan pocas herramientas de lucha, porque el cerco se corrió demasiado, estamos soportando como sociedad cosas demasiado graves que no habíamos aguantando nunca antes. Algo pasa que estamos soportando una gran carga e impotencia, pero tampoco estamos haciendo acciones potentes en espacios oficiales. No podemos seguir aguantando, negociando, transando con el poder, hay que parar esto ahora”.
Lo personal es político
“El debate sobre qué es ideológico es innecesario. Si todo es ideología. Cuando alguien puede decidir comer caviar y otro está obligado a comer porotos, eso es ideológico. El vestirse en Meiggs o en Alonso de Córdova es ideológico. El tema es por qué quieren ensuciar la ideología (declaraciones de ministros que califican de “ideológica” cualquier postura opositora). A las feministas nos acusan de levantar una ideología de género, y qué más ideológico que te digan toda la vida que las mujeres deben ser sumisas, serviles, bonitas, que solo estamos para ciertas cosas. Vivir es ideológico. Lo personal es político, es ideológico”.
Bárbara Figueroa
El rol de los partidos políticos en los movimientos sociales
“Existe esto de que los partidos llegan a los movimientos sociales solo para ganar una votación interna. Es cierto, pero es discutible en algunos casos, aunque es cierto que no hay ninguna fuerza política que no aspire a la mayor incidencia en las instituciones. Pero el mundo social tiene sus dinámicas, sus realidades y sus formas. Para nosotros es extremadamente natural la diversidad interna, nosotros en la CUT somos pluripartidistas, por tanto, hay gente que milita en diversos partidos y también hay independientes y todos ellos tiene la misma incidencia, eso es producto de que hay una estructura institucional que permite esto. Ahora, que los partidos políticos llegan a tomarse los movimientos, viene desde una mirada paternalista, porque trata de decir que los movimientos no somos lo suficientemente aptos para encargarnos de nuestras propias decisiones. Eso también tiene que ver con una cierta intención de neutralizar organizaciones, más que para construir un debate democrático. Porque no es lo mismo cuando esto se da en una discusión interna, cuando se da la alerta de que una mirada política se está transformando en algo gravitante que inhibe a todo los demás. Esa crítica no puede molestar, porque es parte de la vida de la organización. Pero cuando vienen desde dispositivos externos, es otra la intención”.
Huelga Wallmart y el debate de la automatización
“La huelga del sindicato interempresa Líder-Walmart aterrizó en el debate público el tema de la automatización, porque en este marco hasta el minuto nos habíamos enfrentado a seminarios en Icare, en Casa Piedra y en universidades, donde se hablaba del efecto de la automatización, pero hasta ahora no había una experiencia concreta de cómo se vivía cuando un empleador confirma que tantas personas se van despedidas. Todo eso aterrizó la huelga de Wallmart, porque ya dejamos la teoría y ahora hablamos con algo concreto. Desde la CUT no nos podemos oponer a la automatización, pero sí podemos empezar a recoger insumos y experiencias de otros países para enfrentar este tema, y que vaya de la mano de derechos laborales”.
La excusa de la ideología
“No hay nada más ideológico que las reformas de este gobierno. Más que hablar del carácter ideológico de una propuesta o demanda, el tema es el efecto que tiene esta constante crítica a la ideología de parte de ministros y de la derecha. Podemos sentarnos a debatir con el gobierno a ver quién es más ideológico, pero el problema es que eso y otras situaciones distancia a la gente, que está preocupada de soluciones concretas. Tenemos problemas con eso. Porque, por ejemplo, quién va a querer ir a votar, si por un lado el gobierno dice que la oposición es obstruccionista, ideológica y todo lo malo que se pueda imaginar. Y por otro lado ve una oposición donde no hay comunión, donde cada uno va para su lado. En eso influye también la labor de algunos medios, del gobierno y de otros sectores, en cuanto a que los movimientos sociales son invisibilizados. En la desafección de la gente con la política, a la cual todos contribuimos, creo que también algunas organizaciones del movimiento social, no solo los partidos políticos, y también influye que el gobierno dice que esto es ideológico, por tanto es malo. Claro, ellos saben que la gente de Lo Barnechea va a ir a votar igual, en cambio el ciudadano común se desentiende, critica y finalmente no va a votar el día de la elección. Eso igual es un desafío, de todos, de los partidos y de las organizaciones del movimiento social. Tenemos que plantearnos cómo creamos una convergencia para cambiar esta situación, para visibilizar propuestas, demandas e incentivar la participación.”.
No se corre el cerco solo con las marchas
“Los movimientos sociales ya no podemos pretender que las marchas solucionen todo. Estamos de alguna manera atrapados porque en el mundo social entendíamos que la única manera de cambiar algo era con la movilización, porque ejercías presión. Pero coincido en que nos han corrido mucho el cerco de abusos, de echar atrás logros de transformaciones, de no querer respetar derechos, y quizá sea cierto que ya no sirven solo las marchas, porque solo con eso no corremos ningún cerco. Ahí viene la creatividad, otras formas de luchar, de presionar. Este gobierno termina autorizando todas las marchas, es casi una anécdota, donde te felicitan si sale todo bien y te critican si se te va de las manos. Yo creo que debemos seguir marchando, como parte de la movilización. Pero debemos seguir con otras luchas, las huelgas, la diversidad de protestas, la organización social y sindical, formas de emplazamiento a las autoridades. Lo principal es que el movimiento social y los trabajadores organizados tienen un papel que jugar en lo que pasa en el país, y eso es fundamental, es muy importante.