El ataque a La Moneda comenzó alrededor de las 10:00 con artillería, tanques y fusiles, efectuado por elementos de Fuerzas Especiales del Ejército, Regimiento Tacna, Escuela de Infantería de San Bernardo, Escuela de Suboficiales del Ejército y Carabineros. Desde la mañana integrantes del GAP establecieron posiciones de combate en todas las alas de La Moneda, portando pistolas Browning, fusiles AK-47, subametralladoras UZI y Walter, y lanza cohetes RPG-7. El Presidente Allende se colocó un casco de guerra y empuñó el fusil AK-47 que le había obsequiado Fidel Castro. Recorrió las instalaciones, dio instrucciones y en algunos momentos combatió desde balcones de palacio. Ninguno dejó su puesto de combate en el momento del bombardeo, cerca de las 12:00.
“El Siglo”. 9/2024. A eso de las 07:45 horas del martes 11 de septiembre de 1973, el Presidente Salvador Allende ya estaba en La Moneda. Llegó acompañado de leales escoltas del GAP (Grupo de Amigos del Presidente), quienes esa jornada combatirían protegiendo al mandatario y posiciones de palacio. Jaime Sotelo fue el jefe de la batalla y combatieron Juan José Montiglio, Enrique Huerta, Antonio Aguirre, Óscar Avilés, Manuel Castro, José Freire, Daniel Gutiérrez, Óscar Lagos, Julio Moreno, Renato González, Jorge Orrego, Oscar Marambio, William Ramírez, Oscar Ramírez, Osvaldo Ramos, Juan Vargas, Luis Rodríguez, Julio Tapia, Héctor Urrutia, Óscar Valladares, Juan Osses, Hugo García, Luis González y Pablo Zepeda.
A las 9:00 estaban en la casa de Gobierno la jefa de la Secretaría Privada, Miria Contreras -“Payita”- y Beatriz “Tati” Allende, hija del mandatario. Patricia Espejo, integrante de ese equipo, fue impedida por carabineros de ingresar. Domingo Blanco, “Bruno”, jefe del GAP, junto a Enrique Ropert (hijo de “Payita”) y otros GAP, fueron arrestados en la Intendencia y luego asesinados. Dos periodistas, leales colaboradores de Allende durante años, estuvieron esa mañana junto al jefe de Estado: Augusto “Perro” Olivares y Carlos “Negro” Jorquera. Un momento que causó profundo dolor al Presidente, ocurrió cuando Olivares se suicidó en una oficina de palacio. También llegaron a La Moneda los médicos Danilo Bartulín, Enrique París, Óscar Soto, Arturo Jirón, Patricio Guijón, Hernán Ruíz, Patricio Arroyo, Alejandro Cuevas, Víctor Oñate, José Quiroga y Jorge Klein, junto a unas enfermeras.
Desde las 8:00 hubo ministros en palacio, algunos de los cuales efectuaron gestiones ante los militares y varios permanecieron en el edificio hasta el desalojo. Entre ellos, José Toha, Orlando Letelier, Carlos Briones, Edgardo Enríquez, Aníbal Palma, Clodomiro Almeyda, Jaime Tohá, Fernando Flores y el subsecretario Daniel Vergara. También estuvieron en palacio los colaboradores de Allende, Eduardo “Coco” Paredes, Joan Garcés, Osvaldo Puccio (junto a su hijo), Claudio Jimeno, Enrique Huerta, Arsenio Poupin y Jaime Barrios quien era presidente del Banco Central.
Hay cálculos de que hubo unas 70 personas en La Moneda, entre ellas Isabel Allende, hija del mandatario, el médico y Mayor de Ejército, Jaime Puccio, el periodista Sergio Contreras, el fotógrafo Adolfo Silva y la periodista Verónica Ahumada.
A mitad de la mañana, la Guardia de Palacio de Carabineros se retiró. Al igual que los edecanes militares. Por orden de Allende, dejaron su armamento y municiones. El general director de Carabineros, José María Sepúlveda, estuvo junto al Presidente, pero debió dejar el palacio al constatar que oficiales sediciosos lo habían destituido. El contingente de la Policía de Investigaciones destinado a la protección del Presidente de la República permaneció leal a su deber: Juan Seoane, Fernando del Pino, Carlos Espinoza, Quintín Romero, David Garrido, Eduardo Ellis, Pedro Valverde, Erasmo Torrealba, Douglas Gallegos, Carlos San Martín, José Sotomayor, Juan Romero, Luis Henríquez, Reinaldo Hernández, Héctor Acosta, Gustavo Basaure y Juan Collio.
Entre las 08:00 y las 11:00 se produjeron alocuciones de Allende por la radio. El mandatario fue conminado por oficiales militares a rendirse y se le ofreció un avión para abandonar al país, lo cual él rechazó, enrostrándole a los uniformados su traición.
El ataque a La Moneda comenzó alrededor de las 10:00 con artillería, tanques y fusiles, efectuado por elementos de Fuerzas Especiales del Ejército, Regimiento Tacna, Escuela de Infantería de San Bernardo, Escuela de Suboficiales del Ejército y Carabineros. El mando lo tuvo el general Javier Palacios.
Desde la mañana integrantes del GAP establecieron posiciones de combate en todas las alas de La Moneda, portando pistolas Browning, fusiles AK-47, subametralladoras UZI y Walter, y lanza cohetes RPG-7. El Presidente Allende se colocó un casco de guerra y empuñó el fusil AK-47 que le había obsequiado Fidel Castro. Recorrió las instalaciones, dio instrucciones y en algunos momentos combatió desde balcones de palacio. Ninguno dejó su puesto de combate en el momento del bombardeo, cerca de las 12:00.
El bombardeo al palacio fue realizado por aviones de guerra Hawker Hunter, tripulados, de acuerdo a informes no oficiales, por los oficiales de la Fuerza Aérea (Fach), Ernesto González, Fernando Rojas, Eitel Von Mühlenbrock y Gustavo Leigh Yañez, coordinados por el comandante Enrique Fernández.
La batalla más encarnizada duró unas cuatro horas. Balaceras intensas, explosiones, un incendio de proporciones, gran cantidad de humo, lanzamiento de gases lacrimógenos; todo fue estremecedor. El bombardeo se produjo ante la incapacidad de fuerzas golpistas terrestres de tomar La Moneda por la resistencia de los combatientes.
A eso de las 13:00, consumado el ataque aéreo, penetraron soldados al edificio. El Presidente Allende dio la última orden de salida a sus colaboradores y se quedó sólo en uno de los salones. Ahí se produjo su suicidio. De acuerdo con testimonios, gritó “Allende no se rinde, milicos de mierda”. Después de entrar al salón donde yacía el Presidente, el general Palacios reportó: “Misión cumplida. Moneda tomada, presidente muerto”.