“El despertar de los trabajadores”: “Los trabajadores necesitamos tener un diario y, más que un diario, necesitamos un gran diario y una gran organización de trabajadores que sostenga, que afirme y que haga progresar el diario”. “No es la indiferencia de muchos, la duda de otros, ni la maldad de buen número; no es todo eso junto capaz de vencer la voluntad del puñado de buenos y generosos trabajadores que, esparcidos en toda provincia, ponen el pecho al frente y la mirada altiva en defensa de este periódico y de su razonable y necesaria misión”. “La especial misión de El Despertar no es defender al trabajador…La misión de El Despertar es instruir, enseñar y guiar al trabajador, para que él solo se defienda de sus opresores. A esto se reduce la hermosa misión, la sublime labor de nuestro periódico”. “No sirve el entusiasmo y la acción de un momento. Es necesaria la acción y el entusiasmo permanente”.
“El Siglo”. Santiago. 19/12/2024. A cien años de la muerte del obrero tipógrafo y alentador de la prensa obrera y popular, Luis Emilio Recabarren, publicamos de manera íntegra textos que escribió en relación a la fundación y desarrollo del primer periódico popular, “El Despertar de los Trabajadores”, a inicios del siglo XX.
¡Lea ud.! ¡a los trabajadores! la aparición de su propio periódico
Acaba de salir a la luz pública un nuevo periódico que viene a servir los intereses de los trabajadores, de los proletarios y, en general, a divulgar una doctrina que conduzca a todos por el mejor camino de la fraternidad social de los pueblos.
Este periódico es EL DESPERTAR DE LOS TRABAJADORES. Esta nueva publicación que nace, es propiedad de una Sociedad de Trabajadores, organizada bajo la base de acumular un capital de diez mil pesos y que lleva por título: Sociedad Cooperativa Tipográfica que, al mismo tiempo de ser propietaria de este periódico, es propietaria de un valioso y bien montado taller tipográfico, que está instalado en Iquique, en la Calle Barros Arana, 9 y que tiene un seguro por diez mil pesos, pudiendo aumentarse en la primera oportunidad. El seguro está en las Compañías La Iberia y La Española, y en caso de incendio, los accionistas salvarán su capital.
Tanto el taller como el periódico, necesitan de la protección de todos los trabajadores y es menester que esa protección no se niegue. Es verdad que la clase trabajadora ha sido muchas veces explotada en su buena fe y entusiasmo para ayudar obras que parecen buenas, pero esta vez se ofrece a la clase trabajadora un taller establecido cuya maquinaria y útiles valen en más del doble del capital que se proponen acumular los trabajadores. Esta ventaja de organizar un capital para apropiarse de una industria en actual movimiento, es la mejor garantía que se puede ofrecer a los trabajadores. Por eso pedimos su concurso. Por eso le advertimos que no deben dejarse engañar por la propaganda contraria que se hace para que no se apoye esta nueva obra de los trabajadores. Los trabajadores tienen ahora un periódico que les es propio y cuya dirección y administración está en sus manos. Su deber es buscar, para esta nueva hoja, mucha protección. Cada trabajador debe encargarse de buscar suscriptores. Por mucha que sea nuestra pobreza, debemos dedicar unas pocas monedas para mantener la vida de esta publicación que sirve al pueblo sano y honrado.
Los enemigos del pueblo se disfrazan y, queriendo aparecer como proletarios, se mezclan entre nosotros para desviar la marcha de los obreros hacia el progreso. Repetimos: Si los trabajadores prestan eficaz ayuda a esta empresa, ella triunfará. Sed, pues, incansables y activos para dar adhesiones a este periódico. Esperamos, pues, que los trabajadores, atendiendo nuestra explicación, concurrirán a suscribirse.
Luis E. Recabarren S.
Administrador provisorio.
De los trabajadores ¡Venciendo!
Nuestro periódico lleva cuatro meses de vida, sin ninguna interrupción, y avanza progresando aunque lentamente, pero en forma segura. ¡Mil obstáculos ha encontrado en su camino! ¡Todos quedaron ya vencidos! ¡Mil obstáculos más divisa por delante, pero ya la fuerza de avance adquirida es impetuosa, imposible de detener, y arrollará los diques que se le opongan a su progreso!
El Despertar avanza majestuosamente, avanza conquistando el corazón de los trabajadores que todavía no han sido vencidos por la corrupción dominante. Es motivo de regocijo mirar y conocer a los trabajadores abnegados y entusiastas que realizan titánicos esfuerzos para interesar a sus compañeros en esta obra, que debe contar con el amparo de todo ser humano que ame el engrandecimiento del pueblo. Pero es motivo de tristeza saber que hay trabajadores, y aún lectores de nuestro periódico, que dudan de la honradez de nuestros propósitos y nos comparan con los que en época desgraciada sólo explotaron a los trabajadores en vez de servirles.
¡Mas, no importa! Recibiremos la ofensa, sin devolverla, tranquilos, seguros, segurísimos de que a medida que avance y que crezca, que surja y se haga poderosa esta Empresa de publicación, todos aquellos desgraciados compañeros que hoy nos mortifican con sus dudas, todos vendrán abnegados a luchar con nosotros y a correr los riesgos a nuestro lado.
No es la indiferencia de muchos, la duda de otros, ni la maldad de buen número; no es todo eso junto capaz de vencer la voluntad del puñado de buenos y generosos trabajadores que, esparcidos en toda provincia, ponen el pecho al frente y la mirada altiva en defensa de este periódico y de su razonable y necesaria misión. Pobres trabajadores, pobres aquellos que pretenden detener nuestro progreso con daño para ellos. Pobres trabajadores, aquellos que reciben el consejo de la ignorancia o del tabernero que ven un peligro en nuestra obra regeneradora. Pobres trabajadores, aquellos que luchan contra sus hermanos inspirados por el consejo de los explotadores y tiranos del mismo pueblo.
Ya brillará mejor la luz de la verdad en tanto cerebro oscurecido por la ignorancia y el vicio ¡No desesperéis, buenos amigos, que lucháis por esta grandiosa obra!, porque unos pocos infelices pretenden destruir la única arma que hoy se esgrime en su especial defensa.
Adelante, avanzad a poner luz a tanto cerebro oscuro. Las grandes obras no pueden ser labor de un día. La Cooperativa Obrera Tipográfica, que avanza sirviendo honradamente, es la obra magnífica que, realizada por los trabajadores, les dará a ellos mismos el bienestar que buscamos.
¡Salud a los que luchan! ¡Salud a los que sufren por luchar!
Luis E. Recabarren S.
El Despertar de los Trabajadores, Iquique 18/mayo/1912.
No se engañen
La misión de nuestro periódico no es, especialmente, defender a los trabajadores. Acostumbrados los trabajadores a que algunos periódicos se llamaran defensores de ellos, vivieron muchos años habituados a que cierta prensa llamada obrera se quejara por ellos, gritara e insultara a los que oprimen al pueblo; acostumbrados los trabajadores a ese sistema, extrañan que El Despertar, no haga lo mismo.
No. La especial misión de El Despertar no es defender al trabajador. La misión de El Despertar es aún superior a eso. Es una misión más grande y que el trabajador, dentro de poco tiempo, sabrá apreciarla muy bien. La misión de El Despertar es instruir, enseñar y guiar al trabajador, para que él solo se defienda de sus opresores. A esto se reduce la hermosa misión, la sublime labor de nuestro periódico.
Nosotros no queremos darnos el título de defensores de los trabajadores. Queremos solamente hacer comprender al trabajador las causas del mal y de la miseria en que vive. Queremos que aprenda a apreciar todo lo que vive cerca de él. Nuestra misión es decirle al trabajador lo que hacen en otras partes sus hermanos, para salvarse de la miseria, a fin de que, si lo creen bueno, sabio y justo, lo imiten.
Nosotros comprendemos que al trabajador le falta valor para defender sus derechos, y, en este caso, nuestra misión es darle al trabajador el valor que le falta, instruyéndolo, dándole fuerza moral. Nosotros reconocemos que el trabajador carece de fuerza y de voluntad para obtener el respeto que merece. Nuestra misión es, en este caso, indicarle dónde está y en qué consiste la fuerza que debe poseer el trabajador, y le indicaremos que debe unirse a sus demás hermanos, formando con ellos asociaciones que tengan por objeto contribuir verdaderamente al bienestar presente y futuro.
Consideraríamos muy burgués el papel de defensores de los trabajadores. Queremos una misión más noble: servir de guías, servir de luz para señalar el camino que conduce a la perfección. No queremos defender a los trabajadores. Queremos que ellos solos se defiendan, porque ya son grandecitos. Por eso, desde estas columnas, les enseñaremos a clarificar todas las acciones de la vida. Le enseñaremos a clarificar lo que es explotación, opresión, robo, tiranía, injusticia y le enseñaremos la acción necesaria para combatir todo eso que es malo.
Le enseñaremos que con el amor, fraternidad, unión, dignidad, entereza, sobriedad y valor, podrá vencer todo lo malo y absurdo de nuestras costumbres presentes. Ojalá que los trabajadores supieran interpretar debidamente la grandeza de la misión de El Despertar y que, comprendiéndola, le presten cada día mayor apoyo. Si nos tomáramos el papel de defender a los trabajadores, ellos se quedarían tranquilos esperando de nuestra acción su defensa y entonces los burgueses nos llamarían con razón intrusos. En cambio, dando al trabajador las armas y el valor, la asociación y la instrucción, haremos de cada trabajador un atleta, un gigante capaz de defenderse y de vencer. Eso es más noble, eso es más grande.
¿Queréis, trabajadores, defenderos de todas las iniquidades, injusticias y tiranías presentes? Recibid los consejos y enseñanzas de El Despertar, obrad conforme a ellos en todo aquello que estiméis razonable y justo. Así seréis grandes y poderosos, sin necesidad de defensores. Salud.
Luis E. Recabarren S.
El Despertar de los Trabajadores, Iquique 22/junio/1912.
Más acción que entusiasmo
Muy a menudo se puede ver a los trabajadores que acogen con entusiasmo lo que a ellos les parecen buenos pensamientos. Pero eso no es suficiente. El ser humano, para vivir, necesita alimentarse. No podría vivir pensando alimentarse. Así, todas las cosas de la vida.
Los trabajadores necesitamos tener un diario y, más que un diario, necesitamos un gran diario y una gran organización de trabajadores que sostenga, que afirme y que haga progresar el diario. Llevamos un año de lucha. Verdad que nuestra publicación ha progresado, pero no lo suficiente para que podamos sentirnos ni medianamente satisfechos.
Durante este año hemos sentido muchos entusiasmos, pero la acción no ha acompañado a esos entusiasmos. Hace más de un año que se fundó la sociedad Cooperativa que edita El Despertar, y en todo el largo espacio de un año, los trabajadores, aunque han hecho progresar El Despertar y demostrando algunos entusiasmos, en el largo espacio de un año, decimos, no han sido capaces de dar remate a la acción más importante que debiera de haberlos preocupado.
La Empresa de El Despertar no ha completado el capital que necesita y que proyectó al fundarse. De los 10 mil pesos acordados reunir para adquirir el establecimiento, no se ha reunido, en el largo espacio de un año, sino escasamente la mitad. ¿Es posible admitir que los trabajadores no puedan reunir en un año un capital de diez mil pesos? ¿Dónde están el entusiasmo y el amor por la emancipación del proletariado? Un año es tiempo demasiado para hacer muchas cosas. Los burgueses roban millones y millones durante un año. Las tabernas arrancan al bolsillo de los trabajadores millones y millones de pesos durante un año! Pero los trabajadores, en un año, no han podido, en Tarapacá, completar un capital de 10 mil pesos para terminar la primera parte de su obra. Decimos la primera parte de su obra, porque consideramos que los trabajadores han de querer contar con casa propia después de asegurar su imprenta, para que esa casa les sirva de seguro asilo a su organización.
Es indispensable que se haga algo más, mucho más, porque no debemos conformarnos con poco. Cada uno de nuestros lectores debe aportar mayores energías, nuevos entusiasmos para coronar esta obra que aún está en principios. No sirve el entusiasmo y la acción de un momento. Es necesaria la acción y el entusiasmo permanente. Trabajad, pues, lectores de El Despertar por aumentar el progreso de esta imprenta que pertenece al pueblo. Trabajad, accionistas de la Sociedad Obrera Cooperativa Tipográfica, por completar el capital acordado que se necesita para pagar las deudas contraídas hace más de un año y que aún no pueden pagarse. Empeñémonos todos, pues, para que pronto la imprenta tenga reunido todo su capital y se proponga enseguida adquirir casa propia para la imprenta. Hacer eso y algo más, sería obra de buenos trabajadores.
Luis E. Recabarren S.
El Despertar de los Trabajadores, Iquique 18/enero/1913.
Grandiosa proyección
Compañeros de El Despertar:
Pocas veces habré escrito dominado por mejores emociones que en esta ocasión, en que deseo hablarles a los lectores de El Despertar, del grande entusiasmo, del grande interés, de la grande simpatía, que en el corazón de la masa popular que sufre, va despertando nuestro hermoso Ideal Socialista. Parece que la palabra socialista penetra hondamente a los cerebros y al corazón de la clase trabajadora. Hombres y mujeres se quedan absortos y contemplativos, dejándose tiernamente conquistar con las sencillas y convincentes razones que brotan de nuestras conferencias en forma imposible de ser destruidas por los enemigos.
Hablar de un nuevo ideal a pueblos que sufren, presentarles la posibilidad de conquistar un mejoramiento que haga más amable la vida, es hacerles sonreír a una esperanza efectiva de bienestar. Es más aún. Es armar a las familias obreras con inteligencia y con sentimiento, para que ellas mismas así armadas conquisten su bienestar. Se han realizado ya seis conferencias. La última ha sido escuchada por un público superior a dos mil personas, familias obreras que quieren encontrar honradamente una fórmula para encontrar la felicidad de sus hijos, los obreros de mañana.
Muchas veces se había dicho que el pueblo no comprendía el bien que las conferencias le llevaban, pero eso fue porque nunca al pueblo se le habló con el lenguaje de la sinceridad y de la verdad. Pero hoy cuando el pueblo siente penetrar a su corazón sentimientos nuevos, y alcanza a comprender que ellos están destinados a su bienestar, entonces el pueblo recibe con confianza lo que se le enseña para su propio bien. La disposición cariñosa con que el pueblo recibe nuestra prédica, es una demostración evidente que empieza a comprender la verdad.
Por eso no es una ilusión la que nos hacemos, al creer que la propaganda socialista sabrá conquistar en poco tiempo la voluntad y la inteligencia del pueblo para ponerla al servicio de propios intereses. Mucho tiempo ha sido el pueblo indiferente y cruel con sí mismo, pero ahora principia a despertar y se va convenciendo que tiene en sus manos y en su inteligencia el poder suficiente para triunfar en sus ideales. El porvenir nos ofrecerá muy hermosas emociones.
Luis E. Recabarren S.
Antofagasta, noviembre 27 de 1914.
El Despertar, Iquique 8/12/1914.