Historia viva. Comenzó a caminar la nueva Constitución

Compartir

Un anhelo de décadas se hizo realidad con la instalación de la Convención Constitucional elegida democráticamente para redactar el nuevo texto constitucional. Todo producto de la revuelta social y popular iniciada a fines de 2019. Desde temprano se movilizaron diversos sectores del pueblo para ir a acompañar a sus convencionales. Momentos de tensión ante represión de la policía a manifestantes. Se relevó la labor de la secretaria del Tricel en la primera parte de la inauguración. Fuerzas transformadoras, sociales, indígenas y feministas lograron elegir a la presidenta y el vicepresidente de la Convención; la derecha y la ex Concertación con baja votación. Ahora viene la discusión del reglamento.

Equipo “El Siglo”. Santiago. 04/07/2021. Este domingo 4 de julio de 2021 comenzó a caminar la nueva Constitución de Chile. Alrededor del mediodía, 155 mujeres y hombres, integrantes de la Convención Constitucional -elegida íntegramente por la ciudadanía-, aceptaron la responsabilidad de redactar el nuevo texto constitucional, para lo cual tendrán nueve meses, con tres meses prorrogables.

Representantes de los pueblos originarios, de las mujeres y el movimiento feminista, de las y los trabajadores, del mundo de la cultura, de partidos y movimientos políticos, de la juventud, de segmentos conservadores y de sectores transformadores, llegaron hasta los patios del Congreso Nacional en Santiago, para iniciar un proceso constituyente que fue un anhelo de décadas para dejar atrás el marco institucional impuesto por la dictadura cívico-militar, y dar basamentos democráticos y de derechos a una Carta Magna surgida de quienes representan la diversidad de la sociedad chilena.

Desde las siete de la mañana, miles de personas agrupadas en diversos colectivos sociales, indígenas, feministas, poblacionales, regionales, culturales, de derechos humanos, partidos políticos, independientes, entre otros, iniciaron actividades, movilizaciones y marchas para acompañar a la mayoría de las y los convencionales, repletando las calles céntricas de la capital chilena, y llevarlos hasta la sede de la Convención para el acto inaugural a las 10 de la mañana. Otros convencionales de sectores conservadores, de la derecha y del mundo militar y empresarial, llegaron solos, en sus vehículos, e ingresaron sin más al sitio del encuentro.

El himno nacional, no entonado por todas y todos, marcó la inauguración. La sesión debió ser interrumpida porque en las afueras se registraron disturbios y actuaciones represivas de Carabineros. Varias y varios convencionales salieron a la calle para proteger y apoyar a los grupos del pueblo que estaban manifestándose y evitar la acción represiva de la policía. Pasadas las 12 del mediodía fue posible reanudar la sesión donde, por cierto, se exigió la libertad de las y los presos políticos de la revuelta y en un momento hubo un minuto de silencio en memoria de quienes cayeron en las luchas indígenas ancestrales, y víctimas de la dictadura, de la represión, de femicidios, y de la pandemia que asola al país.

En un episodio que sumó el carácter inédito e histórico del inicio de labores de la entidad que redactará la nueva Constitución, fue electa presidenta de la Convención, la mujer indígena Elisa Loncon. Como vicepresidente, el abogado y académico Jaime Massa. Esta elección fue la primera demostración del predominio de fuerzas transformadoras, sociales, progresistas y de izquierda dentro de la Convención, ya que Loncon y Massa fueron promovidos por la lista Apruebo Dignidad, el Frente Amplio y la Lista del Pueblo. La derecha y la ex Concertación tuvieron baja votación para sus candidatas y candidatos a esos puestos.

Un hecho relevado por muchos, fue la conducción prudente, serena y precisa de Carmen Gloria Valladares, secretaria del Tribunal Calificador de Elecciones (Tricel), a quien le correspondió partir presidiendo la Convención y enfrentar los momentos más tensos de la instalación, sobre todo cuando varias y varios convencionales se retiraron para ir a apoyar a manifestantes que eran reprimidos por Carabineros. Luego tuvo que reiniciar la sesión y conducir la votación de la presidencia y vicepresidencia. Su labor fue calificada como de “heroína”, demostración de “temple” y de prestigio de “los funcionarios públicos”. Valladares recibió los aplausos de todas y todos los convencionales que, por lo demás, se pusieron de pie para reconocerle su trabajo.

La Convención Constitucional seguirá sus trabajos este lunes y hasta el jueves, entre las 10 de la mañana y las 5 de la tarde. Lo primero que encarará será la estructuración y aprobación del reglamento, una materia muy sensible porque fija las normas de funcionamiento en el proceso que viene. Ya hay varias propuestas en la mesa, lo que incluye una de un “reglamento feminista” y otra de la derecha agrupada en Chile Vamos. También se verá el aprobar un proyecto de amnistía o indulto a las y los presos políticos de la revuelta, y la ampliación de la directa, a más vicepresidencias, para incorporar a otras representaciones.

A través de la televisión y las radios, de medios tradicionales y alternativos, de las redes sociales, millones de chilenas y chilenos pudieron seguir toda la actividad en torno de la instalación de la Convención Constitucional que, por cierto, tiene una amplia representación de todos los territorios del país.

Este es un proceso constitucional que echará abajo la institucionalidad instalada por la dictadura cívico-militar en 1980, que a su vez derogó la Constitución de 1925, y que terminará en una nueva Carta Magna que deberá ser aprobada en un plebiscito de salida.

Fuerzas de izquierda y transformadoras venían reivindicando la construcción de un nuevo texto constitucional hace más de tres décadas, a lo cual se oponía la derecha y sectores conservadores. Segmentos socialdemócratas, democratacristianos y liberales se habían conformado con una serie de modificaciones a la Constitución, hasta que en el segundo gobierno de Michelle Bachelet se abrió un proceso constituyente y ciudadano, que luego el presidente Sebastián Piñera anuló. La revuelta social de 2019 reinstaló, en medio de una crisis social, política e institucional, la necesidad de avanzar hacia la nueva Carta Magna, lo que desde este 4 de julio es un hecho.

Fotos: Telam. El Siglo

 

Deja una respuesta