Desbordes: “No creo que se les haya terminado a algunos las ganas de que no haya plebiscito”. Se insiste en factor económico desde vocerías de la derecha.
Hugo Guzmán. Periodista. 29/04/2020. El presidente de Renovación Nacional (RN), Mario Desbordes, fue muy claro: “No creo que se les haya terminado a algunos las ganas de que no haya plebiscito, van a volver a la carga”.
Y es que pese a sufrir un traspié por la resistencia y objeción de amplios sectores, en estos días, a suspender o descartar la consulta por nueva Constitución, el grueso de la derecha, la ultraderecha, grupos fácticos y sectores conservadores (en el ámbito financiero y empresarial), continúan manteniendo en carpeta la Operación Plan B, destinada a desechar el plebiscito.
Es un juego de piezas y de correlación de fuerzas. Hace una semana esos sectores estaban a la ofensiva y lograron instalar en el escenario político y comunicacional la opción de que el plebiscito no se haga el 25 de octubre, esgrimiendo las líneas argumentales de la crisis sanitaria, la imposibilidad de una campaña “informada”, el alto gasto, a lo que el Presidente Sebastián Piñera añadió el efecto negativo sobre la consulta por una recesión económica.
Pero hubo una reacción inmensa y rápida en todo el espectro opositor, en el mundo social y hasta en segmentos representativos de la derecha, lo que pareció frustrar el plan y de hecho salió la vocera de La Moneda, Karla Rubilar, a precisar que “como gobierno no tenemos contemplado que un contexto así económico podría impedir la realización del Plebiscito”, matizando lo que dijo el mandatario.
Sin embargo, en la línea de lo planteado por Desbordes, es claro que en círculos, por ejemplo, del Instituto Libertad y Desarrollo (vinculado a la Unión Demócrata Independiente), entre legisladores ultraconservadores, en la misma UDI y sectores de RN, el Partido Republicano y esferas del mundo empresarial y financiero, no está desechada la Operación Plan B y se verá la manera de que, al final de cuentas, no se haga la consulta en octubre.
No se asimila lo ocurrido en estos días como una derrota a su opción que, por lo demás, incluye que el plebiscito no se haga de aquí al 2022, reforzando sus líneas argumentales de crisis sanitaria y económica. Pensar que los poderes políticos ligados al Rechazo a una nueva Constitución y opuestos al plebiscito vayan a ceder por las críticas de estos días podría ser una ingenuidad, sobre todo porque factores como la expansión de la Covid-19 podrían seguir presentes.
“Un sector de derecha más extremo nunca ha querido el plebiscito”
Los dichos de la diputada Ximena Ossandón (RN) en Vía X, confirman las maniobras existentes para sabotear la consulta por una nueva Constitución, y dan cuenta de las fuerzas que se mueven y que no tendrían por qué detenerse en estos meses. “Esto es como la orquesta del Titanic, al parecer está todo orquestado para que el plebiscito no funcione”, afirmó la parlamentaria.
Luego explicó que “primero (Gonzalo) Blumel habla de postergación, después (Sebastián) Piñera apunta a la crisis económica y en paralelo salen cartas en diarios y hasta encuestas preguntando por eso. Yo estoy viejita ya y sé de estas cosas”. Y expresó que “hay un sector de derecha más extremo que nunca ha querido el plebiscito”, en referencia a la UDI y grupos fácticos.
En esa línea, la legisladora apuntó, precisamente, a uno de los representantes del ultraconservadurismo en el gobierno, y hombre de confianza de Sebastián Piñera. “Que me perdonen si estoy siendo injusta, pero creo que acá nuevamente está la mano del segundo piso (en La Moneda) y de Cristián Larroulet”.
Sostuvo que “yo he visto cómo La Moneda giró en esto, estaba muy pro plebiscito y ahora no quiere el plebiscito. Pienso en La Moneda y pienso en Cristián Larroulet. Hay un sector de derecha más extremo que nunca ha querido el plebiscito”.
En ese contexto, y reconociendo que en el oficialismo se mantiene la idea de no hacer la consulta, menos este año, Mario Desbordes dijo que existe la “falsa creencia de que para la ciudadanía no es importante la nueva Constitución” y enfatizó que “algunos no han entendido que el proceso constituyente es uno de los hitos más importantes de la historia republicana en 200 años”. Implícitamente hizo referencia a la UDI, a Larroulet y a los grupos de la derecha que no están por el camino del proceso constituyente.
Se sabe que en privado personeros del oficialismo siguen con la idea de aplicar el Plan y confían, sobre todo, en que las condiciones sanitarias por la pandemia, harán que en un par de meses se tenga que analizar su postergación. “La única razón por la que no se haría, sería por condiciones sanitarias”, dijo algo a la defensiva Marcela Cubillos, directora del Instituto Libertad y Desarrollo. “Con el brote de coronavirus en Chile las personas considerarán que el problema no es la Constitución”, expresó en tanto Jacqueline van Rysselberghe, presidenta de la UDI, reforzando la principal línea argumental de su sector.
Claro que no se renuncia dentro de la derecha y grupos de poder -a pesar de vocerías como la de Karla Rubilar- al factor económico, apostando a que la crisis vendrá más fuerte y se insistirán, sobre todo ante la opinión pública, que no se pueden gastar 30 mil millones de pesos o más, en el plebiscito.
Tampoco está descartado continuar con el argumento de que se necesita al menos un mes de campaña para que la gente conozca los argumentos, esté informada, lo que significa que al menos a fines de agosto se debe ratificar la realización de la actividad plebiscitaria, y en esa fecha podría ser “aventurado” tomar una decisión.
Jacqueline van Rysselberghe, reforzó: “La gente verá que el problema no es la Constitución, es que estuvimos paralizados, es que no hemos podido trabajar, que habíamos gastado parte de nuestros ahorros para poder reconstruir el país después de que lo destrozaron, quemándolo por los cuatro costados”, en alusión al estallido social.
Desde el gobierno, de manera sutil o tácita no se desechan los argumentos apuntando a la probabilidad de no efectuar la consulta. El ministro de la Secretaria General de la Presidencia, Felipe Ward, declaró este miércoles que “lo que estamos haciendo como gobierno es priorizar la salud y la vida de las personas y entender que hay una situación económica que nos va a obligar a ir tomando decisiones día a día”.
Sobre las palabras del Presidente Piñera de que una recesión podría afectar al plebiscito, además de la pandemia, Ward -que pertenece a los sectores más conservadores- apuntó que “creo hay que tenerlas en consideración porque la crisis que va a vivir el país, y que están viviendo muchas familias, va a tener consecuencias en la macroeconomía y en las finanzas de las familias. Eso debe ser considerado al momento de priorizar”.
Así las cosas, la Operación del Plan B se ve golpeada pero no derrotada.