El pasado 5 de febrero recordamos los 53 años de la triste partida de Violeta, triste por la tristeza de Violeta, tristeza de sangre petrificada por “el orgullo que rebalsa a los mediocres”.
Gonzalo Moya Cuadra
Licenciado en Filosofía
11/02/2020. La resonante presencia de Violeta Parra en el quehacer intelectual de Chile siempre nos estará llevando a preguntarnos qué pasó al final de su extraordinaria vida. Qué pasó con la bella Violeta creadora, cantautora y tejedora, terrestre y triste, lejana de la vida, cercana de la muerte. Violeta es una violeta es una violeta es una violeta. Violeta, mariposa herida, poesía helada, compañera cansada. Violeta pobre, campesina nacida, pobre y explotada. Violeta, vida atormentada, pensada.
El pasado cinco de febrero recordamos los cincuenta y tres años de la triste partida de Violeta, triste por la tristeza de Violeta, tristeza de sangre petrificada por “el orgullo que rebalsa a los mediocres”. Extraña partida. Todas las partidas de seres humanos brillantes son abstrusas, una mujer cuyo Arte es pura humanidad y reconocido como una gran manifestación cultural de la genialidad humana. Violeta izquierdista. Violeta guitarrista. Violeta artista. Violeta neologista. Violeta expositora parisina. Violeta culta. Violeta chilena. Violeta doliente. Violeta transversal. Violeta universal. Qué alegría visualizar la aurora campesina donde Violeta creó. Qué tristeza recordar el tiempo silenciado, maniatado, conturbado, canciones violeteras vilmente despreciadas por el tirano inhumano. Violeta, sensibilidad, soledad. Violeta transparente, trashumante. Acaso la Violeta murió de pena por frustrados amores, quizás la Violeta murió depresiva por decisión propia, humana, consciente, digna, respetable. La Violeta comprendió el sentido mismo de la Vida y de la Muerte. La Vida despedazada por la Vida. “Gracias a la Vida.” La Muerte apresurada por la Muerte. “Gracias a la Vida”. Violeta intensa, frágil. La Violeta buscaba la Vida, la Muerte la encontró. Violeta vestida de negro creaba para la humanidad. Violeta llevó su portentosa imaginación hacia mundos no imaginados, mundos nacientes que solamente ella comprendió. El poder cultural y el innegable legado de Violeta sigue alterando a quienes no creen en la democracia, a quienes tienen tanto pavor que son capaces de cometer cualquier tipo de tropelías con el único propósito de mancillar su inextinguible y trascendente recuerdo, enraizado en su ejemplo que sigue despertando prodigiosas vocaciones sociales y artísticas. La Violeta seguirá creando. El pueblo seguirá escuchando y actuando. Violeta seguirá cantando. Violeta es una violeta es una violeta.